La Vanguardia

Los nuevos recelos del peatón

- Luis Benvenuty

La gente tiene miedo, de que la despidan, la contagien, la atropelle un patinete desbocado. La incertidum­bre siempre generó miedo, inquietud, resquemor... A unos más que a otros. Y entonces ya nunca se queja en el trabajo, un montón de gente, al menos en voz alta... y otros no quieren ir a ningún sitio, todos los lugares se les antojan atestados, compran pruebas de antígenos por internet en insisten en aplicársel­os a sus allegados cada vez que... Y muchos, y cada día más, temen una barbaridad que los atropelle un patinete desbocado, como en el vídeo registrado estos días de la mujer que va a coger un taxi –en esta ciudad te despistas un momento con el móvil y...– de modo que prefieren caminar bien cerca de las fachadas.

Por ello las aceras del lado mar de la calle Pelai estrenadas este fin de semana presentan un aspecto tan despejado, diáfano y espacioso. Uno solo tiene que ponerse entre la acera de toda la vida y la nueva zona peatonal para comprobarl­o. La gente no se fía. En el semáforo que queda al lado del El Triangle quienes aguardan en el lado mar a que el semáforo les diga que pueden cruzar la calle lo hacen en lo alto del bordillo, desde la vieja acera, la de toda la vida, aquella en la que aún puedes confiar, y no desde el límite del espacio ahora arrebatado al tráfico rodado, como sería lógico, como impelan los cánones de la ajetreada vida cotidiana. Y los que cruzan desde el lado montaña luego no prosiguen su paseo por la nueva acera. Prefieren refugiarse cuanto antes en la antigua. Además, la inmensa mayoría hace todo esto inconscien­temente. Se lo preguntas, por qué no espera en la nueva acera, y, tras dar un paso atrás lleno de desconfian­za y reponer qué, reconocen que no se dieron cuenta, que ni se fijaron en la nueva acera... y luego añaden que mejor así, que últimament­e la ciudad está tan pintarraje­ada que no hay quien la reconozca, que lo más convenient­e es andar con cuidado. Mira,

A la gente le cuesta caminar por las nuevas aceras de la calle Pelai porque tiene miedo a lo inesperado

ahí viene el del patinete... Normal ¡tiene un carril para él solito!

Las nuevas aceras de Pelai muestran que Barcelona sigue adoleciend­o de falta de criterio en estos menesteres tácticos. Con las de la Via Laietana con topos, las de las calles Consell de Cent y Girona con franjas amarillas, las de Rocafort con dibujos celestes... Y ahora las de Pelai con un tono azul turquesa y líneas que rememoran los panots de siempre que acabaron convirtién­dose en souvenir de esta ciudad. Sí, las nuevas aceras de Pelai son las más bonitas y señoriales de todas las nuevas aceras de Barcelona, y además aquí el bus no pasa a tu vera, si no por el otro lado del vial. ¿Pero no hay una alternativ­a más clara a este rollo tan caleidoscó­pico, lisérgico y confuso? Las ciudades tan grandes, densas y consolidad­as como esta obligan a sus gestores a regular cada centímetro del espacio público, apenas tienen margen para la espontanei­dad, la interpreta­ción y la flexibilid­ad, necesitan marcar los usos con claridad. De lo contrario a la que te despistas te atropella un patinete desbocado. Lo miras otra vez en el móvil, el vídeo en cuestión de la mujer mirando el móvil y... y te acercas un poco más a la fachada.

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La prudencia de muchos peatones da pie a que otros usos tomen las nuevas aceras
XAVI JURIO Un carril muy despejado La prudencia de muchos peatones da pie a que otros usos tomen las nuevas aceras
 ?? XAVI JURIO ?? Puestos a elegir Ante las dos opciones, la ciudadanía se decanta principalm­ente por los espacios peatonales convencion­ales
XAVI JURIO Puestos a elegir Ante las dos opciones, la ciudadanía se decanta principalm­ente por los espacios peatonales convencion­ales
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EL MIRADOR

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