Las grandes tecnológicas extienden su poder a casi todos los sectores
Se recrudecen las voces que exigen poner coto a Google, Amazon, Facebook y Apple
Google es el buscador que guía los intereses de más de la mitad del mundo, a 4.000 millones de usuarios de los 7.800 millones habitantes del planeta. Amazon es el epicentro del comercio electrónico. Facebook, la primera nación del globo con casi 2.500 millones de habitantes. Y Apple completa esa tríada al estar siempre que se habla de tecnología digital. A los cuatro se les conoce por GAFA, que es el acrónimo de sus iniciales. Tienen un valor de mercado conjunto superior al del producto interior bruto (PIB) de muchas de las grandes economías occidentales (incluidas Alemania o el Reino Unido). Solo Apple capitaliza 2,1 billones de dólares, más que PIB de España (1,4 billones en el 2019, antes de la pandemia).
Los cuatro tienen intereses en tantos sectores que empiezan a verse como un mundo paralelo. ¿Coches autónomos? ¿Inteligencia artificial? ¿Medicina? ¿Servicios de internet en la nube? ¿Seguridad? ¿El negocio de los vídeos, películas, series, videojuegos? ¿Electricidad, ingeniería aeroespacial, banca? Ya están en todos ellos. Y en muchos otros. La lista es larga. A menudo confusa. Obtienen grandes ingresos. Hacen multitud de inversiones, compras y experimentos y en su camino apenas compiten entre sí.
Google y Facebook obtienen casi el 100% de los ingresos de la publicidad sin apenas pisarse. Y Apple y Amazon casi el 100% por el pago de sus productos y servicios, sin solaparse. Su dilema es más que nada con los países y sus regulaciones. “Hay competencia en la nube, en donde Amazon es líder, pero por eso también se dice que no hay una competencia seria. En el interés de todos ellos está crecer, sobre todo para mantener y aumentar su capitalización bursátil. Y por eso necesitan ir a nuevos sectores”, explica a La Vanguardia Joelle Toledano, profesora emérita en regulación de la Universidad de París-dauphine y autora del libro GAFA: reprenons le pouvoir! (Odile Jacob).
“En lo que se solapan”, añade por su parte Juan Carlos Miguel de Bustos, catedrático de comunicación audiovisual en la Universidad del País Vasco y el autor de varios estudios sobre las mismas, “es en la economía de multitudes”. Porque en conjunto, cogidas una a una, impresiona su tamaño y todos los sectores en los que actúan.
Así sucede con Google. Lo que empezó en 1998 siendo un simple buscador es hoy un imperio con miles de ramas. Su principal negocio es el publicitario y el de contenidos. Pero hay más. Más incluso de lo imaginado. Tanto como para crear una empresa matriz nueva, Alphabet. Google, como filial, incluye al buscador homónimo, el más usado en el mundo, y aplicaciones clave (también líderes a nivel global) como Gmail, Chrome, Maps… O plataformas de contenidos como Blogger y Youtube, canal que sólo ve por delante a Facebook en usuarios mensuales. O sistemas operativos para dispositivos móviles como Android.
Pero hasta aquí lo obvio, lo más conocido. Hay, a su vez, diferentes fondos de inversión (Googlev, Capitalg), patentes de la electrónica de Motorola; el gigante está también en el negocio de la fibra óptica (Googlefiber), o la tecnología para la conexión a internet a través de globos (Loon). Ha impulsado laboratorios secretos de experimentación (Googlex), así como investigaciones sobre biotecnología contra el envejecimiento (Calico) y otras ciencias de la vida (Verily). Tampoco faltan empresas que apuntan a las infraestructuras, urbanismo y arquitectura (Sidewalk), la paquetería mediante drones (Wing) y la inteligencia artificial orientada tanto a la seguridad (Chronicle) como a la salud y otros sectores (Deepmind). Incluso tiene un think tank (Jigsaw) y se ha asomado al mundo educativo en Grow with Google.
La omnipresencia de Amazon no se queda atrás. Lo que empezó en 1994 con la venta de libros a distancia es hoy otro imperio. Su principal rama de negocio es el comercio online, y ahí se incluyen los Kindle destinados a la lectura en digital; Locker y Flex, para el reparto de paquetería; la inteligencia virtual para asistir a los usuarios de Alexa, o Amazon Music.
Pero incluye muchos negocios más. Está Amazon Web Services, una compañía de bases de datos que cuenta con numerosas nubes. Y Amazon Robotics, para desarrollar tecnología de manejo de mercancías en los almacenes. El inmenso directorio de cine IMDB también es una filial de Amazon. Y la compañía Sumerian, de realidad aumentada. Y Twitch, la gran plataforma de los gamers. O los supermercados Whole Foods. O Ring, destinada a la tecnología de vigilancia. O Pillpack, su central de compras de productos farmacéuticos. Junto con lo anterior, cuenta con Amazon Studios
Las principales empresas y servicios de las cuatro grandes tecnológicas
para la grabación y filmación de películas y de series.
Facebook resiste bien la comparación con los dos anteriores. Lo que empezó siendo un espacio para compartir fotos de amigos en el 2004 aún es hoy su principal negocio dados sus más de 2.500 millones de usuarios mensuales. Aparte, destacan plataformas tan populares como Instagram, Messenger, Whatsapp o Giphy.
Más allá también están Oculus para la realidad virtual, Face.com, para el desarrollo de tecnología de reconocimiento facial, o Atlas, para el análisis de gustos y preferencias de los usuarios que luego facilita para fines publicitarios. Más allá, incluso tiene partes de patentes de grandes de la comunicación como AOL o de las bases del uso de redes sociales de Friendster.
Por último, Apple, tan joven a sus recién cumplidos 45 años. Lo que empezó con el desarrollo de ordenadores es hoy un conglomerado basado sobre todo en el entretenimiento y software, ya sea en sus móviles, ordenadores, inteligencia artificial para la ayuda personal en Siri, para la identificación de la música (Shazam) o sistemas operativos en móviles y en la nube de la mano de IOS e icloud.
En paralelo, sin embargo, una de sus filiales, Drive.ai, se enfoca al desarrollo de vehículos autónomos; Invisage, a los semiconductores; The Dark Sky, para la meteorología; Beddit, en estudiar y controlar el sueño; Apple Energy, para comercializar electricidad de sus plantas solares… Además, por ejemplo, participa en compañías de servicios para la red y bases de datos, como A mai y tiene contratados a varios
para desarrollar proyec os relacionados con la salud.
En unas como otras grandes t nológicas, con todo, no faltan os contratos con la armada o las fu zas de seguridad de Estados U
Lo cual aún es más llamativ para Microsoft, otros de los gigantes estadounidenses. Como tampoco falta que en muchas de estas se añadan mecanismos de pago: Applepay, Googlepay y más. Sin embargo, todas ellas distan del desarrollo en el mundo e las finanzas de sus equivalentes en China. Alibaba es la mayor plataforma móvil en China (Alipay) y a la vez concede préstamos, abre cuentas corrientes, gestiona activos financieros y tiene participaciones en los seguros (Cathay y Zhong An). Tencent (Tenpay) y Baidu (Baidu Wallet, en colaboración con Paypal) tienen una actividad similar.
Y es que Baidu, como equivalente para Google; Alibaba, para Amazon; Tencent, para Facebook (su red social, Wechat, es usada por mil millones de chinos al mes); y Xiaomi, para Apple, dominan el Extremo Oriente, al tiempo que crece su presencia en el extranjero e incluyen a otras empresas que, como señala Miguel de Bustos, las hace “bastante liosas”. Son conocidas por otro acrónimo, BATX, y por lo menos hasta ahora se han limitado, la mayor de las veces, al mercado de más de mil millones de habitantes chino.
La cuestión en todas ellas, sin embargo, es que frente a las grandes tecnológicas, “los países por separado no son suficientemente fuertes”, señala Toledano. Y el último ejemplo sonado lo puso Facebook en Australia, tras bloquear publicar y compartir noticias en sus muros como protesta por el interés de Canberra en implementar nuevos impuestos a su actividad. “El objetivo es evitar su posición monopolística”, insiste la profesora, y por eso, en su opinión, la clave es no caer en que no sea un “si no están ellos, estarán las chinas”, sino implementar reglas del juego que posibiliten la competencia. El clamor lo han recogido tanto la Unión Europea como Estados Unidos. En Europa, se debatirán durante dos años dos reglamentos con los que poner coto al mundo digital, en los que incluso se contempla dividir compañías. En Estados Unidos, se impulsan leyes en el mismo sentido tras concluir que expulsan a la competencia.
Apple y Microsoft tienen más de 40 años. Google y Amazon más de 20. Facebook, 17. En China, son más jóvenes pero siguen una trayectoria similar y en sectores cada vez más diversificados. Todos crecen y crecen mientras Europa no aparece. Emmanuel Macron, presidente de Francia, señalaba en septiembre pasado: “La batalla de la nube se ha perdido”. “Perdimos la primera batalla, la de los datos personales”, indicaba poco antes el comisario para el Mercado Interior, Thierry Breton. Quizá, en realidad, más. Todo un mundo.
Crecen y crecen y hoy superan en valor al tamaño de muchas de las grandes economías
Tanto en EE.UU. como en la UE cunde la preocupación por la falta de competencia