Bolsonaro celebra el golpe de 1964 en plena crisis con la cúpula militar
La alianza entre las fuerzas armadas brasileñas y el presidente y excapitán del ejército Jair Bolsonaro pasa por su peor momento, coincidiendo con el aniversario del golpe de Estado de 1964, que se conmemoró ayer. El Gobierno y los militares reivindicaron sin vergüenza el alzamiento contra la democracia que dejó 21 años de dictadura (1964-1985), en plena crisis de Bolsonaro con la cúpula castrense, tras la destitución el lunes del ministro de Defensa, el general Fernando Azevedo, y su sustitución por Walter Braga Natto.
Enmarcada en el relevo en seis ministerios, la salida de Azevedo provocó un terremoto en las fuerzas armadas, pues al día siguiente los comandantes en jefe del Ejército, la Armada y el Aire presentaron su renuncia como gesto de protesta, según ellos mismos filtraron. Aunque oficialmente fue destituida por Bolsonaro en un hecho inédito desde la recuperación de la democracia, el malestar de la cúpula militar trascendió y se dispararon los rumores de más renuncias en los cuarteles e, incluso, de una asonada que se vio obligado a desmentir el vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourão, general en la reserva. “Las fuerzas armadas siempre se van a guiar por la legalidad”, dijo Mourão, aclarando que la posibilidad de un nuevo golpe de Estado es “cero”.
El cambio en Defensa se interpreta como la intención de Bolsonaro de dirigir directamente a los mandos militares, después de que en los últimos meses la cúpula castrense rechazara meterse en lides políticas, como exigía el presidente. Los jefes de los tres ejércitos filtraron que consideran a Bolsonaro “autoritario” porque recientemente trató sin éxito que el Parlamento le otorgara poderes excepcionales para declarar estados de excepción y de sitio, y frenar así las medidas de confinamiento decretadas en sus estados por gobernadores opositores. El general Braga Netto era hasta ahora ministro de la Casa Civil, número dos del Gobierno.
Una vez más Bolsonaro reivindicó el golpe que en 1964 derrocó al presidente João Goulart. La víspera del aniversario, Braga Netto difundió una carta en la que invitaba a “entender y celebrar” un golpe que “pacificó” Brasil ante la “amenaza real a la paz y a la democracia”.
Los cuarteles siguieron ayer la consigna de celebración, igual que el 10% de los brasileños que, según los sondeos, son partidarios de un régimen militar en Brasil. Pese a que con los cambios ministeriales del lunes Bolsonaro quiere parecer menos ultraderechista para ampliar su base electoral conservadora, no está dispuesto a defraudar a sus seguidores más acérrimos.