Las antiguas cúpulas del PP convierten la caja B en invisible
Aznar, Rajoy, Cospedal, Rato o Arenas la niegan con vehemencia
¿Una caja B en el Partido Popular durante veinte años?; ¿un tesorero que lo reconoce y detalla cada apunte contable? Resulta que a ojos de los presidentes y secretarios generales de la formación durante esa época es todo “absolutamente falso”. Ni caja B, sí donaciones anónimas fuera del control del Tribunal de Cuentas, ni pagos de sobresueldos, ni utilización de dinero negro. Para ellos, todo es una farsa propia de un hombre, Luis Bárcenas, que sufre “delirios”. El hecho de que una sentencia, confirmada por el Tribunal Supremo, reconociera la existencia de tal caja B o que algunos miembros del partido hayan ratificado ante la Audiencia Nacional que los apuntes sobre sus personas son ciertos, la plana mayor de las cúpulas del PP de la época de José María Aznar y Mariano Rajoy lo han negado una y otra vez durante sus interrogatorios como testigos en el juicio que se está celebrando en la Audiencia Nacional sobre la contabilidad paralela de la formación.
La mayoría de ellos además intervinieron con vehemencia, ofendidos ante ciertas preguntas de las acusaciones populares. Uno de los ex tesoreros, Francisco Álvarez Cascos, dijo incluso sentirse “orgulloso” de haber formado parte de un Gobierno que llevó a cabo modificaciones legales para hacer más transparentes las adjudicaciones públicas. También se recalcó que el PP fue uno de los defensores para que se acabara con las donaciones anónimas. Todo ello se contrapone con la versión de Bárcenas que detalló cómo se recibían esas donaciones, normalmente por parte de constructores, y después se les ayudaba en adjudicaciones de contratos públicos. Pero claro, el extesorero es el acusado en este proceso y todos los demás son testigos, el primero no está obligado a decir verdad y los segundos sí.
El expresidente del Gobierno entre 1996 y 2004 y en cuyo mandato como presidente del PP supuestamente se ideó y organizó la caja B de la mano del tesorero Álvaro Lapuerta –fallecido en 2018–, dejó entrever los intereses políticos, y no judiciales, de las acusaciones para que todos ellos fueran a declarar. “¿Cuál es su nombre? Usted ha sido abogado del partido socialista”, apuntaba a cada uno de los letrados, hasta que el presidente del tribunal frenó su comportamiento. En su testimonio, ni él es el “J.M” que sale como receptor de dinero, ni sabe nada de esa caja. “No he conocido más contabilidad que la oficial que se remite puntualmente al Tribunal de Cuentas”. Además, tiró del sarcasmo que le caracteriza: “No era inspector de cajas fuertes, no me dedicaba ni a inspeccionar los despachos ni a ver si había cajas fuertes. (...) No soy visitador de los despachos ajenos”.
Todas las declaraciones siguieron el mismo patrón. Se vio en el expresidente Mariano Rajoy y su secretaria general María Dolores de Cospedal. Los dos utilizaron la misma frase: “La caja B sería del tesorero (Bárcenas), pero no del PP”. Y por supuesto, el “M.rajoy” que aparece en los papeles no es él, “es absolutamente falso porque jamás recibí dinero de Bárcenas”. Tampoco pudo destruir los papeles, tal y como sostuvo el extesorero, cuando supo de su existencia. “Es metafísicamente” imposible porque no sabía que existían. La razón de que Bárcenas apuntara todo aquello durante veinte años es que sufre “delirios”. El vicepresidente económico con Aznar, Rodrigo Rato, no lo ve así. “No aprecié que nadie del PP sufriera delirios”, atestiguó, después de reconocer que mantiene una relación”esporádica, pero cordial” con el extesorero. No obstante, tampoco él vio ninguna caja, ni recibió dinero, ni nada de todo eso.
El exministro de Defensa Federico Trillo se sintió ofendido por las afirmaciones de Bárcenas de que se utilizó dinero de la caja para pagar su defensa por el accidente aéreo en Turquía en 2003 en el que no se identificó bien a los fallecidos. “No voy a entrar sobre el Yakovlev. Bastante dolor ha causado y me ha causado”, espetó. Javier Arenas tampoco es el “Arenas” de los apuntes ni Ángel Acebes es “Acebes”. “No son ciertos, son rotundamente falsos y no se corresponden con la realidad”, dijeron todos ellos.
El PP solo tuvo, según estos testigos, la contabilidad oficial; lo demás, son “delirios” de Bárcenas