Madrid arriesga la salud de todos
El Gobierno de la Comunidad de Madrid es libre de gestionar la pandemia de la covid como mejor estime oportuno para la salud y la economía de sus ciudadanos. En estos momentos, la política sanitaria liderada por su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, presenta un balance muy negativo y su comunidad concentra ya el 40% de los contagios que se producen en toda España. Además, es la autonomía –sin contar Ceuta y Melilla– que mayor incidencia de infectados tiene por cada cien mil habitantes (228) y se aproxima a la situación de alerta extrema (250). Todo ello es muy preocupante no solo para los madrileños sino para los ciudadanos del resto de España, ya que Madrid es el principal núcleo de comunicaciones y de interacción social y económica del país. Si en Madrid se genera una nueva ola de infecciones, pronto se expandirá por toda la geografía española. En este sentido, la comunidad madrileña, incluida la capital, se podría calificar como una bomba biológica a punto de explosionar. Es la única comunidad que no ha adoptado el cierre perimetral, salvo cuando le ha obligado la decisión mayoritaria del Consejo Interterritorial de Salud, como es el caso de Semana Santa, que se aplica desde ayer hasta el 9 de abril. Lo único que por el momento evita la expansión de los contagios más allá de los límites autonómicos es el cierre perimetral que aplican el resto de comunidades autónomas y que impide que los madrileños puedan acceder a ellas.
El Gobierno central y el Consejo Interterritorial de Salud deberían analizar con rigor la situación de la Comunidad de Madrid y buscar la mejor solución para el conjunto de los ciudadanos del país. Hasta ahora la presidenta Díaz Ayuso ha intentado una política de equilibrio para combatir la pandemia y mantener la actividad económica de la hostelería, los hoteles y el comercio, que suman un porcentaje elevado del producto interior bruto (PIB). Pero corre el riesgo de que esta política de mayor laxitud se le vaya de las manos. Peca de imprudente, además, al mantener las puertas abiertas al turismo de toda Europa y haberse convertido en foco de atracción para todos aquellos que huyen de las restricciones más severas que hay en sus países en unos momentos en que la pandemia repunta en todo el continente. La circulación de personas entre los países comunitarios, a diferencia de lo que sucede en el interior de estos, es libre siempre que se acredite una PCR negativa o se acepte hacer cuarentena. Esto es lo que permite la afluencia a la capital de España de turistas que escapan de sus respectivos países en busca de una mayor libertad.
El Gobierno central, de momento, se ha limitado a criticar a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por no tomar decisiones ante el incremento de casos positivos de coronavirus. Díaz Ayuso, sin embargo, no hace autocrítica de su gestión y culpa del aumento de los contagios a la falta de control de los viajeros en el aeropuerto de Barajas, así como en las estaciones de ferrocarril. Justifica la mayor flexibilidad en la hostelería y en el toque de queda para evitar que la gente se concentre en los domicilios privados, donde dice que el riesgo de contagio es mayor. Afirma que si, además de la hostelería, se cierran los comercios, los gimnasios, los cines y los teatros, lo que se dispara es el paro. Argumenta que, pese a todo, su política de control de la covid es más eficaz que la del Gobierno central y que la de las otras autonomías, ya que se basa en detectar dónde y cómo se producen los contagios y en aplicar medidas selectivas para contenerlos. Pero los datos demuestran, como hemos dicho, que el equilibrio conseguido hasta ahora se rompe y la covid gana terreno.
El inicio de la Semana Santa, ante este escenario, agrava todavía más el riesgo de la extensión de la pandemia en todo el país. En Catalunya se detecta también un ligero repunte de contagios. Por ello es importante que los ciudadanos actúen con responsabilidad individual, cumplan las medidas sanitarias y extremen las precauciones. Hasta que la vacunación se generalice no hay otra alternativa frente a la covid.
La capital registra el 40% de los contagios del país sin que Díaz Ayuso se abra a revisar su estrategia sanitaria