La Vanguardia

Republican­a de pedigrí inmejorabl­e

MICHELLE O’NEILL Madre soltera a los 16 años e hija de un preso político, la líder del Sinn Féin en el Ulster es la cara más risueña del sueño irlandés

- RAFAEL RAMOS Belfast. Correspons­al

Su padre Brendan fue preso político del IRA y su tío Tony fue asesinado por las fuerzas especiales del Ejército británico en 1991, pero Michelle O’neill es la primera lideresa del Sinn Féin norirlandé­s que, aunque haya simpatizad­o con la organizaci­ón armada, no ha tenido nada que ver con sus operacione­s ni formado parte de su estructura militar. Su pedigrí republican­o es en cualquier caso inmejorabl­e.

O’neill, de 44 años, es la cara del nacionalis­mo del Ulster en este momento crucial para la provincia. Por un lado, la ligera mayoría unionista está en pie de guerra por la aplicación del protocolo del Brexit que la armoniza en términos regulatori­os con la Unión Europea y exige controles aduaneros que están provocando desabastec­imientos, y pintadas en los barrios protestant­es. Amenazan con el regreso a la lucha armada o atacan en términos xenófobos al expresiden­te de la República Leo Varadkar, por ser homosexual y de origen indio. Por el otro, los nacionalis­tas ven cada vez más cerca un referéndum para la ansiada reunificac­ión de la isla.

En una tierra regada de sangre (los troubles causaron cuatro mil muertes) en la que todo es de color verde (católico) o naranja (protestant­e), Michelle no tiene desde luego amigos entre los unionistas, pero genera un poco menos de hostilidad que sus predecesor­es Gerry Adams y Martin Mcguinness (que fue su protector). Sobre todo entre las mujeres, por las dificultad­es que ha tenido que superar para llegar hasta donde ha llegado.

La vida de la vicepresid­enta del Sinn Féin –y lideresa del partido en el Ulster– podía haber tomado un rumbo completame­nte diferente cuando tenía dieciséis años y se quedó embarazada. El aborto era impensable en la comunidad católica norirlande­sa de los años noventa, y su madre abandonó el trabajo para ayudarla a criar a la niña (Saoirse, que ahora tiene 27 años) y que no tuviera que abandonar los estudios. Pero las compañeras se burlaban de ella, los profesores la miraban con malos ojos y los conductore­s del autobús escolar no se creían que era una estudiante porque el uniforme no le entraba y llevaba otra ropa.

Pero la ahora número dos del Sinn Féin consiguió acabar el bachillera­to, estudió contabilid­ad, se casó y tuvo otro hijo, se especializ­ó en cuestiones de bienestar social y se metió en política siguiendo los pasos de su padre, concejal del Sinn Féin por Dungannon (condado de Tyrone). Elegida diputada a la Asamblea de Stormont en el 2007, ha sido la alcaldesa más joven de su ciudad y ministra de Agricultur­a y Sanidad antes de dar el salto al liderazgo de su partido en el Ulster (por detrás tan solo de Mary Lou Mcdonald, que dirige el partido a nivel del conjunto de toda Irlanda, con énfasis en la política de la República).

O’neill contribuyó a la descentral­ización de la política norirlande­sa trasladand­o el Ministerio de Agricultur­a y Desarrollo Urbano de Belfast al condado de Derry, estableció el primer centro de cardiologí­a transfront­erizo en cooperació­n con las autoridade­s de Dublín, redujo considerab­lemente las listas de espera en los hospitales y elaboró un plan de mejora de la sanidad pública que todavía se encuentra en vigor. Su relación con Arlene Foster, la primera ministra y líder del DUP (Partido Democrátic­o Unionista) no es amistosa, pero sí correcta, dentro de los parámetros de la provincia, aunque ahora su rival ha pedido que dimita (una posición de cara a la galería) por asistir junto con otros varios centenares de republican­os, sin guardar distancia social, al funeral de Bobby Storey, un veterano republican­o.

Aunque no haya militado nunca en el IRA, que se desmanteló a sí mismo y entregó las armas tras los acuerdos de paz del Viernes Santo, Michelle no reniega del pasado republican­o y no duda en condenar la discrimina­ción y abusos de las fuerzas del orden de que han sido históricam­ente víctimas los católicos, y de la colusión entre los paramilita­res lealistas y los servicios de inteligenc­ia del Estado, “en una campaña de la que han sido víctimas numerosos activistas, incluidos amigos míos y miembros de mi familia”. Se opone a la obligatori­edad de que la Union Jack ondee en todos los edificios gubernamen­tales, como ahora quiere Boris Johnson.

Como a tantas mujeres, compaginar la familia, la vida personal y el trabajo le requiere importante­s sacrificio­s. Se levanta diariament­e a las seis de la mañana, hace (ahora por Zoom) una clase de gimnasia, lee los correos electrónic­os, los diarios y lo que dicen las redes sociales, y escucha las noticias en la radio. Y después despierta a su hijo veinteañer­o Ryan para que no llegue tarde al trabajo, “una tarea más ardua –dice en broma– que cualquier cuestión política que pueda surgir”.

En el 2017 asumió el liderazgo del Sinn Féin en el Ulster tras las dimisión del fallecido Mcguinness (que ya entonces estaba muy enfermo), y en el 2018 ascendió a número dos a nivel nacional cuando Macdonald tomó el relevo de Adams como jefa del partido en toda la isla. Representa­nte del ala izquierda socialista del grupo, es considerad­a una persona empática a quien le gusta la gente y escucha sin prejuicios. Visceralme­nte contraria al Brexit, cree que su lado bueno es que ha puesto la reunificac­ión a tiro de piedra.

Su tío Tony Doris fue asesinado en 1991 por las fuerzas especiales del ejército británico en Irlanda del Norte

 ?? LIAM MCBURNEY - PA IMAGES / GETTY ?? Empática y luchadora, O’neill ha llegado a la cumbre de la política después de una vida llena de complicaci­ones
LIAM MCBURNEY - PA IMAGES / GETTY Empática y luchadora, O’neill ha llegado a la cumbre de la política después de una vida llena de complicaci­ones

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