El turismo familiar y regional alivia al sector
Los archipiélagos concentran casi la totalidad de extranjeros
Con la movilidad entre comunidades restringida, esta será una Semana Santa atípica para el sector turístico. Será infinitamente mejor que la del pasado año, que coincidió con el confinamiento total, pero la facturación caerá drásticamente respecto a la de la temporada de 2019. El perjuicio será mayor en las zonas de turismo masivo, que disponen de más equipamientos por llenar, y solo las islas, Baleares y Canarias, acogerán una cifra reseñable de extranjeros, aunque muy alejada de la normalidad. Se impone el turismo regional y en la burbuja familiar.
En Benidorm, donde en esta época no cabía ni un alfiler, es ahora el ejemplo de la desolación, con 16 hoteles abiertos de 140 y con una ocupación prevista del 50%. “Los cierres perimetrales nos han hecho la pascua”, explica una portavoz del sector hotelero, resignada al hecho de que prácticamente todos los visitantes serán de la región, con “algún extranjero despistado que ha podido entrar”. La patronal calcula que la facturación de los hoteles valencianos caerá un 72% respecto a la del 2019.
Madrid enarbola la bandera de la permisividad en sus restricciones para seguir atrayendo turismo internacional con estancias breves, de dos noches de promedio. La Asociación Empresarial Hotelera de Madrid confía en las reservas de última hora, aunque espera más en los movimientos interiores de la Comunidad y considera que se registrarán mayores niveles de ocupación fuera de la capital, en ciudades como Alcalá de Henares y Aranjuez.
Con los cierres perimetrales ha llegado la hora de las escapadas de corta distancia. En este sentido, el presidente de Castilla-la Mancha, Emiliano García-page, presume de que los establecimientos turísticos de la región estarán ocupados al 60%. Es “un turismo cordial, tranquilo y no masivo”, definió. Un modelo similar al que ofrecen las casas rurales de Lleida, prácticamente llenas aunque las restricciones en la ocupación repercutirán negativamente en los ingresos. “Todo el turismo es de aquí. Quizá algunas casas de la Cerdanya, Alt Urgell o Val d’aran acojan algún cliente francés, pero de forma minoritaria”, explica Jaume Ramon, presidente de la Federació de Cases Rurals de Lleida. Muestra preocupación porque se están registrando algunas cancelaciones para después de Semana Santa por la incertidumbre sobre la evolución de la pandemia y asegura, como todo el sector, que la normalidad turística depende de la vacunación.
La Costa Daurada y las Terres de l’ebre no se nutren especialmente en Semana Santa del turismo internacional. “En un año normal tendríamos mucho Aragón, Pamplona, Logroño, País Vasco, València y algo de Madrid, que no podremos tener”, explica Xavier Guardià, portavoz de la Federació d’empresaris d’hostaleria i Turisme de Tarragona. “Por contra, acogeremos público catalán debido al cierre perimetral”, matiza. Esta zona mantiene abierta el 80% de la oferta de camping entre el 40 y el 50% de apartamentos turísticos y un 15-20% de las plazas hoteleras. Guardià se muestra optimista respecto al horizonte pospandémico: “Hemos notado, cuando concluyeron los cierres municipales y comarcales, que cuando se restablezca la movilidad la gente se moverá. Estamos un poco hartos y la gente necesita moverse. Cuando Boris Johnson –primer ministro del Reino Unido– dijo que quizá a finales de mayo los británicos podrían moverse las reservas aumentaron un 1.000%”.
Las islas, Baleares y Canarias, concentrarán casi la totalidad del turismo internacional en Semana Santa, aunque lejos de los niveles habituales. Los tres principales aeropuertos canarios recibirán 45.367 turistas extranjeros y 49.222 peninsulares, el 77,8% y 41,22% menos que en el mismo período del 2019, según datos del Gobierno. La caída afecta especialmente al turismo británico, que en el 2019 registró una llegada de 25.690 viajeros al aeropuerto de Gran Canaria y este año serán 186. Así, la oferta de alojamientos ha quedado reducida al 30%.
Respecto a las Baleares, el aeropuerto de Mallorca ha previsto la llegada de 120 vuelos entre las 16.45 h de ayer y las 18.35 h de hoy. La mitad (59) proceden de aeropuertos alemanes, 13 de otros países europeos y 48 de aeropuertos españoles (8 de Barcelona y 8 de Madrid). Parece mucho, pero como en el caso de Canarias representa una pequeña fracción de los niveles habituales.
Los tres principales aeropuertos canarios registran una caída del 77,8% de visitantes internacionales