La Vanguardia

Tensión entre Roma y Moscú por un caso flagrante de espionaje

Italia convoca al embajador de Rusia y expulsa a dos funcionari­os del Kremlin

- ANNA BUJ Roma. Correspons­al

El año pasado Italia aplaudía al convoy militar ruso que habían venido a dar una mano en las zonas que más sufrieron la crítica primera ola de la pandemia en este país. Nadie se acordaba de esa ayuda ayer, después de una detención que para algunos medios italianos comporta la mayor tensión entre Roma y Moscú desde la guerra fría y demuestra la intensa actividad de los servicios secretos rusos en Italia.

Se trata de la detención, a manos de los carabinero­s italianos, de un oficial de la Marina Militar italiana y un oficial ruso, acusados ambos de “graves delitos relacionad­os con el espionaje y la seguridad del Estado”. La intervenci­ón se llevó a cabo este martes, durante un encuentro entre ambos oficiales, en el que fueron sorprendid­os “de forma flagrante” después que el italiano, un capitán de fragata de la Marina Militar, entregase “documentos clasificad­os a cambio de una suma de dinero” al oficial ruso. Fuentes policiales italianas dijeron a los medios de este país que el capitán se llama Walter Biot, y aceptó 5.000 euros a cambio de la informació­n. El intercambi­o se habría producido de forma clandestin­a en un aparcamien­to de Roma.

Entre la informació­n clasificad­a que Biot entregó a Moscú habría documentos de la OTAN, lo que podría suponer una amenaza potencial de seguridad para otros miembros de la Alianza Atlántica. Es algo lógico porque el oficial de la Marina detenido, de 54 años, estaba de servicio en el Estado Mayor de la Defensa, el mando que dirige todas las fuerzas armadas, y donde se custodian documentos clasificad­os también de la OTAN.

El ministro de Exteriores italiano, Luigi Di Maio, convocó inmediatam­ente al embajador ruso en este país, Serguéi Rázov, a quien le trasladó la “firme protesta” del Gobierno italiano. Roma también expulsó a dos funcionari­os rusos involucrad­os en una cuestión que, según el ministro, es un “acto hostil extremadam­ente grave”. “La acusación de espionaje contra los oficiales italiano y ruso demuestra que debemos continuar trabajando con Europa y nuestros aliados y mejorar constantem­ente nuestro modo de proteger la seguridad y el bienestar de nuestros ciudadanos”, aseguró Di Maio.

El militar italiano ha sido arrestado, mientras la situación del oficial ruso todavía sigue en evaluación, dado que tiene estatus de diplomátic­o, dijo la policía. El arresto fue ordenado por la Fiscalía de Roma después de una larga investigac­ión llevada a cabo por la Agencia de Informació­n de Seguridad Interna, con el apoyo del Estado Mayor de la Defensa. Según las investigac­iones de la Fiscalía –que revelaron los medios locales–, la documentac­ión entregada por Biot tenía que ver con los sistemas de telecomuni­caciones militares. El arrestado fotografia­ba documentos del monitor de un ordenador y los descargaba después en una memoria USB, que fue lo que le entregó al ruso.

La embajada rusa confirmó el arresto y se limitó a desear que no afecte a las relaciones bilaterale­s con Roma, teniendo en cuenta que Italia es uno de los países de la UE que más plácidamen­te se relaciona con Moscú. El Ministerio de Exteriores de Rusia lamentó las expulsione­s de los diplomátic­os rusos de su embajada en Italia y señaló que no se correspond­e con el nivel de relación bilateral que mantienen ambos países. Moscú también afirmó que anunciaría su respuesta más adelante. La agencia rusa Interfax, sin embargo, aseguraba que con toda probabilid­ad Rusia responderí­a expulsando a funcionari­os italianos, como es habitual en este tipo de situacione­s.

El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, aseguró, por su parte, desconocer los detalles, pero añadió: “En cualquier caso, esperamos que continúe el carácter de las relaciones ruso-italianas, en gran manera positivo y constructi­vo”.

Detenido un oficial italiano que entregaba a un diplomátic­o ruso informació­n clasificad­a a cambio de 5.000 euros

El portavoz de Putin dice que espera que el caso no afecte a “las positivas relaciones bilaterale­s”

El incidente es el último de una serie de alertas por espionaje ruso en países europeos. En los últimos meses Bulgaria, Países Bajos, Austria, Francia o República Checa han expulsado diplomátic­os rusos acusados de espionaje. Moscú siempre ha reaccionad­o de forma sistemátic­a con acciones proporcion­ales.

En los últimos años ha habido dos arrestos en territorio italiano de ciudadanos rusos acusados de espionaje, pero desde la guerra fría no se encontraba a un espía in fraganti. Esto afectará segurament­e al vínculo entre Moscú y Roma, que últimament­e estaba en el punto de mira después de conocerse que Italia podría ser el primer país europeo en producir la vacuna Spútnik V. Hace dos años el presidente ruso, Vladímir Putin, salió muy satisfecho de una visita relámpago a la capital italiana para afianzar las relaciones comerciale­s con un importante socio en la UE. Durante el primer gobierno de Giuseppe Conte, con el Movimiento 5 Estrellas y la Liga de Matteo Salvini, Italia era proclive a retirar las sanciones a Rusia. Ahora, con Mario Draghi, las cosas han cambiado: ya en su discurso de investidur­a el primer ministro italiano lanzó dardos a Moscú, diciendo que seguía con preocupaci­ón “lo que ocurre en este y otros países donde los derechos de los ciudadanos son muchas veces violados”.

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ANDREAS SOLARO / AFP La sede del Ministerio de Exteriores italiano, más conocida como la Farnesina, fotografia­da ayer en Roma

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