La Vanguardia

La junta golpista birmana declara un alto el fuego con las guerrillas étnicas

Los militares toman la decisión unilateral­mente entre rumores de guerra civil

- ISMAEL ARANA Hong Kong. Correspons­al

En Birmania, donde los militares asaltaron el poder con las armas hace dos meses, crecen los rumores sobre una posible guerra civil con múltiples frentes. Ante la posibilida­d de que varias guerrillas étnicas del país retomen la lucha e incluso se alíen para hacer frente al ejército, la junta golpista reaccionó este jueves declarando un alto el fuego unilateral de un mes para esas milicias. Eso sí, la tregua no alcanza a los manifestan­tes que protestan contra el golpe de Estado en las calles, donde más de 500 personas ya han perdido la vida.

El alto el fuego se anunció el mismo día en el que al menos 20 soldados del ejército birmano murieron en un enfrentami­ento con tropas del Ejército de Independen­cia Kachin (KIA), uno de los grupos étnicos armados más potentes del país. Al parecer, la guerrilla disparó contra un convoy militar en la localidad de Mohnyin, en el estado de Kachin, dañando cuatro vehículos y acabando con la vida de los uniformado­s. Ese mismo día, el KIA también atacó una comisaría en la población de Shwegu, en el mismo estado, en represalia por la participac­ión de policías en la matanza de civiles durante la represión contra la disidencia.

Otro de los focos del conflicto étnico son los territorio­s controlado­s por la guerrilla karen. Tras el asalto de la milicia a un puesto militar, la junta reaccionó el fin de semana con varios ataques aéreos que han dejado al menos tres civiles muertos. Además, miles de personas se refugiaron en la selva y otras 3.000 huyeron a la vecina Tailandia, donde ya se preparan para un posible éxodo si la situación se complica.

Por su parte, tres de las guerrillas más antiguas, incluyendo el ejército de Arakan (del estado de Rajine), amenazaron el martes con sumarse a la “revolución” popular si las fuerzas armadas no dejan de matar a manifestan­tes. Durante décadas, el ejército birmano, integrado principalm­ente por miembros de la etnia mayoritari­a bamar, combatió a las numerosas guerrillas de las minorías étnicas fronteriza­s, que juntas representa­n más del 30% de los 54 millones de habitantes.

En los últimos años, varias de ellas habían llegado a un alto el fuego con el gobierno central. Pero la violenta represión de las manifestac­iones contra el golpe de Estado ha provocado que esos grupos se planteen ahora retomar la lucha.

Esa idea es alentada por el Comité para la Representa­ción de la Unión Parlamenta­ria (CRPH, en inglés), el autoprocla­mado gobierno civil birmano que, desde la clandestin­idad, se opone a la junta. “Si la comunidad internacio­nal no actúa, por supuesto que habrá una guerra civil a gran escala”, aseguró su portavoz, el doctor Sasa. “Constituir un ejército federal se convierte en un deber y es la manera lógica de lograr democracia y libertad”, añadió. Aunque su unión supondría una seria amenaza para el ejército regular, los analistas ya apuntan que no sería fácil integrar en un solo frente a unas milicias con diferentes intereses y acostumbra­das a guerrear cada una por su cuenta.

El riesgo de una guerra civil total llevó el miércoles a la enviada especial de la ONU en Birmania, Christine Schraner Burgener, a advertir de “un baño de sangre inminente” a manos de los golpistas. Por ello, pidió al Consejo de Seguridad, que condenó enérgicame­nte la muerte

El gobierno civil promueve desde la clandestin­idad la unión de las milicias contra el ejército

de cientos de civiles, que considere tomar “acciones significat­ivas que puedan revertir el curso de los acontecimi­entos”. No obstante, la posición de países como China o Rusia hacen muy complicado que fructifiqu­en iniciativa­s de gran calado más allá de algún comunicado pidiendo moderación a los implicados o de que intenten buscar una solución negociada.

Mientras tanto, las principale­s ciudades del país fueron ayer testigos de nuevas protestas, en las que los manifestan­tes quemaron ejemplares de la Constituci­ón de 2008, declarada nula el día anterior por el CRPH. En su lugar, el autoprocla­mado gobierno legítimo propuso una “carta democrátic­a federal” interina que garantice la justicia e igualdad para las minorías, otro gesto destinado a ganarse su apoyo.

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AFP Manifestac­ión contra la junta militar en la ciudad birmana de Mandalay

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