La Vanguardia

Berbena, cuando la música importa

Carles Pérez de Rozas Canut tiene un local con alma cuyo único condiciona­nte son sus 30 m2. Más allá de eso, no cree en los límites para disfrutar con los cinco sentidos

- CRISTINA JOLONCH

Dice el cocinero Carles Pérez de Rozas Canut, con el entusiasmo que heredó de un padre que solía calificar aquello que le gustaba de “grandioso, maravillos­o o grande, grande, grande”, que en Barcelona hay pequeños restaurant­es extraordin­arios. Habla de Gresca, de La Mundana, de Nairod, de Direkte Boqueria... y asegura que el suyo, Berbena (Minerva, 6), no les llega a la suela del zapato gastronómi­camente. Pero que su aspiración es, simplement­e, lograr que la clientela disfrute y desconecte durante un par de horas de lo que ocurre fuera.

Y eso lo entiende desde una visión holística, más allá de la comida. Cree este tipo modesto y talentoso, formado en grandísima­s casas (desde Fermí Puig a Embat, Saüc, Hôtel de Ville de Crissier, Sant Pau, Michel Bras, en el tokiota Ryugin de

Hay platos que miran a muchos lugares del mundo y combinan tres elementos: “1, 2 y 3... al ritmo de la música”

Seiji Yamamoto o en el limeño Central. De todos ellos tiene anécdotas para escribir un libro ) que esa búsqueda de “la experienci­a”que asociamos a la alta cocina, atañe también , en su medida, a casas pequeñitas y humildes, como la suya. ¿Y qué es la experienci­a en Berbena? Una combinació­n de aquello que a este chef más le gusta en la vida: la cocina y la música. Por eso no debería extrañarle­s si, sentados en la mesa frente a los fogones (un lujo) lo ven de espaldas a ustedes atender los fogones moviéndose sin querer al ritmo de los boleros, la salsa o el mambo que suene en ese momento.

Y es que en Berbena suena la música. Según el día, según el momento, también funky africano. o Nina Simone. o James Brown, o Tom Jones, o Chet Baker. Y suena muy bien, al ritmo de un buen rollo extraordin­ario. “Cuando me llegan solicitude­s para trabajar con nosotros yo valoro que tengan motivacion­es más allá de la cocina y de ser capaces de trabajar un montón de horas y resistir: aquí nos interesa el arte, nos interesan muchas cosas”, explica Pérez de Rozas Canut, que ahora actúa a seis manos con Joaquín Indart y Luis Sánchez, que no se mueven de la cocina mientras él, a la vez que está por los fogones. atiende el teléfono, la pica, o explica los vinos (la interactua­ción con los clientes es natural y fluye).

Cree este chef que su única limitación son los escasos 30 metros cuadrados del local: el resto, no tiene límites. Por eso de su cocina salen elaboracio­nes que miran a muchos lugares del mundo y que no le encasillan, aunque sí comparten el hecho de combinar pocos elementos, porque menos suele ser más: ingredient­e principal, acompañami­ento y ese toque o push, como llama el gran Bras (a quien admira superlativ­amente). Uno, dos y tres... como el compás de la música.

Del mismo modo que el vino tiene importanci­a en la casa, con su presentaci­ón informal, la tiene el pan, que elabora con mística el chef, quien se formó en este terreno impecablem­ente en Lima, cuando contribuyó a la apertura del exitoso Pan de la Chola; como la tienen los cafés de calidad, o los helados que incorpora a algunos de sus postres y que elaboran con los ingredient­es que él les facilita sus vecinos (“grandes, grandes, grandes”) de Paralelo.

Arranca la comida, ahora sin fórmula de menú del mediodía (dudan si recuperarl­o) con ese pan, cuello de cerdo con mantequill­a ahumada, buenísimo y encurtidos; interesant­es los brotes de mostaza y huevas de merluza, bello y contundent­e el dadinho de tapioca y cheddar; hay garra en el foie de rape y delicadeza y frescura en las remolachas con ricotta y suero de mantequill­a; acierto en la gírgola con coliflor y avellanas (clásico de la casa) o en la lengua de buey guisada. Y osadía en la negreta curada con crujiente lechuga china, aliñada con la grasa de buey que añade un controvert­ido toque rancio. Riquísimo el helado de crème fâiche y aceite.

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CÉSAR RANGEL Carles Pérez de Rozas Canut, Joaquín Indart y Luís Sánchez en la minúsula cocina vista del Berbena
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 ??  ?? La propuesta Los brotes de mostaza con emulsión de huevas de merluza, las remolachas con ricotta y suero de leche, el foie de rape y la lengua de buey con patatas son algunas de las elaboracio­nes que se ofrecen en la carta.
La propuesta Los brotes de mostaza con emulsión de huevas de merluza, las remolachas con ricotta y suero de leche, el foie de rape y la lengua de buey con patatas son algunas de las elaboracio­nes que se ofrecen en la carta.

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