Obsesiones liceístas
Trazar el eje vertebrador de una temporada operística como la del Liceu puede llegar a ser lo que en jerga museística se conoce como una auténtica curadoría. Una labor de comisario del arte. Y consciente de ello, Víctor Garcia de Gomar, el director artístico del coliseo barcelonés, no se contentó con envolver en este prisma las distintas producciones de este curso pandémico. Un curso en el que hay desde un depredador sexual como Don Giovanni a una Lucia di Lammermoor trastornada por no poder estar con su amado, pasando por Otello, el héroe que se convierte en asesino por celos. Lo que hizo fue encargar la edición de un libro que recogiera reflexiones de distintos autores al rededor del concepto de obsesión en el proceso artístico.
La publicación Hänsel* i Gretel* se ocupó de invitar a artistas visuales, especialistas musicales, cineastas, filósofos, escritores y críticos a indagar en la obsesión como mecanismo de creación artística. Editado en catalán, Obsessió surge entre campanillas, en plenas funciones del Otello que dirige Gustavo Dudamel.
Llucià Homs y Fèlix Riera, artífices de la citada plataforma cultural, convocaron en el Liceu a distintas de esas voces: el filósofo Rafael Argullol, el escritor Julià de Jódar, los artistas Gino Rubert, Eulàlia Valldosera y Pep Duran, la diseñadora Nina Pawlowsky, el musicólogo Oriol Pérez Treviño y Albert Serra que reprodujo in situ en una performance una entrevista consigo mismo.
“Queremos ir más allá de lo que es un templo lírico per se; en pleno siglo XXI los proyectos culturales ambicionan mucho más, no puede quedarse en los límites de su propio director artístico”, comenzó diciendo De Gomar. Así, la ópera es el vehículo principal pero no el único, es el denominador común “pero siempre apelando al impacto de la Florencia del 1600 en la que nace el género por la confluencia de la arquitectura, la música, la poesía... una suma que hace que nazca algo nuevo”. Al parecer, el equipo directivo del teatro está constituyendo –sin perder de vista la lírica– distintas mesas de reflexión. Y una de ellas consiste en pedirle a la sociedad que piense qué quiere decir ópera en el siglo XXII.
Homs vio ahí un faro de pensamiento sobre lo contemporáneo en la ciudad de
Filósofos y artistas presentaron el libro ‘Obsessió’ sobre el eje de la temporada del Liceu
Barcelona. Y Riera, una preocupación sobre lo humano, “pues las obsesiones recogen lo que hay de humano en nosotros”. “Sin las obsesiones –dijo– nuestras pasiones serían elementos flácidos, realidades poco estimulantes, saltos gallináceos sobre la propia experiencia artística y de la vida. La obsesión nos permite conectar con una superación de nuestros límites”.
Como afirma Argullol en el libro: “Pasión y obsesión son en realidad un continuo. Lo que pasa es que la pasión es una obsesión en grado preliminar y la obsesión es una pasión en grado extremo, pero hay continuidad”.