Raiola, un historial de encontronazos

Joan Laporta tiene una buena relación con Mino Raiola que se remonta al verano del 2009 cuando, por expreso deseo de Guardiola, el presidente del Barcelona tuvo que negociar el intercambio Eto’o-ibrahimovic con el Inter de Milán. La operación fue compleja. El sueco, valorado en 69 millones, cambió San Siro por el Camp Nou mientras que el camerunés, tasado en 24 millones, hizo el camino inverso. Raiola se llevó un porcentaje del traspaso y también recibía un 10% del salario que pactó con el Barça para Zlatan. Ibra empezó bien en cuanto a goles pero acabó fatal, sobre todo en su relación con Guardiola, que le relegó a la suplencia. Solo estuvo esa temporada porque el técnico pidió su salida a Sandro Rosell, que llegó al palco en el 2010. Rosell incluso tuvo que congelar los pagos al agente italiano por sus continuas críticas y faltas de respeto hacia Guardiola. Desde entonces, el Barcelona apenas ha hecho buenos negocios con el representante. En el 2015, por medio de Ariedo Braida, el Barça bloqueó a Paul Pogba hasta que se realizasen las elecciones que ganó Bartomeu pero no se concretó nada. Cuatro años después, el agente no aceptó la oferta de renovación para el juvenil Xavi Simons, de 16 años, que dejó la Masia y se marchó al PSG. Ese mismo verano, Matthijs de Ligt, también representado por Raiola, se decantó por el Juventus en vez de seguir los pasos de su amigo Frenkie de Jong.