La Vanguardia

La piedra en el zapato

El papel del Consell per la República, y por extensión de Puigdemont, encalla las negociacio­nes entre ERC y Jxcat

- JOSEP GISBERT Barcelona

El papel del Consell per la República, y por extensión de Carles Puigdemont, se ha convertido en uno de los principale­s escollos de la negociació­n entre ERC y Jxcat para la formación del nuevo Govern. Tanto que a las puertas de la primera sesión de investidur­a de Pere Aragonès como presidente de la Generalita­t la cuestión continúa encallada. Pero, ¿qué es el Consell per la República?, y ¿por qué hasta ahora no ha sido posible alcanzar un acuerdo en este punto?

El Consell per la República se creó el pasado mandato en el marco del acuerdo de legislatur­a entre Jxcat y ERC. Inicialmen­te fue concebido como una especie de gabinete en la sombra que trabajara, desde Bélgica, para avanzar en la aplicación del resultado del 1-O, cosa que la Generalita­t, desde Catalunya, no podía hacer por la intervenci­ón de la autonomía derivada de la aplicación del artículo 155 de la Constituci­ón. De hecho, el primer nombre que circuló fue, según este planteamie­nto, el de Consell de la República, que al final se transformó en Consell per la República, en una muestra de cómo una preposició­n cambia por completo el significad­o y de cómo las expectativ­as del principio quedaron pronto rebajadas.

La idea de crear un instrument­o de tales caracterís­ticas surgió del propio Puigdemont y uno de los que le dio forma en los primeros momentos fue Quim Torra, cuando sólo era diputado de Jxcat en el Parlament, después de las elecciones del 21-D, y aún no sospechaba que sería el siguiente presidente de la Generalita­t. Al tratarse de un compromiso del acuerdo para formar el Govern, el Consell per la República se dio por constituid­o cuando Torra tomó posesión, en mayo del 2018, y a partir de entonces tocó dotarlo de contenido. Tarea que no resultó fácil, porque hasta el mes de octubre en Barcelona y el de diciembre en Bruselas no se presentó en público. Y lo hizo como una entidad privada, bajo jurisdicci­ón belga, que tendría financiaci­ón también privada –de los 92.638 adheridos con que cuenta en la actualidad y de las donaciones de particular­es– y que sería independie­nte del Govern.

El Consell per la República, en todo caso, se ponía en marcha con el respaldo de Jxcat, ERC y el PDECAT, pero sin el de la CUP, con el objetivo, según su reglamento, de “impulsar las actividade­s de carácter político, social, cultural y económico destinadas a la implantaci­ón y materializ­ación de un Estado indequerre­s pendiente en Catalunya en forma de república”. La sede quedaba fijada en la Casa de la República, que es la residencia de Puigdemont en Waterloo, y éste se convertía en su presidente en tanto que “presidente legítimo” antes de la aplicación del 155. Por este mismo motivo forman parte del consejo de gobierno Antoni Comín, como vicepresid­ente, Clara Ponsatí y Lluís Puig, junto a representa­ntes de los partidos que lo respaldan y de las entidades soberanist­as. Pero lo que tenía que ser un espacio transversa­l de coordinaci­ón del independen­tismo fue derivando en caja de resonancia del 130.º presidente de la Generalita­t y del resto de “exiliados” de Jxcat.

Así, ERC, que en la foto de las presentaci­ones en Barcelona y Bruselas estaba encabezada por Pere Aragonès en primera fila, fue tomando distancia, primero con una representa­ción de segundo nivel en el consejo de gobierno –Isaac Perarire– y después, rechazando participar en la fundación de la asamblea de representa­ntes –el equivalent­e a un Parlamento de los electos independen­tistas–, llevada a cabo en diciembre del 2020. En paralelo, durante este tiempo, a pesar de no tener el respaldo de la CUP, una de las organizaci­ones que la integran, Poble Lliure, se incorporó al consejo de gobierno. Y también lo hicieron Solidarita­t Catalana per la Independèn­cia (SI), Moviment d’es(MES) y Independen­tistes d’esquerres, que con Demòcrates de Catalunya, que ha estado en el Consell per la República desde el primer día, han formado parte de las candidatur­as de Jxcat al 14-F.

Con todos estos movimiento­s, ERC y la CUP consideran que la entidad está claramente decantada del lado de Puigdemont. Y es por ello que, en el contexto de las actuales negociacio­nes para la formación del Govern, proponen la creación de un nuevo órgano de coordinaci­ón del independen­tismo que fije la hoja de ruta a seguir a partir de ahora. Jxcat insiste en que este órgano ya existe y es el Consell per la República y ERC lo rechaza, a no ser que se reformule por completo su papel, y también el del 130.º presidente de la Generalita­t, en la línea de reemplazar­lo por un “liderazgo colectivo y compartido”, como propuso ayer mismo Marta Rovira.

Lo que tenía que ser un espacio transversa­l del independen­tismo ha derivado en caja de resonancia del “exilio”

Los republican­os quieren un órgano de coordinaci­ón que no esté decantado del lado del expresiden­t

 ?? PERE DURAN / NORD MEDIA ?? El principal hito del Consell per la República ha sido el macroacto de Perpiñán de febrero del 2020
PERE DURAN / NORD MEDIA El principal hito del Consell per la República ha sido el macroacto de Perpiñán de febrero del 2020

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