El constructor de soluciones
Caixaforum Madrid acoge una exposición del arquitecto y diseñador Jean Prouvé
Sus diseños, ideas y soluciones están por todas partes y nos facilitan la vida cotidiana, pero a él apenas le conocemos. Porque Jean Prouvé (1901-1984), herrero de formación y arquitecto y diseñador sin título, es lo contrario de un divo. Y eso que trabajó con Le Corbusier o Mallet-stevens. Y que terminó presidiendo el jurado del concurso para edificar el Centro Pompidou de París. Los responsables de esta institución cultural colaboran ahora en la exposición que, con unas 235 piezas, la Fundació La Caixa acaba de instalar en Caixaforum Madrid bajo el título El universo de Jean Prouvé. Arquitectura / Industria / Mobiliario, la cual podrá verse allí hasta el 13 de junio antes de viajar a Caixaforum Barcelona.
Prouvé se consideraba un “industrial” y su objetivo número uno en todo lo que hacía era servir al personal y simplificarle la existencia. Su visión social de la arquitectura y el diseño pasaba también por la economía de medios, el sentido práctico en el transporte de materiales, y el respeto al medio ambiente.
“Prouvé era sencillez, elegancia y versatilidad pero sin olvidar la belleza”, describió en la presentación de la muestra la directora del área de Exposiciones de la Fundació La Caixa, Isabel Salgado, que compareció junto a la responsable de Caixaforum Madrid, Isabel P. Fuentes, y los comisarios Olivier Cinqualbre y Marjorie Occelli, del Pompidou.
Una explosión de utopías negativas está presentando el mundo como un callejón sin salida, lo que unido a esta situación de pandemia nos dibuja una sociedad en reclusión”, señaló Salgado. Pero hay “otras vías y formas de ver la realidad” –añadió enseguida, que son las que Prouvé siguió en su tiempo y “habría seguido en estos momentos”.
El constructor francés hacía de todo. Lo mismo proyectaba el edificio del aeroclub Roland Garros –solo con estructuras metálicas y de vidrio– que un conjunto de silla y pupitre de parvulario que por su sencillez y resistencia se convertiría en modelo estándar a reproducir o imitar durante largos decenios. Y lo mismo ideó pabellones y casas desmontables para trabajadores o indigentes que originales estaciones de servicio en forma circular como las que la Total instaló en las autopistas de toda Francia.
El diseñador francés luchó por industrializar la construcción, ámbito a su juicio muy atrasado en el desarrollo de sistemas ágiles de producción, sobre todo comparado con los sectores del automóvil o la aeronáutica. Sus contemporáneos apenas le hicieron caso, y han tenido que pasar largos años para que las casas prefabricadas vivan, y más ahora con la pandemia, un verdadero boom en todo el mundo.