Viñales va en serio
El ampurdanés lanza su candidatura al título de Motogp con un triunfo soberbio
Pocos contaban con él en las quinielas de los favoritos, sin rumbo desde que no está el octocampeón en pista, y ahí está, reivindicándose en la primera ocasión, después de años de sinsabores. Maverick Viñales está decidido a que este 2021 sea su año, por fin. En su quinta temporada en el equipo de los diapasones, primera como teórico jefe de filas, ahora sin la sombra alargada de Valentino Rossi, el piloto de Roses ha encontrado la madurez. Incluso se ha casado este invierno y espera su primera hija, Nina. A ella le dedicaba el triunfo en la carrera inaugural, con el que ha lanzado su firme candidatura al título de la clase reina.
“Ha sido increíble, la salida no fue muy bien, tuve demasiado willie (se le levantó la rueda), pero guardé gomas para el momento adecuado, mantuve la calma y traté de administrar los neumáticos”, relataba Viñales, que desaprovechó la tercera posición de la parrilla, engullido por la velocidad de las Ducati.
Y es que la salida fue un atropello de las máquinas rojas italianas. Hasta cuatro Ducati se pusieron al frente de la carrera en cuanto se apagaron los semáforos: Bagnaia mantuvo el primer puesto de la pole, y le siguieron como una jauría de lobos Miller, que subió del 5.º al 2.º; Zarco, del 6.º al 3.º, y el más espectacular, el novato Jorge Martín, del 14.º al 4.º. Impresionante. “He visto pasar a Jorge como un misil”, decía asombrado Viñales.
Tan deslumbrante fue el arranque de las motos de Borgo Panigale como el apagón de las Yamaha. Quartararo era el primer piloto azul, 6.º en la salida, que fue 4.º en la tercera vuelta tras superar a Aleix
Espargaró y Martín. Y el 8.º puesto ocupaba Maverick Viñales, que tras recuperarse de esa reconocida pésima salida subía al 5.º en los primeros giros. Por su parte, el campeón vigente, Joan Mir, se ponía en modo remontada y en la cuarta vuelta ya era 8.º, detrás de su compañero Rins. La pelea estaba servida.
El guion de la carrera respondió a las expectativas de los entrenamientos: iba a ser un asunto entre las Ducati y las Yamaha, que empezaron a despertar a partir del quinto giro con la mejor vuelta de carrera de Viñales, con récord de la pista. No se inquietó el de Roses al ver que las dos Ducati de delante se largaban. Bagnaia tiraba con fuerza, con Zarco a su estela, mientras que Viñales escalaba al 4.º puesto al superar a Miller en la vuelta 9.
A pesar de que a velocidad punta en la recta las Ducati eran imparables, la progresión de las motos azules, con mejor ritmo y menos desgaste de las gomas, fue continua e imparable a la caza de las motos rojas. El punto de inflexión se produjo a media carrera, cuando Viñales pegó el tirón decisivo: en la vuelta 11 (de 22) el de Roses superaba a su compañero Quartararo, un giro después se quitaba de en medio a Zarco y ocupaba el segundo puesto, a 2 décimas del líder.
El ataque definitivo de Maverick llegaba en la vuelta 15, después de estar acosando durante varios giros a un Bagnaia que se desfondaba por momentos al quedarse sin caucho. El ampurdanés le asestó el golpe decisivo a falta de 8 vueltas con un interior, y rápidamente le tomó medio segundo de renta. Se fue a por el triunfo, el 9.º en Motogp y el 25.º de su palmarés, que le vuelve a situar líder del Mundial cuatro años después. La última vez fue en el 2017, edición en la que mandó hasta Catalunya. Luego se apagó. Hasta ahora.
“Ha sido un fin de semana fantástico. Muchas gracias a mi familia más cercana”, decía el ampurdanés, en referencia a su esposa, Raquel, y su futura hija. “Siempre sienta bien ganar, pero esto solo es el inicio. Hay que continuar con los pies en la tierra. Hemos encontrado buenas soluciones para adelantar, que era nuestro punto más débil”, comentaba Viñales a Dazn.
El podio lo completaron Zarco y Bagnaia, que superaron en la recta de meta, en el último suspiro, a un Joan Mir que se quedó sin el premio de la remontada. El balear había arrancado 10.º y llegó con fortaleza al 2.º en la última vuelta, pero las dos Ducati le pasaron como un misil sobre la bandera de cuadros.