Monas que buscan la inspiración en el arte
Después de esa Pascua tan atípica que vivimos en el 2020, en pleno confinamiento, el Gremi de Pastisseria de Barcelona calcula que este 2021 se venderán unas 700.000 monas artesanas, alrededor de un 5% menos que en el 2019. Aún así, aseguran que esta cifra es muy positiva, dadas las limitaciones en el número de participantes en reuniones y las restricciones derivadas de la covid. “Este año la normalidad aún no es total, pero ya estamos comprobando que hay muchas ganas de mantener la tradición y volver a disfrutar de las monas artesanas y de la creatividad de los pasteleros”, afirma Elies Miró, presidente del Gremi de Pastisseria de Barcelona.
Las propuestas de los artistas del chocolate también llegan pisando fuerte. Si Jordi Roca, al frente de Rocambolesc, ha elegido a la famosísima Mona Lisa para convertir esta obra maestra de Leonardo Da Vinci en una auténtica mona -con cabeza de chimpancéde chocolate; Eric Ortuño y Ximena Pastor, de L’atelier, han elegido como inspiración otra pieza histórica: Ballong Dog, escultura icónica del estadounidense Jeff Koons, considerado como el principal artista kitch.
En la pastelería Hofmann, en cambio, este año las monas vienen más guerreras que nunca, recuperando el huevo de Pascua como base adquieren formas huma
nas. También Oriol Balaguer se decanta por este símbolo en la de línea de huevos de Pascua que ha presentado inspirándose en la arquitectura, la naturaleza y en el universo animal.
Tampoco se deben pasar por alto las nuevas propuestas de Christian Escribà -con 23 monas y su divertido Baby Joda-; del maestro chocolatero Enric Rovira, que se ha inspirado en el videojuego Amongus; o del japonés Takashi Ochiai, que vuelve a la carga con sus curiosas monas niponas. Entre ellas, una mona luchadora de sumo o el mismísimo Doraemon.