La caja B del PP que nadie quiere reconocer, a pesar de la justicia
Los testigos niegan la contabilidad paralela aunque el Supremo ratificó que la hubo
Luis Bárcenas se ha quedado solo. Nadie respalda la existencia de una caja B en el Partido Popular durante dos décadas. Nadie, excepto la justicia. De los testigos que han declarado hasta ahora en el juicio que se está celebrando en la Audiencia Nacional ninguno ha reconocido la existencia de una contabilidad paralela en el partido en las épocas en que lo presidieron José María Aznar y Mariano Rajoy.
Aparte del extesorero, que gestionó la caja B durante años, el único que dijo haber visto los apuntes de esa contabilidad paralela fue el exdiputado y abogado Jorge Trías, quien aseguró que el propio Bárcenas se lo había confesado. De hecho, relató cómo sufrió amenazas después de que se supiera que él había facilitado la publicación en la prensa los llamados papeles de Bárcenas. Sin embargo, Trías no tuvo conocimiento directo de la contabilidad, sino de los apuntes redactados por el extesorero. Pero dio “total” credibilidad a esa caja B, que calificó de “chapuza contable y política”. “Yo le dije: ‘Luis, colabora con la justicia’. Pero él consideraba que los del PP eran sus amigos. Aunque yo le advertí que en política hay muy pocos amigos y que el señor Mariano Rajoy, a quien me encontré a la salida de un funeral, se refería a él como ‘ese’”, rememoraba el letrado sobre una conversación con Bárcenas, en la que este le confesó lo que ocurría en las finanzas del PP.
Después de ese testimonio, Bárcenas solo se ha encontrado con la negación de los hechos que él había confesado. Incluso después de que la justicia haya reconocido la existencia de esa caja B del PP. En la sentencia del caso Gürtel, por la que se condenó a Bárcenas por su papel en una de las mayores tramas de corrupcon ción de España que salpicaba a los populares, la Audiencia Nacional reconoció la existencia de esa contabilidad paralela. Esa sentencia, dictada en mayo del 2018, provocó la moción de censura que expulsó a Rajoy de la Moncloa.
En aquel juicio, ya se escuchó al entonces presidente del gobierno, así como a diversos secretarios generales del PP como María Dolores de Cospedal, Javier Arenas o Francisco Álvarez-cascos. Todos negaron al unísono la veracidad de los acusados y, sin embargo, el tribunal determinó que sus versiones no se ajustaban a la realidad. La Audiencia ya dijo entonces que sus testimonios no fueron creíbles respecto al contenido de los llamados papeles de Bárcenas debido a que negaron la existencia de la caja B del partido.
Los magistrados, apoyándose en la tesis de la Fiscalía, señalaron entonces que no se podía tener en consideración estas testimoniales, ya que decir lo contrario por su parte “significaría reconocer haber recibido estas cantidades”. De hecho, en aquella sentencia se validó la existencia de la caja B, consistente “en una estructura financiera y contable paralela a la oficial existente al menos desde el año 1989, cuyas partidas se anotaban informalmente, en ocasiones en simples hojas manuscritas”. Esta sentencia fue revisada por el Tribunal Supremo que avaló que la Audiencia reconociera su existencia como vía para certificar aquella corrupción de la época.
En el nuevo juicio que se está celebrando estos días y en el que Bárcenas es el principal acusado, el tribunal tiene la obligación de entrar en el fondo de la existencia de esa caja B para poder demostrar si con ese dinero se pagaron las obras de reforma de la sede nacional del PP.
Por ahora, el tribunal cuenta el reconocimiento del principal acusado, la versión de Trías y la declaración de otros dos testigos, los exdiputados del PP Jaime Ignacio del Burgo y Eugenio Nasarre, quienes a pesar de haber negado que en su partido se manejara una caja B sí reconocieron que recibieron dinero en metálico. Las entregas admitidas por ambos coinciden con el reflejo de esas cantidades en los papeles de Bárcenas.
Del Burgo se negó a admitir que en su partido se actuara de manera fraudulenta: “La recepción de esas cantidades no implica la existencia de caja B porque en aquella época había donaciones anónimas, que por su propia naturaleza son entregas en metálico, y que el partido las tuviera para hacer pagos en privado no quiere decir nada sobre ilicitud”.
Más contundentes fueron los testimonios de los principales dirigentes de la formación en aquellas épocas. “Absolutamente falso”, dijo Rajoy. “Ni conocía esos papeles ni conozco esos papeles ni tengo indicios sobre su fundamento y su justificación”, aseguró José María Aznar el mismo día ante el tribunal. La misma línea que los ex secretarios generales de ambos. “Serían [los papeles] de la persona que fue tesorero, no del PP”, apuntó Cospedal. “Todo es falso”, aseveró Cascos, a quien Bárcenas situó como ideólogo de esa caja B. “Lo desmiento tajantemente”, repitió Ángel Acebes. Arenas ni se reconoció en los apuntes de “Arenas”: “No es correcto”.
Los ministros que se han sentado en la Audiencia Nacional como testigos de la vista oral también han cerrado filas y han negado la mayor. El exministro de Justicia José María Michavilla se mostró incluso “sorprendido” por su citación. A preguntas de las acusaciones particulares reiteró que “nunca, jamás” supo que hubiera una caja b y que “nunca, jamás” que hubiera “dinero ilegal” en el Partido Popular. Por su parte el exvicepresidente Rodrigo Rato afirmó desconocer “el origen o veracidad” de los apuntes de Bárcenas, que fue compañero suyo durante dos años en la cárcel de Soto del Real. Y cerró el turno el exministro de Defensa Federico Trillo, quién planteó al tribunal que “entendiese” que las anotaciones del extesorero “no merecen ningún crédito”.
La Audiencia Nacional validó “la estructura financiera y contable paralela a la oficial desde al menos 1989”