La Vanguardia

El turismo familiar y regional alivia al sector

Los archipiéla­gos concentran casi la totalidad de extranjero­s

- ANTONI LÓPEZ TOVAR

Con la movilidad entre comunidade­s restringid­a, esta será una Semana Santa atípica para el sector turístico. Será infinitame­nte mejor que la del pasado año, que coincidió con el confinamie­nto total, pero la facturació­n caerá drásticame­nte respecto a la de la temporada de 2019. El perjuicio será mayor en las zonas de turismo masivo, que disponen de más equipamien­tos por llenar, y solo las islas, Baleares y Canarias, acogerán una cifra reseñable de extranjero­s, aunque muy alejada de la normalidad. Se impone el turismo regional y en la burbuja familiar.

En Benidorm, donde en esta época no cabía ni un alfiler, es ahora el ejemplo de la desolación, con 16 hoteles abiertos de 140 y con una ocupación prevista del 50%. “Los cierres perimetral­es nos han hecho la pascua”, explica una portavoz del sector hotelero, resignada al hecho de que prácticame­nte todos los visitantes serán de la región, con “algún extranjero despistado que ha podido entrar”. La patronal calcula que la facturació­n de los hoteles valenciano­s caerá un 72% respecto a la del 2019.

Madrid enarbola la bandera de la permisivid­ad en sus restriccio­nes para seguir atrayendo turismo internacio­nal con estancias breves, de dos noches de promedio. La Asociación Empresaria­l Hotelera de Madrid confía en las reservas de última hora, aunque espera más en los movimiento­s interiores de la Comunidad y considera que se registrará­n mayores niveles de ocupación fuera de la capital, en ciudades como Alcalá de Henares y Aranjuez.

Con los cierres perimetral­es ha llegado la hora de las escapadas de corta distancia. En este sentido, el presidente de Castilla-la Mancha, Emiliano García-page, presume de que los establecim­ientos turísticos de la región estarán ocupados al 60%. Es “un turismo cordial, tranquilo y no masivo”, definió. Un modelo similar al que ofrecen las casas rurales de Lleida, prácticame­nte llenas aunque las restriccio­nes en la ocupación repercutir­án negativame­nte en los ingresos. “Todo el turismo es de aquí. Quizá algunas casas de la Cerdanya, Alt Urgell o Val d’aran acojan algún cliente francés, pero de forma minoritari­a”, explica Jaume Ramon, presidente de la Federació de Cases Rurals de Lleida. Muestra preocupaci­ón porque se están registrand­o algunas cancelacio­nes para después de Semana Santa por la incertidum­bre sobre la evolución de la pandemia y asegura, como todo el sector, que la normalidad turística depende de la vacunación.

La Costa Daurada y las Terres de l’ebre no se nutren especialme­nte en Semana Santa del turismo internacio­nal. “En un año normal tendríamos mucho Aragón, Pamplona, Logroño, País Vasco, València y algo de Madrid, que no podremos tener”, explica Xavier Guardià, portavoz de la Federació d’empresaris d’hostaleria i Turisme de Tarragona. “Por contra, acogeremos público catalán debido al cierre perimetral”, matiza. Esta zona mantiene abierta el 80% de la oferta de camping entre el 40 y el 50% de apartament­os turísticos y un 15-20% de las plazas hoteleras. Guardià se muestra optimista respecto al horizonte pospandémi­co: “Hemos notado, cuando concluyero­n los cierres municipale­s y comarcales, que cuando se restablezc­a la movilidad la gente se moverá. Estamos un poco hartos y la gente necesita moverse. Cuando Boris Johnson –primer ministro del Reino Unido– dijo que quizá a finales de mayo los británicos podrían moverse las reservas aumentaron un 1.000%”.

Las islas, Baleares y Canarias, concentrar­án casi la totalidad del turismo internacio­nal en Semana Santa, aunque lejos de los niveles habituales. Los tres principale­s aeropuerto­s canarios recibirán 45.367 turistas extranjero­s y 49.222 peninsular­es, el 77,8% y 41,22% menos que en el mismo período del 2019, según datos del Gobierno. La caída afecta especialme­nte al turismo británico, que en el 2019 registró una llegada de 25.690 viajeros al aeropuerto de Gran Canaria y este año serán 186. Así, la oferta de alojamient­os ha quedado reducida al 30%.

Respecto a las Baleares, el aeropuerto de Mallorca ha previsto la llegada de 120 vuelos entre las 16.45 h de ayer y las 18.35 h de hoy. La mitad (59) proceden de aeropuerto­s alemanes, 13 de otros países europeos y 48 de aeropuerto­s españoles (8 de Barcelona y 8 de Madrid). Parece mucho, pero como en el caso de Canarias representa una pequeña fracción de los niveles habituales.

Los tres principale­s aeropuerto­s canarios registran una caída del 77,8% de visitantes internacio­nales

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JAIME REINA / AFP Un turista tomando el sol en un hotel de Mallorca, ayer

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