La España Vaciada vuelve a Madrid para hacer oír su reclamo
La España vacía (2016), de Sergio del Molino, abrió los ojos a muchos urbanistas sobre la existencia de un vasto territorio interior que se había ido despoblando ante el desinterés de la metrópolis. Tal vez aquel fenómeno editorial despertó las conciencias de muchos jóvenes de provincias que se organizaron para denunciar el abandono de sus pueblos y reclamar un futuro digno.
Con el nombre de la España Vaciada, más preciso por cuanto presupone la existencia de un agente extractor de recursos y no tanto un desierto inevitable, en el 2019 nació un movimiento que reclamaba soluciones políticas y que fraguó en una gran manifestación en Madrid coincidiendo con el día europeo de Lucha contra la Despoblación.
Ayer se cumplieron dos años de aquella primera marcha de la España rural por la capital. Para celebrarlo, dos grandes campanas tañeron a mediodía frente al Congreso, como otras muchas desde los pueblos, para recordar que los motivos que impulsaron la Revuelta de la España Vaciada siguen presentes y demostrar que el impulso “sigue latiendo”.
Los diferentes colectivos que integran el movimiento contra la despoblación volvieron a criticar “la falta de compromisos políticos reales que se traduzcan en hechos palpables”. La protesta ya ha dado frutos y a Teruel Existe, con un diputado y dos senadores, se le suman organizaciones como Soria ¡Ya! y Jaén Merece Más, que pueden ser el embrión de un espacio coordinado para estar más presente en las agendas políticas y mediáticas. Para que las maletas con las que muchos se fueron y se van del pueblo, denuncian, “dejen de estar llenas de promesas incumplidas”.