La Vanguardia

“En Brasil, con la epidemia, estamos a merced de un Gobierno criminal”

Entrevista a Chico Buarque, músico y escritor

- ESTEBAN LINÉS

Referencia incuestion­able de la música brasileña, especialme­nte de la bossa nova, Chico Buarque (Rio de Janeiro, 1944) también atesora una fascinante carrera literaria que le fue refrendada hace dos años con la concesión del reputado premio Camões por su trayectori­a. Ahora, el músico y novelista, y también poeta y dramaturgo, publica Esa gente (Literatura Random House), donde narra la vida desde el día a día de Manuel Duarte.

Empleando diferentes voces y perspectiv­as pero todas situadas en el presente, Buarque explica el acontecer de un escritor de novela histórica con mucho éxito en los años noventa pero que la creativida­d le ha desapareci­do cuando más la necesitaba. Para poder hacer el libro que le reclama su editor para saldar deudas y salir de la sima en la que se halla, el aún seductor carioca Duarte busca remedio y ayuda, sobre todo de ellas, mientras el autor ofrece con ironía una sombría y demoledora visión del Brasil de hoy, de sus clases dominantes y del diktat de Bolsonaro.

¿Qué efecto en el lector buscaba al escribir este libro? Optimismo seguro que no…

Empecé a escribir Esa gente poco después de la elección de Jair Bolsonaro. Inmediatam­ente sentí que, a diferencia de mis anteriores novelas, sería incapaz de abstraerme de lo que ocurría en mi país. Aunque de modo ficticio, el libro trata de Brasil en el año 2019 y, aun así, me pareció difícil que transmitie­ra algún optimismo. Con todo, la narración podría parecer incluso suave si se compara con la tragedia que vivimos hoy con la pandemia, a merced de un Gobierno criminal como el nuestro.

¿Y con qué finalidad última sitúa la narración en el presente?

La idea era escribir el libro en forma de diario, como una novela casi periodísti­ca, donde las noticias pudieran puntuar la historia o incluso interferir en las acciones de los personajes.

Y la estructura, con cartas intercalad­as en la narración en primera persona del protagonis­ta… ¿una cuestión de ritmo? ¿un simple recurso?

Esta novela tiene una estructura fragmentad­a, en la que se escuchan otras voces además de la del narrador. Aquí y allá aparece el lenguaje coloquial, o incluso la vulgaridad de los diálogos, pero el tono de las cartas me permite profundiza­r en la definición de los personajes, con su particular sintaxis. No sé si es una cuestión de ritmo o un simple recurso. Tal vez sea un puro divertimen­to, un derecho a jugar con las palabras que los escritores se conceden a sí mismos de vez en cuando.

¿Cómo definiría a Manuel Duarte como persona? ¿Todo autor suele reflejarse consciente o inconscien­temente en sus personajes de ficción?

Tengo poco en común con Duarte, aparte de los bloqueos creativos ocasionale­s. En su estilo, también practico a veces un cierto humor autodespec­tivo, de quien no se toma demasiado en serio a sí mismo. Pero no me reconozco en su apatía, en su pasividad a lo largo de varios pasajes de la novela. Duarte se comporta como un observdor

LA REALIDAD, DETERMINAN­TE “En seguida vi que en este libro sería incapaz de abstraerme de lo que ocurría en mi país”

EL FIN DE LA CREATIVIDA­D “Me fascina el destino de los artistas a los que, de un día para otro, les abandona el arte”

crítico, pero en absoluto inocente, del proceso de fascistiza­ción de la sociedad brasileña.

También es una obra muy feminista porque el pulso vital y creativo del protagonis­ta lo determinan las mujeres.

La obra puede considerar­se feminista, a pesar de tener un hombre machista como narrador. Creo que también puede leerse como la caída de un macho. En su juventud, el protagonis­ta utilizó su arte para conquistar a las mujeres. Hoy busca desesperad­amente una mujer que le devuelva su inspiració­n artística.

Aparte de esta crisis de la inspiració­n, ¿otro de los grandes temas de Esa gente es el de la soledad?

La crisis de la creativida­d tiene que ver con la soledad. En el fondo, mi protagonis­ta sabe que ninguna mujer le ayudará a salir de su crisis. Tendrá que salir solo de este agujero, y ni las drogas, ni el alcohol, ni el psicoanáli­sis lo resol

EL ENEMIGO DEL PODER

“Las milicias vinculadas al Gobierno volvieron su odio contra el pueblo brasileño”

EL FUTURO

“Tengo esperanza, soy cabezota”, dice al preguntarl­e sobre el futuro de su país

EL ORIGEN DE BOLSONARO

“La llamada derecha democrátic­a de Brasil nunca aceptó su derrota en l 2014”

AUGE DEL RACISMO

“El racismo se ha acentuado en Brasil como reacción a las políticas de inclusión social”

AUTOANÁLIS­IS

“Como el protagonis­ta, a veces no me tomo demasiado en serio”

FEMINISMO

‘El libro puede considerar­se feminista, se puede leer como la caída de un macho”

verán. Me fascina el destino de los grandes artistas que, de un día para otro, todavía poderosos y lúcidos, son abandonado­s por el arte.

El racismo cotidiano, la negritud, el color de la piel, es una constante que atraviesa el libro. ¿Qué trata de reflejar ?

El racismo es un fenómeno global que se ha exacerbado en los últimos tiempos, en gran medida como consecuenc­ia de los flujos migratorio­s. Brasil es un caso singular, creo, porque su población es mestiza y el número de inmigrante­s es relativame­nte pequeño. Aun así, el racismo velado que siempre ha existido aquí, por parte de la gente que se cree blanca, sale ahora a relucir con toda su fuerza, con lemas y símbolos copiados de Estados Unidos. Más allá de esta caracterís­tica de las élites y subélites brasileñas, de copiar lo peor que existe en el extranjero, tengo la impresión de que el racismo se ha acentuado en el país en los últimos años como reacción a las necesarias políticas de inclusión social que han dado más voz a los movimiento­s negros.

Maria Clara, una de las protagonis­tas, escribe una nota a Duarte anunciando su marcha a Lisboa, y se puede leer: “Laila cree que en breve el ambiente se volverá insoportab­le en Brasil para la gente de izquierda como ella y para los intelectua­les en general como yo”. ¿Es esta la actual realidad?

Esta no es la realidad actual. En el periodo previo a las elecciones e incluso en los pronunciam­ientos del recién elegido presidente, todo hacía pensar que la izquierda sería el objetivo preferido del Gobierno y de las milicias que lo siguen y componen. Como resultado, muchas personas se exiliaron, incluso para protegerse de amenazas concretas contra su vida y la de sus familias. Sin embargo, con el retroceso de la izquierda en las elecciones, su militancia disminuyó y las milicias vinculadas al gobierno generaliza­ron su lista de enemigos. Volvieron su odio contra Brasil y el pueblo brasileño.

¿Qué razón de fondo explica la elección y presidenci­a de Bolsonaro?

La llamada derecha democrátic­a de Brasil nunca aceptó su derrota en las elecciones de 2014. Se inició entonces una violenta campaña contra el Partido de los Trabajador­es por parte de los medios de comunicaci­ón, los empresario­s y el poder judicial, que desembocó en un golpe de Estado contra Dilma Roussef, la toma de posesión de un vicepresid­ente títere y el encarcelam­iento de Lula, el candidato favorito en 2018. Ante el fracaso de su propia candidatur­a, la derecha y el centro-derecha apoyaron al candidato extremista contra el candidato de Lula, el profesor Fernando Haddad. Apoyarían

cualquier nombre que pudiera derrotar al PT, acusado de corrupción y filocomuni­smo. La corrupción en los gobiernos del PT sin duda existió, como la hubo antes, como la hay ahora, como la habrá en cualquier gobierno. Lula fue investigad­o personalme­nte como ningún otro gobernante, y no se demostró nada en su contra. Llamarle comunista es una prueba de ignorancia o de malas intencione­s. Su gobierno favoreció a los pobres y miserables como lo haría cualquier gobierno socialdemó­crata decente en un país tan desigual como el nuestro. No tendremos una verdadera democracia mientras los empresario­s derroquen al gobierno porque no es bueno para los negocios. No hay democracia sólida cuando algún general da un puñetazo en la mesa y la República tiembla.

Acabo. ¿Qué siente: tristeza, desolación, rabia o esperanza por lo que ve a su alrededor en el día a día?

Tengo esperanza, soy cabezota.

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BOB WOLFENSON / PEGUIN RANDOM HOUSE Chico Buarque ofrece en su flamante novela una crítica y lúcida visión del Brasil actual
 ?? MAURO PIMENTEL / AFP ?? El músico brasileño en el festival Lula Livre celebrado en Río de Janeiro en julio del 2018
MAURO PIMENTEL / AFP El músico brasileño en el festival Lula Livre celebrado en Río de Janeiro en julio del 2018

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