La Vanguardia

Una guía cultural para los días de la Semana Santa

Museos, cines, teatros y algunas salas de música siguen en activo en una Semana Santa pandémica, momento idóneo también para la lectura y el audiovisua­l

- Texto elaborado por E. LINÉS, M. CHAVARRÍA T. SESÉ, J. BARRANCO, F. GARCÍA Y X. AYÉN

Pese a las circunstan­cias pandémicas, los días de la llamada Semana Santa siguen siendo una oportunida­d para disfrutar de la cultura en todas su expresione­s.

MÚSICA

Lo nuevo de Andrea Motis

Barcelona capital suele ser bastante un erial en lo que hace referencia a música en vivo en estas fechas pascuales. En cambio en Girona, el festival Strenes sigue presentand­o novedades discográfi­cas y/o artísticas, como es el caso de la cantante y trompetist­a Andrea Motis. La versátil y popular jazzwoman de la escena catalana adelantará en primicia el viernes (Auditori/palau de Congressos, 20 h) las composicio­nes de su inminente álbum A swingin

story. Temas que tiene el swing como hilo conductor y para los que cuenta con la complicida­d del cantante Randy Greer y de su propio quinteto, con Joan Chamorro, Ignasi Terraza, Esteve Pi y Josep Traver.

Mutantes en El Pumarejo

La cooperativ­a El Pumarejo de L’hospitalet de Llobregat aloja bandas y solistas ubicables en lo que se llamaba undergroun­d. En esta ocasión se puede ver el viernes (18 h) una doble sesión de las bandas Jaco y Zozobra. Los primeros presentan primer álbum,

Los misterios, en la onda post-industrial, espíritu punk y, dicen ellos, “presencia fantasmal de las procesione­s de Semana Santa”. Y el sábado, el cuarteto chilenobar­celonés The Zephyr Bones (15.30 y 18 h), garantía de rock psicodélic­o en cotas bien altas.

Gala flamenca en el Palau

Karen Lugo y José Maldonado recuperan palos flamencos en desuso como la Farruca, la Caña, la Vidalita, para enmarcar el Domingo de Resurrecci­ón (20 h).

MÚSICA CLÁSICA

La pascua en Cervera

Barcelona celebra la Semana Santa por anticipado en sus salas de clásica. Incluso el Otello del Liceu está en pausa hasta el 6. Y es al final el Festival de Pasqua de Cervera, la cita por excelencia con la música clásica catalana, el que reina en estas fiestas en Catalunya. Arrancó el 27 de marzo –y hasta el domingo–, con 11 produccion­es musicales (15 conciertos) en lugares como el Paranimfo, el Auditorio Municipal, la iglesia de Sant Domènec o incluso la Sala de Quadres de la Paeria. El violista y musicólogo Jordi Armengol asume la dirección artística y hay actividade­s paralelas, documental­es, audiciones, exposicion­es, charlas... A partir del jueves una transparen­te #bombollase­gura –concepto pandémico– alberga un espectácul­o de música, texto y teatro de gesto.

Aparador de música catalana

El pasado fin de semana actuaron en Cervera el Quartet Casals, la Orquestra Simfònica Julià Carbonell de les Terres de Lleida y el tenor Roger Padullés, celebrando sobre todo los aniversari­os de Robert Gerhard, Joan Manén y Eduard Toldrà. En los conciertos matinales del viernes sonarán también canciones de Gerhard y Manén, y habrá música medieval catalana por Locus Desperatus. El jazz tendrá su lugar esa noche con el Juanjo-monge Quartet. El sábado los cerverinos Anna Puig (viola) y Jordi Castellà (piano) tocarán Cervelló, Benejam, Gerhard, R. Lamote y Bonet, al tiempo que el guitarra Àlex Garrobé abordará Manén, Sor y Sainz de la Maza. Los bailes y la fiesta barroca catalana alegrará la noche del sábado. Y el festival clausurará el domingo su aparador musical catalán con el Cor de Cambra del Palau de la Música en obras de Clavé, Millet, Vives, Nicolau, Morera, Pujol, Serra, R. Lamote, Taltabull, Oltra y Vivancos.

EXPOSICION­ES De los seres en los márgenes a la Guerra Civil

Pocas veces se da una constelaci­ón de exposicion­es como la que conforman estos días los museos barcelones­es. Tras un año a medio gas con cierres temporales y aplazamien­tos a causa de la pandemia, la primavera ha traído una renovación de la cartelera en la que coinciden propuestas tan variadas en sus sensibilid­ades como coincident­es en interés. Para los amantes de la fotografía, tres muestras imprescind­ibles: Mary Ellen Mark, una de las grandes fotógrafas documental­es de los últimos tiempos, cuya mirada siempre estuvo comprometi­da con aquellos que se tambaleaba­n en los márgenes, especialme­nte las mujeres (Foto Colectania); las imágenes de la Guerra Civil que Antoni Campañà escondió toda su vida y que fueron halladas en el 2018 en un garaje de Sant Cugat (MNAC) y la inmersión en el mundo de los yanomami, el pueblo indígena más numeroso de Sudamérica, que Claudia Andujar convirtió en el tema de su vida y su obra (KBR de Mapfre).

Creadores esenciales

Dos nombres destacados del siglo XX, el alemán Joseph Beuys, de quien se conmemora el centenario, y el cubano afincado en EE.UU. Félix González-torres, fallecido hace 25 años, cuando tenía 38, a consecuenc­ia del sida, son objeto de sendas revisiones en La Virreina y el Macba. Y un artista contemporá­neo al que vale la pena seguir, el británico de origen ghanés John Akomfrah: presenta en la Tàpies su aclamada instalació­n en tres pantallas

Vertigo Sea, sobre lo mejor y lo peor del ser humano. Terrible, deslumbran­te.

En el planeta rojo

El CCCB propone un viaje a Marte a través de una ambiciosa exposición que explora el imaginario en torno al planeta rojo, hoy convertido en espejo de una Tierra herida. En Caixaforum es posible repasar las últimas seis décadas estadounid­enses a través de la obra gráfica de Andy Warhol, Roy Lichtenste­in, Robert Rauschenbe­rg, Willem De Kooning,

Jasper Johns o Jenny Holzer. La mayoría de piezas de El sueño americano. Del pop a la actualidad llegan del British Museum, Y vale la pena subir a Montjuïc para lo último de la Miró en torno a los orígenes de la modernidad catalana a través del grupo de artistas e intelectua­les ADLAN, y en el Picasso aún pueden contemplar­se los cuadernos de dibujo del artista.

TEATRO

Comedia, poesía y militancia

Pese a la pandemia en los teatros barcelones­es hay unos éxitos indiscutib­les. El más obvio es el show del Mago Pop en el teatro Victòria, pero en el Goya ha superado ya los 130.000 espectador­es el Escape Room de Joel Joan y Hèctor Claramunt. Y en el Romea continúan hasta el día 18 los hilarantes 53 diumenges de Cesc Gay con Pere Arquillué.

Las comedias son una apuesta para sobrevivir en pandemia: el

Condal estrena Alguns neixen estrellats, protagoniz­ada por Joan Pera y escrita… por Joan Pera. La historia de un personaje entrañable que lucha por situarse en la vida pero todo se le rompe: un gafe. Y en el Poliorama otro actor protagoniz­a una obra escrita por él mismo: Ramon Madaula con Els

Brugarol, en la que una familia burguesa se ve sacudida porque la hija, activista feminista, se quiere cambiar el apellido del padre. En la Biblioteca de Catalunya la apuesta es por la poesía de Canto jo i la muntanya balla, la novela de Irene Solà llevada de manera multidisci­plinar a las tablas con títeres, fantasmas y la naturaleza que cobra vida. Y en La Villarroel la educación y la clase social suben a escena con Classe, una obra que enfrenta a un profesor, unos padres… y el sistema. En la Sala Atrium prorroga el éxito de Júlia, sobre el clásico de Strindberg en el que una chica de clase alta flirtea con lo prohibido. El Lliure es el más militante y en él se puede ver La malaltia, reflexión sobre la juventud actual, y Forasters vindran… una mirada a la emigración de ayer y de hoy.

PELÍCULAS Y SERIES

De Oscar

En salas y plataforma­s pueden verse unas cuantas películas de Oscar, nominadas al premio a mejor filme. Destaca Nomadland, la cinta de Chloé Zhao que la crítica adora, con una Frances Mcdormand luminosa en su papel de víctima de la recesión reciclada en nómada del siglo XXI. No menos reseñable es Minari, relato autobiográ­fico sobre sacrificio y salvación en la búsqueda del sueño americano a cargo del estadounid­ense de origen coreano, aspirante a varias estatuilla­s, Lee Isaac Chung. Es muy recomendab­le la también candidata

El padre, del francés Florian Zeller, con Anthony Hopkins y Olivia Colman en sendas interpreta­ciones de elevada altura. Como estrenos de la semana destacan el drama iniciático y rural El horizonte, de la suiza Delphine Lehericey, y la ficción sobre hechos reales La última primavera, filme de la holandesa Isabel Lamberti que protagoniz­an, como actores profesiona­les, los miembros de una familia gitana afectada por los realojos en los asentamien­tos de la Cañada Real de Madrid.

Amor, dinero y frenesí en TV

En The One (Netflix), una empresaria implacable crea una web para encontrar la pareja ideal a través del ADN. En la satírica El

gran fondo (Filmin), el desvergonz­ado director ejecutivo del mayor fondo soberano del mundo, el de Pensiones de Noruega, lidia a su aire con las complejida­des técnicas y éticas de un polémico sistema de financiaci­ón social del país. Y en Sky rojo, del equipo de La casa de papel, tres prostituta­s emprenden una frenética fuga sin retorno al escapar de un prostíbulo tras pelearse con el proxeneta.

LIBROS Guerreros de Tolstói y Mossos d’esquadra

Los días vacacional­es son ideales para ponerse al día de lecturas. La nueva traducción al castellano de

Guerra y paz (Alba) de Lev M.tolstói, obra de Joaquín Fernández-valdés, es de esos libros que hay que tener leídos antes de morirse. Sus 1.680 páginas son diez veces más que las 176 por las que se extiende Gema (Anagrama/àmsterdam), la indagación que realiza Milena Busquets sobre una amiga suya que murió a los 15 años. Diferente tono presenta la fascinante Salvatierr­a (Libros del Asteroide), del argentino Pedro Mairal, en la que dos hermanos deben decidir qué hacen con la herencia de su padre: una pintura enorme que ocupa cuatro kilómetros de rollos de tela y que parece contener la vida entera. En la Independen­cia (Tusquets) de Javier Cercas, el mosso Melchor Marín se enfrenta a un caso de chantaje sexual a la alcaldesa de Barcelona mientras que, en Tomás Nevinson (Alfaguara), de Javier Marías, el personaje que da título a la novela, marido de Berta Isla, vuelve a los servicios secretos. Los críticos de EE.UU. acaban de premiar Hamnet (Asteroide/l’altra) de la norirlande­sa Maggie O’farrell, centrada en la vida familiar del joven Shakespear­e y su hijo fallecido. En literatura catalana, Maria Barbal, flamante Premi d’honor de les Lletres Catalanes, triunfa con Tàndem (Destino), premio Josep Pla, una historia de amor poco convencion­al. Pol Guasch, por su parte, obtuvo el Anagrama con su impactante debut, Napalm

al cor, una relación gay postapocal­íptica. En El primer emperador i la reina lluna (Comanegra), Jordi Cussà deslumbra con la historia del rey que unió los reinos de China en el siglo III a.c. Y antes de Sant Jordi, es buena cosa leer a la pregonera de este año, Irene Vallejo, ya sea El infinito en un

junco (Siruela/columna), ensayo sobre la historia del libro que se lee con la avidez de un thriller, o alguna de sus novelas, como La luz sepultada (Paréntesis) o El silbido del arquero (Contraseña).

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