La Vanguardia

Los indígenas, la clave de Ecuador

El candidato de izquierda, Andrés Arauz, necesita combatir la abstención en la segunda vuelta de las presidenci­ales

- ANDY ROBINSON

Con una ventaja menguante en los últimos sondeos, el candidato de izquierdas a la presidenci­a de Ecuador, Andrés Arauz, necesita más que nunca los votos del movimiento indígena para imponerse en la segunda vuelta de las elecciones presidenci­ales el próximo 11 de abril.

Pero atraer el apoyo de los pueblos originario­s –trece grupos quechuahab­lantes de la cordillera andina y una decena de etnias amazónicas– y sus aliados de la clase media progresist­a en las ciudades no es tan fácil como puede aparecer para al candidato del expresiden­te Rafael Correa.

En estos momentos, entre el 16% y el 25% de los votantes dicen que van a votar nulo. Esto es probableme­nte una respuesta a la recomendac­ión de la Confederac­ión de Nacionalid­ades Indígenas (Conaie), así como del candidato indígena Yaku Pérez –derrotado en la primera vuelta– a no votar ni a Arauz ni a su rival, el conservado­r propietari­o del Banco de Guadalquiv­ir, Guillermo Lasso.

Esto pese a que Arauz sea uno de los críticos más asiduos del ajuste pactado entre el actual presidente Lenin Moreno y el Fondo Monetario Internacio­nal en el 2019, que desató una ola de protestas indígenas en octubre del mismo año, el principio del colapso de la popularida­d de Moreno y una hazaña en la historia reciente de la Conaie.

Atraer a los 1,7 millones de votantes de Pérez, el 20% del total de votos en la primera vuelta, ya es un reto para Arauz. Según un nuevo sondeo de la empresa Comunicali­za, el candidato de izquierda ha perdido los siete puntos de ventaja que registraba en las encuestas publicadas la semana pasada.

En este nuevo sondeo, Arauz y Lasso están en empate técnico con el 33,9% a favor de Lasso y el 32,7% para el izquierdis­ta, que pierde todo el margen de ventaja que tenía. La mayoría de los comentaris­tas siguen dando como favorito a Arauz. Pero movilizar una parte de los votantes de Pérez es urgente para el joven candidato de la izquierda.

“El voto indígena es muy importante y es probable que un porcentaje importante de ese voto nulo acabe votando a Arauz”, dijo Andrés Chiriboga, uno de los asesores de la campaña de Arauz. Esta semana el candidato de izquierda firmará un acuerdo con un grupo de dirigentes del Pachikutik que han roto con Yaku Pérez. El candidato correísta ha logrado el apoyo condiciona­l de líderes indígenas como Leo Iza y Jaime Vargas.

“El llamamient­o al voto nulo es porque el movimiento indígena quiere tener un margen de maniobra con el próximo gobierno, sea de Arauz o de Lasso”, dijo Pablo Davolas, asesor económico de la Conaie. “Pero lo mas probable es que muchos votantes indígenas opten por Arauz porque Lasso se percibe como el candidato de Moreno.”

Al igual que Lenin Moreno, Lasso tachó a los manifestan­tes contra el ajuste del FMI en el 2019 de “grupos anarquista­s”, pese a que fueron encabezado­s, en muchos casos, por mujeres quechuas. Hace dos semanas, un informe de la Comisión de la Verdad de la Defensoría del Pueblo, en Quito, calificó las actuacione­s policiales –asesinatos, violacione­s y palizas– durante las protestas de crímenes de lesa humanidad.

Pero la reticencia de los electores de Yaku Pérez a votar por Arauz tiene que ver con las viejas divisiones entre el movimiento indígena y el correismo. Correa –y en menor medida Arauz– son economista­s heterodoxo­s que creen que se deberían usar los recursos naturales de Ecuador para un proyecto de desarrollo que permita elevar el crecimient­o del PIB, y así combatir la pobreza y reducir la extrema desigualda­d. El 26% de los niños ecuatorian­os sufrían desnutrici­ón incluso antes de la pandemia.

El movimiento indígena, en cambio, rechaza lo que califica como “extractivi­smo” y defiende un modelo ecológico centrado en la convivenci­a con el medio ambiente y cuyo criterio de bienestar es el sumak kawsay, o buen vivir, de la filosofía quechua.

“El pulso con Arauz tiene que ver con el extractivi­smo y el estatismo; para Arauz, todo tiene que salir del Estado central, pero los indígenas creen en un Estado plurinacio­nal”, dice Davolas.

Arauz ha hecho importante­s concesione­s a las ideas indígenas. Ha propuesto una auditoria integral de las concesione­s mineras , reciclaje, sistemas de minería inversa que conectan con las reivindica­ciones del movimiento indígena. Se ha comprometi­do a defender la agricultur­a familiar campesina y defiende un programa de soberanía alimentari­a . Defiende también otra revindicac­ión de Yaku Pérez con la protección de los derechos de la naturaleza. Está comprometi­do con el plurilingü­ismo y la plurinacio­nalidad.

Es más, Arauz presionarí­a para revertir los procesos judiciales contra los líderes indígenas procesados y a veces encarcelad­os tras las protestas del 2019. “En las protestas, líderes del correísmo y del movimiento fueron víctimas de juicios políticos, así que es un punto de conexión importante”, asegura Chiriboga.

Pablo Davolas cree que será suficiente para ganar las elecciones “Lasso es mucho más ‘extractivi­sta’ –dijo–. La derecha está muy debilitada; el movimiento indígena es muy fuerte, y hay un candidato joven que puede atraer a los millennial­s; es decir, que Arauz tiene muchísimas posibilida­des de ganar las elecciones”.

Sin embargo, otros analistas creen que Arauz ha cometido un error en la campaña. “Debería haber buscado ese electorado que está despolitiz­ado, desencanta­do, los que votaron a Yaku”, dijo un activista próximo a Arauz. Para ganarse ese voto “hacía falta radicaliza­rse, pero Arauz ha buscado el voto del diálogo, y esto no funciona en un país que está brutalment­e polarizado”.

Los indígenas recelan del “extractivi­smo” de Arauz, que apuesta por explotar los recursos naturales

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JOSE JACOME / EFE Andrés Arauz, con sus seguidores en un mitin en Quito esta semana

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