La Vanguardia

El conflicto ucraniano se calienta

Moscú y Kíev constatan un aumento de la violencia en el este del país

- GONZALO ARAGONÉS Moscú. Correspons­al

A pesar de los esfuerzos diplomátic­os de los últimos años, con la implicació­n directa de Francia y Alemania, la solución de la guerra en el este de Ucrania parece tan lejos como en el 2014, cuando estalló el único conflicto bélico activo en Europa. Aunque la situación se ha degradado en los últimos meses, con más escaramuza­s en la línea de separación y una veintena de fallecidos, en un encuentro virtual los líderes de París, Berlín y Moscú siguen viendo en los acuerdos de Minsk del 2015 la única salida al conflicto. Rusia acusa del aumento de la tensión a Ucrania, que en el escenario de una nueva guerra fría confía en un mayor apoyo de Estados Unidos tras la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca.

Tanto Ucrania como Rusia, cuyo apoyo es fundamenta­l para las autoprocla­madas Repúblicas Populares de Donetsk (RPD) y Luhansk (RPL), consideran que se ha llegado a un callejón sin salida y se acusan mutuamente del aumento de la tensión y de romper el último pacto de alto el fuego logrado en julio del año pasado, un paso necesario periódicam­ente para que este conflicto que quedó congelado, pero no solucionad­o, vuelva a arder. Desde el 2018 se han roto ocho treguas pactadas.

El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, reconoció el reciente aumento de la violencia y el martes dijo que Rusia “esperaba sinceramen­te” que no se incremente, ya que los combates podrían “eliminar los modestos logros alcanzados”.

Poco antes, en una entrevista en Argumenti i Fakti, culpaba al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, de que “no se hayan puesto en práctica” los acuerdos de paz del 2015. “¿Cómo se puede resolver un conflicto si una parte no quiere comunicars­e con la otra?”, aseguró, conminando al Gobierno de Kíev a hablar con los secesionis­tas.

Pero para Kíev el verdadero interlocut­or es Moscú, porque Rusia es el padrino militar y político de los separatist­as, a pesar sus negativas.

También constató un aumento de la tensión bélica Zelenski después de que el viernes pasado cuatro militares ucranianos murieran en la aldea de Shumi, a 30 kilómetros de la ciudad de Donetsk, sobre la línea de contacto que delimita el territorio controlado por los rebeldes. Eso eleva el número total de soldados ucranianos muertos en este 2021 a 19. “Desgraciad­amente, observamos un aumento del conflicto desde comienzos de año. No nos podemos permitir que el proceso de paz retroceda”, se lamentó.

Como es habitual desde hace siete años, el ejército ucraniano y los rebeldes prorrusos se culpan mutuamente. Y las autoridade­s de Kíev señalan directamen­te a Moscú.

En el Parlamento ucraniano el martes se daba por roto el alto el fuego del 27 de julio del 2020 y se constataba “un significat­ivo incremento de bombardeos y provocacio­nes de las fuerzas armadas de la Federación Rusa”.

Por su parte, la responsabl­e de política exterior de la RPD, Natalia Nikonórova, aseguró el lunes que Ucrania está provocando un agravamien­to del conflicto porque, según ella, persigue una solución militar. Según sus palabras, Kíev inicia hostilidad­es a las que las milicias rebeldes tienen que responder.

El año pasado Ucrania perdió 50 militares. La guerra en el este de Ucrania comenzó en el 2014, al poco de que Rusia se anexionase Crimea. El número de fallecidos supera los 13.000, según la ONU.

Esta escalada de la violencia se produce en un momento en el que Estados Unidos vuelve a tender a Ucrania la mano que se aflojó durante la presidenci­a de Donald Trump. El consejero de Seguridad Nacional de Biden, Jake Sullivan, afirmó el lunes en una conversaci­ón telefónica con Andrí Yermak, jefe de la oficina del presidente ucraniano, que EE.UU. apoya la soberanía y la integridad territoria­l de la antigua república soviética.

Según un comunicado de la Casa Blanca, Sullivan le dijo a Yermak que el apoyo de Washington es inquebrant­able y que Kíev afronta una “continua agresión”, en aparente referencia a Rusia. Y Yermak subrayó que EE.UU. podría desempeñar un papel más activo en las

LÍNEA DE CONTACTO

La reciente muerte de cuatro soldados ucranianos eleva a 19 las bajas de este año

conversaci­ones de paz para resolver el conflicto del Donbass.

Tras la muerte de los militares ucranianos, el Gobierno de Kíev exigió inmediatam­ente reunir al Grupo de Contacto de Minsk (representa­ntes de Rusia, Ucrania y la OSCE). Pero la reunión, prevista para el sábado, se suspendió ante la perspectiv­a de un encuentro de mucho más nivel, el llamado cuarteto de Normandía, que hace referencia a los encuentros periódicos de los líderes de Ucrania, Rusia, Francia y Alemania para tratar de hallar una solución a la guerra.

Es lo que pedía Zelenski. Pero Rusia rechaza de momento una reunión de alto nivel con el presidente ruso, Vladímir Putin. Por el contrario, en Moscú se preparaba un encuentro de Putin con su homólogo francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, lo que en la prensa rusa se ha llamado “formato de Normandía sin Zelenski” y ha provocado las protestas de Kíev. “Nuestra posición es: nada sobre Ucrania sin Ucrania”, dijo el lunes el portavoz de Exteriores, Oleg Nikolenko.

Ese encuentro se produjo finalmente en la noche del martes y fue por videoconfe­rencia. Según el Kremlin, Putin destacó la importanci­a de que las autoridade­s de Kíev cumplan con los acuerdos alcanzados previament­e, principalm­ente en el establecim­iento de un diálogo directo con Donetsk y Luhansk. “La parte rusa expresó su preocupaci­ón por el aumento de la violencia provocado por Ucrania en la línea de contacto”, así como la resolución de aspectos legales para dar estatus especial al Donbass.

También se destacó que hay que seguir apostando por los acuerdos de Minsk. “Se confirmó que no hay alternativ­a a los acuerdos de Minsk como base para resolver el conflicto”, comunicó el Kremlin.

Además de Ucrania, Putin, Macron y Merkel trataron otras cuestiones, como la situación del opositor ruso encarcelad­o Alexéi Navalni. Los líderes francés y alemana “llamaron la atención de Putin sobre la necesidad de respetar sus derechos en conformida­d con el Convenio Europeo de Derechos Humanos, y de preservar su salud”. También abordaron la pandemia de coronaviru­s, las perspectiv­as de registro en la UE de la vacuna rusa Spútnik V y la situación política en Bielorrusi­a, Libia y Siria.

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OLEKSANDR KLYMENKO / REUTERS Un militar ucraniano camina por una trinchera en la línea de contacto, cerca de la ciudad de Avdíyivka, en la región de Donetsk, el pasado febrero

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