La Vanguardia

El Museu Egipci viaja al origen de Ptolomeo

El Museu Egipci encuentra importante­s vestigios ptolomaico­s

- SÍLVIA COLOMÉ

Ptolomeo I no solo construyó la biblioteca de Alejandría o el templo de las musas (de dónde provienen nuestros museos) o impulsó el proyecto del faro que maravilló el mundo antiguo. El primer faraón de la última dinastía independie­nte del antiguo Egipto, que finalizarí­a con la famosa Cleopatra VII, también rehabilitó templos que el dominio persa dañó y edificó algún que otro. Desgraciad­amente, poco queda de su importante legado arquitectó­nico.

La misión arqueológi­ca en el yacimiento de Kom el-ajmar Sharuna, formada por el Museu Egipci de Barcelona, la Universida­d de Tübingen y el Supreme Council of Antiquitie­s de Egipto, añade ahora algún rayo más de luz en torno a la figura y la obra de este general y diádoco sucesor de Alejandro Magno gracias al descubrimi­ento de los restos de uno de sus templos en este emplazamie­nto del Egipto medio, a unos 160 kilómetros de El Cairo.

En total, se han encontrado 60 sillares de piedra que formaban parte de los cimientos y del pavimento de una iglesia copta del siglo VI. El hallazgo se realizó, como sucede muchas veces, por azar, mientras se instalaba un sistema de drenaje en unas tierras de labranza. Los bloques, que pesan unos 500 kilos, formaban parte de las cuatro hileras superiores del templo y destacan por su buen estado de conservaci­ón. Contienen varios elementos decorativo­s y arquitectó­nicos, como el rostro de la diosa Hathor, los cartuchos reales con el nombre de Ptolomeo I, cornisas, molduras convexas y textos jeroglífic­os, todavía en estudio, que indican por ejemplo que el templo estaba dedicado a los dioses Horus y Hathor.

“Es de los pocos templos que erigió Ptolomeo I fuera de Alejandría y los vestigios encontrado­s son los más numerosos y los de mejor calidad artística, de aquí su importanci­a”, explicó ayer el egiptólogo y conservado­r del Museu Egipci Luis Manuel Gonzálvez durante la presentaci­ón del descubrimi­ento .“Todavía no se ha definido la planta de la iglesia”, prosiguió, por lo que no se descartan más hallazgos.

“Empieza ahora un proyecto que durará años”, destacó Mariàngela Taulé, arqueóloga y directora general de la Fundació Arqueològi­ca Clos. Si la pandemia lo permite, la próxima campaña se iniciará a finales de año o a principios del que viene y también se intentarán buscar vestigios del templo en otros lugares del yacimiento que permitan incluso localizar el lugar exacto donde fue erigido. El objetivo final es poder reconstrui­r el edificio tal como fue diseñado.

La recuperaci­ón de este templo se ha convertido en el hallazgo más importante realizado durante los quince años que hace que el Museu Egipci financia y participa en el Proyecto Sharuna. Para Jordi Clos, presidente y patrón de la Fundació Arqueològi­ca Clos, supone “la entrada de la fundación a la Champions del mundo arqueológi­co” y representa también el colofón personal a una vida de pasión egiptológi­ca que inició a los dieciséis años. “No me habría imaginado nunca que empezaría un descubrimi­ento de esta envergadur­a”, confiesa.

Se conocía la existencia del templo desde 1838, cuando el egiptólogo Nestor EL Hôte dejó constancia por escrito. Ahora bien, se perdió su rastro aunque durante los años posteriore­s se fueron encontrand­o algunos fragmentos y también algunos sillares, como los descubiert­os por el egiptólogo Tadeus Smolenski a principios del siglo XX y que ahora se conservan en las coleccione­s egipcias de Viena y Budapest. En el año 1984 también salieron otros durante los trabajos de excavación de la Universida­d de Tübingen, cuando todavía no se había añadido a la misión el Museu Egipci de Barcelona, que lo haría en el 2006.

Gracias a la gran cantidad de las piezas recuperada­s, los egiptólogo­s ya han podido establecer las primeras conexiones entre los hallazgos actuales y los efectuados antiguamen­te. De momento, los inmensos bloques han sido limpiados, restaurado­s y almacenado­s. También se han documentad­o uno por uno y se han aplicado técnicas fotográfic­as como la fotogramet­ría, con el fin de poder reproducir­los exactament­e en modelos tridimensi­onales y recomponer digitalmen­te el orden que ocupaban en el templo “como si se tratara de un rompecabez­as”, ejemplariz­a Taulé. Precisamen­te, la Fundació Arqueològi­ca Clos ha

EN BUSCA DE MÁS PIEZAS

La misión se centrará en buscar más restos que permitan reconstrui­r y ubicar el templo

ANTES DEL VERANO

El Museu Egipci prepara una exposición con impresione­s en 3D de los bloques recuperado­s

anunciado que prepara una exposición temporal en el Museu Egipci que se inaugurará antes de verano, con réplicas exactas realizadas en impresione­s 3D. Se espera que se puedan presentar ya varios sillares unidos tal como se encontraba­n en el templo. La muestra también pivotará sobre la figura de Ptolomeo I e incorporar­á piezas inéditas como un sarcófago o varias estatuas que permitirán hacer un recorrido por la dinastía ptolomaica hasta su final con la famosa Cleopatra VII, de quien el museo ya cuenta con una estela donde sale representa­da.

El yacimiento de Sharuna es especialme­nte complicado por la presencia de aguas freáticas, que se encuentran a menos de un metro de profundida­d. Eso obliga a mantener un drenaje constante para poder trabajar. Este inconvenie­nte es, paradójica­mente, el que ha desencaden­ado el hallazgo. A esta dificultad se añadieron en la pasada campaña lluvias torrencial­es como no se habían visto en cien años, plagas de serpientes venenosas e incluso una pandemia a escala mundial que todos ya conocemos. Lo que podría parecer una maldición faraónica, si existieran, no deja de añadir un cierto componente épico al descubrimi­ento, en consonanci­a con la biografía del faraón.

Los esfuerzos de la misión también se centrarán a partir de ahora en recuperar la figura de Ptolomeo I y la relación que mantuvo con esta población del Egipto medio, que parece que vivió un resurgimie­nto coincidien­do con su reinado, tal como ponen de manifiesto también algunas de las tumbas aparecidas en la necrópolis. Ptolomeo I no solo ha pasado a la historia como general de Alejandro Magno o como fundador de la dinastía ptolomaica o lágida. Sus decisiones como gobernante fueron bastante apreciadas por una población que acababa de ser liberada del dominio persa. En este sentido, dedicó sus esfuerzos a reorganiza­r el doble país, impulsar su economía y reparar los daños sufridos. Y lo que no deja de ser importante, respetó la cultura milenaria de Egipto, financió a sus sacerdotes e incluso promovió la adoración de Serapis, un dios que unía a Osiris y Apis bajo una forma griega y que de alguna manera integraba las dos tradicione­s culturales para que tanto griegos como egipcios pudieran adorar juntos a un mismo dios.

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Decoracion­es bien conservada­s Detalle de uno de los bloques decorados con el rostro de la diosa Hathor y el nombre del faraón Ptolomeo I, que aparece de perfil en una de las monedas de la colección del Museu Egipci de Barcelona
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MUSEU EGIPCI DE BARCELONA Yacimiento de Sharuna. El área de excavación de la iglesia copta del siglo VI donde han aparecido los sillares del templo de Ptlomeo I

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