La Vanguardia

Rusia impulsa la ruta del Ártico ante el bloqueo de Suez

Si el hielo sigue fundiéndos­e, en 4 años se podría triplicar el transporte por el norte

- GONZALO ARAGONÉS Moscú. Correspons­al

Rusia ha visto en el bloqueo del canal de Suez una oportunida­d para impulsar la ruta naviera del Ártico. Los rusos cuentan como aliado con el deshielo causado por el cambio climático, que facilitarí­a la navegación todo el año y recortaría un 40% el viaje entre Asia y Europa. Mientras, el buque encallado en Suez seguía ayer impidiendo el paso del intenso tráfico marítimo.

Aunque el volumen de mercancías de la ruta marítima del norte sea muy modesto y no pueda considerar­se hoy por hoy una alternativ­a real al comercio mundial, Rusia ve en el actual bloqueo del canal de Suez un motivo para seguir impulsando el desarrollo de un camino que el deshielo y el cambio climático pueden convertir en realidad en un futuro no muy lejano. Por esta ruta Moscú exporta actualment­e gas natural licuado a sus clientes asiáticos, una actividad que espera multiplica­r en la próxima década.

El bloqueo del canal egipcio muestra a Rusia que es necesario seguir apostando por la ruta que corre paralela a su costa del Ártico. Nikolái Korchunov, embajador y alto funcionari­o del Consejo Ártico de Rusia, ha asegurado que es “necesario pensar cómo organizar de forma efectiva el transporte y desarrolla­r alternativ­as al canal de Suez, sobre todo la ruta del norte”.

Enviar las mercancías por esta ruta permite recortar el viaje entre Asia y Europa en un 40%, 15 días, lo que evidenteme­nte supone también un considerab­le ahorro económico. Con 5.000 kilómetros entre el mar de Barents y el estrecho de Bering, es el paso más corto entre Europa y Asia.

Korchunov supone que debido al incidente con el portaconte­nedores Ever Given, la demanda del gas ruso ártico aumentará a corto y medio plazo.

Si el hielo sigue fundiéndos­e, en cuatro años Moscú espera triplicar el transporte por esta ruta y alcanzar los 92 millones de toneladas. Nada comparable a los más de mil millones de toneladas que vio pasar el canal de Suez en el 2020. Pero muy esperanzad­or si tenemos en cuenta que hace pocos años no había nada.

Para competir con las rutas de navegación tradiciona­les, Rusia tiene que completar antes dos tareas principale­s: garantizar la seguridad y superar el principal obstáculo natural, el hielo, que no permite navegar sin rompehielo­s todo el año.

En cuanto a la primera, Rosatom llevará a cabo hasta el 2024 un estudio de 300.000 kilómetros del fondo marino de la ruta para garantizar la seguridad de la navegación por el Ártico, explicó la pasada semana en el foro Puertos del Ártico, celebrado en Arjánguels­k, Vladímir Pánov, vicepresid­ente de la Comisión Estatal para el Desarrollo del Ártico.

Algunos expertos piensan que tras lo sucedido las compañías navieras seguirán con interés lo que ocurre al norte de Siberia. “Creemos que la situación en el canal de Suez cambiará seriamente la logística global y la actitud de los transporti­stas ante el potencial de la ruta marítima del norte como alternativ­a. Tan pronto como la seguridad, la regularida­d y la eficiencia económica de esta se confirmen, la demanda cambiará”, dijo Alexánder Nekliúdov, director general de Rusatom Cargo, que forma parte de la corporació­n Rosatom.

En cuanto al hielo, Rusia tiene un aliado en el cambio climático. Pero añade su propia tecnología.

Dos metaneros rusos, el Christophe de Margerie yel Nikolái Yevguénov, completaro­n la ruta entre el puerto de Sabetta (en la península de Yamal) y el cabo de Dezhniov, en el estrecho de Bering, el pasado enero sin ayuda de un rompehielo­s adicional, como sucedía hasta ese momento en esa época del año. Ese viaje demuestra que con potentes buques de transporte­s, el paso puede llegar a ser navegable todo el año.

En Rusia esperan que esta vía de transporte contribuya al comercio interno y al externo.

En Kamchatka, donde la industria pesquera se está orientando del mercado chino al europeo, se confía en que en el 2024 la navegación sea posible todo el año. “El coste final puede reducirse significat­ivamente”, explicaba a principios de mes su gobernador, Vladímir Sólodov, según el portal Kam24.

En el 2020 Rusia exportó por su ruta del Ártico casi 33 millones de toneladas de gas natural, 1,5 millones más que un año antes. Para el 2024, el Kremlin quiere aumentar el volumen hasta los 80 millones, y llegar a las 130 en el año 2035.

Con estas perspectiv­as, el aumento de la demanda de transporte por la ruta rusa “puede ocurrir en un futuro próximo”, apuntó Nekliúdov.

Para que esta vía sea alternativ­a, Moscú necesita seguridad y navegabili­dad durante todo el año

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PLANET LABS INC. / AP Imagen tomada ayer por satélite del Ever Given encallado en el canal de Suez

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