Los adolescentes participan en ensayos que buscan la mejor dosis de vacuna
La Paz prueba a voluntarios de 12 a 17 años y Sant Joan de Déu busca en Twitter
Las vacunas de la covid continúan sus ensayos. Aunque esté aprobado su uso por la emergencia de la situación, los pasos que se exigen a todos los medicamentos siguen sin saltarse nada. Ahora toca probar qué dosis es la que da mejor resultados entre los adolescentes, entre los 12 y los 17 años, y la vacuna de Janssen está poniéndose a prueba en varios hospitales españoles.
“Buscamos niños y adolescentes sanos para participar en ensayos clínicos de vacunas contra el #Covid19. Si tu hija o hijo tiene entre 5 y 17 años y estáis interesados en participar, rellena el formulario de la web de @IRSJDINFO”, decía un tuit del hospital de Sant Joan de Déu de Barcelona al comenzar esta semana. El hospital infantil acostumbra a buscar la colaboración de los niños y adolescentes cuando se intentan nuevos fármacos y mejoras de tratamiento. Esta vez se ha sumado al ensayo de Janssen, una rama de la fase 2 de su vacuna, una tarea ya realizada entre adultos y mayores de 65 que ahora se activa para determinar la eficacia y la dosis mejor en estas otras edades.
“Nosotros ya hemos puesto la primera dosis a todos los participantes en esta rama del ensayo”, explica satisfecho Alberto Borobia, farmacólogo del hospital de la Paz responsable de ensayos e investigador principal de este en España, en el que colaboran varios centros.
“En esta ocasión no hemos tenido que hacer ningún tipo de llamamiento: han venido prácticamente por boca-oreja. La mayoría son adolescentes hijos y nietos de otros ciudadanos que vinieron en septiembre, cuando pedimos voluntarios para ensayar esta misma fase, la de la dosis y la efectividad, en los mayores de 65 y los adultos. Entonces fue asombroso, una respuesta masiva que no habíamos visto nunca. Tardamos semana y media en reclutar más de 80 voluntarios. ¡Lo normal hubiera sido tardar unos meses!”.
Y con la grata experiencia de septiembre, cuando se apuntaron ciudadanos dispuestos a ayudar sin preguntar, casi sin saber ni el número de visitas que había que hacer ni las molestias que tendrían, lo de marzo “ha sido fácil”, reconoce el investigador.
El número de adolescentes que han acudido a La Paz no se puede contar, es secreto, solo dicen que son 660 en todo el mundo. “Pero entre los de septiembre y marzo tenemos familias completas”, asegura Borobia.
La vacuna covid para adolescentes no corre una prisa tremenda, pero los datos que vayan apareciendo de las distintas fases del ensayo se hacen llegar a las agencias reguladoras, como la EMA europea o la FDA estadounidense, continuamente. Así se puede decidir su uso de emergencia sin esperar al final. Por ejemplo, para niños y adolescentes con inmunosupresión, algunos de los candidatos que más pueden beneficiarse de esta vacuna cuando esté aprobada para ese grupo de edad.
En este ensayo unos reciben placebo, otros una dosis, otros dos y otros dos cantidades diferentes de una y dos dosis. Participar supone comprometerse a acudir un promedio de diez o doce veces al hospital en un año, para pasar controles, aunque algunos de estos son telefónicos. El seguimiento suele durar un año y medio. Y como todo medicamento también tendrá que pasar una fase 3, aún no autorizada en el caso de la vacuna de Janssen, para evaluar la eficacia.
Los de La Paz también han acudido a las redes sociales a pedir la colaboración de los voluntarios. “Pero cuando se trata de reclutar voluntarios pediátricos, como en esta caso, solemos pasar la petición a los 8.000 trabajadores del hospital, y siempre hay una buena respuesta”.
Esta vez ha sido especial. “La sociedad ha mostrado un altruismo tremendo. La respuesta superó totalmente nuestra capacidad”, reconoce el investigador.
“La respuesta fue masiva en el ensayo de adultos y ahora igual: se han presentado sus hijos y nietos”