Una carrera de obstáculos
El GEIEG pierde un 40% de ingresos y un 20% de socios por el temporal ‘Gloria’ y la pandemia durante una celebración aplazada de su centenario
La dinámica deportiva ha vuelto. Con el permiso de la situación sanitaria, los usuarios acuden, sin llenarlas, a piscinas, salas de musculación y actividades dirigidas. Todo con reserva y bajo control higiénico-sanitario. Llegar hasta aquí no ha sido fácil. Y no solo por la pandemia. En un tiempo en que el GEIEG de Girona debería estar en plena resaca de celebración de sus cien años de historia, el club deportivo trata de superar una auténtica carrera de obstáculos. Además del cierre obligado por la covid, el temporal Gloria causó importantes desperfectos en sus instalaciones de Sant Ponç. El balance es, según el club, 2,4 millones de pérdidas, un 40% menos de ingresos y la caída de un 20% de socios. Aún así, sus instalaciones levantan cada día la persiana a primera hora.
¿Cuál es el secreto? Su presidente, Francesc Cayuela, tiene la respuesta: “Se trata de un modelo de club muy arraigado en el territorio. Nuestro interés es fomentar el deporte, el amateur, el no profesional. Nos dedicamos al deporte de base, de veteranos, formativos... Somos un club deportivo sin ánimo de lucro y declarado de utilidad pública. Y con más de mil chicas en las 20 disciplinas que ofrecemos”. “Pero mantener este equilibrio –confiesa– es complicado ahora”.
El primero de los batacazos llegó hace un año con las inundaciones del paso del Gloria tras desbordarse el río Ter. El club ha cifrado los desperfectos en más de 1,1 millones de euros. Básicamente fueron daños en los vestuarios y las pistas de tenis y pádel. También quedó inutilizado el sistema de las piscinas porque la maquinaria que las hace funcionar, como los calefactores, quedaron inservibles. El club, sin embargo, pudo dar carpetazo al episodio desolador porque “el Consorcio de Compensación de Seguros cubrió el 90% de los desperfectos y con el trabajo que hemos hecho nosotros nos hemos puesto al cien por cien”, asegura Cayuela.
Otra cosa es la pandemia, quie han provocado ya pérdidas por valor de 1,3 millones de euros que aún no tienen fin. “Necesitamos ayudas económicas directas de la Generalitat para salir del callejón sin salida. Si no estos clubes sin ánimo de lucro no levantarán cabeza y muchos desaparecerán. Será una pérdida importante para el país porque es un modelo de éxito que cuenta con un tipo de integración en el territorio que no es fácil alcanzar”, augura el presidente del GEIEG
Esta incertidumbre por la que pasa la entidad ha llevado a su departamento comercial a trabajar intensamente en los últimos meses en campañas para la captación de nuevos socios, que en el momento álgido de su andadura llegaron a alcanzar las 13.000 personas. “Pero la gente ahora tiene problemas económicos, hay personas en Erto, empresas que no volverán a abrir... Si no hay un impulso del Govern difícilmente entidades como la nuestra tirarán adelante”, reitera Cayuela.
Las pérdidas se suman a un último año agridulce de celebración. Seguramente de los más difíciles de la historia del club. La pandemia ha aplazado la mayoría de las actividades conmemorativas. Solo se llevó a cabo la exposición inaugural del centenario, con fotografías de las secciones deportivas, y tres conferencias. Ni homenajes ni el grueso importante de las propuestas. “Ha sido un golpe duro para los actos del centenario, que habíamos comenzado pero tuvieron que suspenderse. Tenía que ser un momento de alegría y euforia”, lamenta Cayuela.
Pero si algo conocen bien muchos de los deportistas, que entrenan en estas instalaciones es la superación frente a las dificultades. En el libro El GEIEG i Girona. Girona i el GEIEG, editado con motivo del centenario, se pone de relieve la transcendencia que ha tenido el club en la vida deportiva, social y cultural de la ciudad, ya sea a través de la creación de entidades de arte, arqueología, cine o fotografía que surgieron del club. Entre esos ejemplos de superación figura el de Jordi Araus. Este nadador, de 79 años, lleva 63 de ellos vinculado al GEIEG. Araus subraya que “hay que ser positivos” pese a la situación actual. ¿Y darse de baja? Ni hablar de ello. Los hay que no se imaginan su vida sin el club y el deporte. Rosa Maria Sánchez es otra socia, de 86 años. Durante tres décadas ha practicado el tenis y ahora va a la piscina. Rosa Maria, que lleva 75 años vinculada al club, explica el porqué: “El GEIEG es un sentimiento, no te lo puedes sacar del corazón”. Como ellos, muchos. Son la fuerza del club. La que salta los obstáculos de la carrera.
La suma de los desperfectos del ‘Gloria’ y las repercusiones de la covid alcanzan los 2,4 millones de euros