Mallorca, a 80 euros la noche
Con los servicios cerrados, la isla recibe a los alemanes sin la esperada avalancha
La línea 25 del autobús de la Empresa Municipal de Transportes es un buen termómetro para medir la intensidad de la Semana Santa turística en Mallorca. Inicia su recorrido a los pies de la catedral y del Palacio de l’almudaina, y recorre más de 15 kilómetros hasta finalizar en el Arenal, la zona centro de las vacaciones de los alemanes en la isla. Los autobuses lucen carteles que alertan a los turistas de la presencia de carteristas, pero en los últimos meses no habido ni lo uno ni lo otro. Cinco turistas subían al autobús el martes en dirección al Arenal cuando hace dos años lo habrían hecho un centenar; a la vuelta, en sentido inverso, solo una pareja accedía a la línea durante esos 15 kilómetros de recorrido.
Hace dos semanas que llegan alemanes a Mallorca a pasar sus vamallorca caciones de Semana Santa pero ni son una presencia masiva ni llenarán los hoteles de la isla. El pasado fin de semana llegaron poco más de 24.000 turistas extranjeros, que se reparten entre el centenar de hoteles abiertos de los casi 900 adscritos a la Federación Hotelera de y esta previsto que hoy aterricen 120 vuelos, en su mayoría de Alemania. La presencia de alemanes por el centro de Palma vuelve a sorprender porque hace más de seis meses que no se les veía en chancletas y pantalón corto, pero no tiene nada que ver con la Sema
Solo hay un centenar de hoteles abiertos de los casi 900; TUI oferta vuelo y estancia de 3 días por 195 euros
na Santa del 2019, cuando el debate político balear estaba centrado en la masificación total de las islas.
La realidad es que, pese a la llegada coyuntural de alemanes, el turismo sobrevivirá estos días con respiración asistida, con ofertas de 80 euros la noche y con descuentos de entre el 15 y el 20 % sobre el precio habitual. TUI, el touroperador alemán que reanudó sus conexiones en cuanto la isla desapareció de la lista negra de destinos, ofrece vuelo y estancias de tres días por 195 euros.
La playa de Palma es el epicentro del turismo alemán. En el corazón de este inmenso arenal hay abiertos tres hoteles, que dan vida a los pocos restaurantes de la zona que se han atrevido a levantar la persiana. El paisaje sigue teniendo algo de apocalíptico, con la inmensa mayoría de comercios, bares y restaurantes cerrados a cal y canto mientras de vez en cuando se ve a una familia de turistas en bañador cargando con sus colchonetas en dirección a la playa.
Sandra y Norbett Babbel, una pareja de mediana edad de Colonia, explican que son habituales de Mallorca, y aseguran que jamás habían visto la playa de Palma de esta manera. “Es un privilegio poder disfrutar de esta zona sin apenas turistas”, asegura Sandra. En Alemania está todo cerrado, así que para ellos es un lujo poder disfrutar de tiendas y bares abiertos.
Cerca de allí, Michele Iovino atiende clientes en la cafetería Ciro. Llevaba cerrada desde el mes de noviembre y abrió hace una semana, cuando se anunció la reapertura de los vuelos con Alemania. Tiene la terraza llena y espera aguantar así durante toda la Semana Santa, pero no se atreve a decir si seguirá abierto cuando pasen los días de vacaciones, aunque confía en que estos días marquen el inicio de la temporada.
No lo tienen tan claro en la cadena Riu. Cerró todos su hoteles excepto uno el pasado mes de septiembre y acaba de reabrir dos tras el reinicio de las conexiones aeroportuarias. Para esta Semana Santa calculaban una ocupación del 37% pero las reservas han funcionado mejor de lo esperado y en cuatro días pasaron al 68%. Vienen en su mayoría para estancias de una semana con precios por debajo de lo habitual y a la vuelta deberán hacerse una prueba para demostrar que no tienen coronavirus.
El hotel ha llegado a un acuerdo con una clínica privada para que se ocupe de los test PCR o de antígenos y el personal de la clínica se ha llegado a desplazar a las instalaciones hoteleras para hacer la prueba. Para Riu, esta Semana Santa no marcará el arranque de la temporada porque las reservas caen luego en picado. “Nos hemos acostumbrado a operar con una antelación de solo dos semanas; ahora no hay reservas para después de las vacaciones pero dentro de dos semanas puede que las haya”, señala.
La llegada de varios miles de turistas alemanes durante estos días es la aspirina para un enfermo que necesita cirugía general. El conseller de Model Econòmic i Turisme, Iago Negueruela, insiste en que el Govern balear prefería haber retrasado la llegada de turistas, pero recalca que todos ellos lo hacen con PCR negativa e insiste en que las restricciones son de obligado cumplimiento para todo el mundo: residentes y turistas.
Sandra Babbel, la turista alemana que paseaba por la playa, entiende que todos deben cumplir las restricciones, aunque lamenta que los bares no estén abiertos más allá de las 17 horas. En cualquier caso, ella tiene claro que, con estos precios y con esta ocupación, volverá a las islas en cuanto le dejen.
Hace dos semanas que llegan turistas desde Alemania pero ni son una presencia masiva ni llenarán los hoteles