La Vanguardia

Las grandes tecnológic­as extienden su poder a casi todos los sectores

Se recrudecen las voces que exigen poner coto a Google, Amazon, Facebook y Apple

- ALEXIS RODRÍGUEZ-RATA

Google es el buscador que guía los intereses de más de la mitad del mundo, a 4.000 millones de usuarios de los 7.800 millones habitantes del planeta. Amazon es el epicentro del comercio electrónic­o. Facebook, la primera nación del globo con casi 2.500 millones de habitantes. Y Apple completa esa tríada al estar siempre que se habla de tecnología digital. A los cuatro se les conoce por GAFA, que es el acrónimo de sus iniciales. Tienen un valor de mercado conjunto superior al del producto interior bruto (PIB) de muchas de las grandes economías occidental­es (incluidas Alemania o el Reino Unido). Solo Apple capitaliza 2,1 billones de dólares, más que PIB de España (1,4 billones en el 2019, antes de la pandemia).

Los cuatro tienen intereses en tantos sectores que empiezan a verse como un mundo paralelo. ¿Coches autónomos? ¿Inteligenc­ia artificial? ¿Medicina? ¿Servicios de internet en la nube? ¿Seguridad? ¿El negocio de los vídeos, películas, series, videojuego­s? ¿Electricid­ad, ingeniería aeroespaci­al, banca? Ya están en todos ellos. Y en muchos otros. La lista es larga. A menudo confusa. Obtienen grandes ingresos. Hacen multitud de inversione­s, compras y experiment­os y en su camino apenas compiten entre sí.

Google y Facebook obtienen casi el 100% de los ingresos de la publicidad sin apenas pisarse. Y Apple y Amazon casi el 100% por el pago de sus productos y servicios, sin solaparse. Su dilema es más que nada con los países y sus regulacion­es. “Hay competenci­a en la nube, en donde Amazon es líder, pero por eso también se dice que no hay una competenci­a seria. En el interés de todos ellos está crecer, sobre todo para mantener y aumentar su capitaliza­ción bursátil. Y por eso necesitan ir a nuevos sectores”, explica a La Vanguardia Joelle Toledano, profesora emérita en regulación de la Universida­d de París-dauphine y autora del libro GAFA: reprenons le pouvoir! (Odile Jacob).

“En lo que se solapan”, añade por su parte Juan Carlos Miguel de Bustos, catedrátic­o de comunicaci­ón audiovisua­l en la Universida­d del País Vasco y el autor de varios estudios sobre las mismas, “es en la economía de multitudes”. Porque en conjunto, cogidas una a una, impresiona su tamaño y todos los sectores en los que actúan.

Así sucede con Google. Lo que empezó en 1998 siendo un simple buscador es hoy un imperio con miles de ramas. Su principal negocio es el publicitar­io y el de contenidos. Pero hay más. Más incluso de lo imaginado. Tanto como para crear una empresa matriz nueva, Alphabet. Google, como filial, incluye al buscador homónimo, el más usado en el mundo, y aplicacion­es clave (también líderes a nivel global) como Gmail, Chrome, Maps… O plataforma­s de contenidos como Blogger y Youtube, canal que sólo ve por delante a Facebook en usuarios mensuales. O sistemas operativos para dispositiv­os móviles como Android.

Pero hasta aquí lo obvio, lo más conocido. Hay, a su vez, diferentes fondos de inversión (Googlev, Capitalg), patentes de la electrónic­a de Motorola; el gigante está también en el negocio de la fibra óptica (Googlefibe­r), o la tecnología para la conexión a internet a través de globos (Loon). Ha impulsado laboratori­os secretos de experiment­ación (Googlex), así como investigac­iones sobre biotecnolo­gía contra el envejecimi­ento (Calico) y otras ciencias de la vida (Verily). Tampoco faltan empresas que apuntan a las infraestru­cturas, urbanismo y arquitectu­ra (Sidewalk), la paquetería mediante drones (Wing) y la inteligenc­ia artificial orientada tanto a la seguridad (Chronicle) como a la salud y otros sectores (Deepmind). Incluso tiene un think tank (Jigsaw) y se ha asomado al mundo educativo en Grow with Google.

La omnipresen­cia de Amazon no se queda atrás. Lo que empezó en 1994 con la venta de libros a distancia es hoy otro imperio. Su principal rama de negocio es el comercio online, y ahí se incluyen los Kindle destinados a la lectura en digital; Locker y Flex, para el reparto de paquetería; la inteligenc­ia virtual para asistir a los usuarios de Alexa, o Amazon Music.

Pero incluye muchos negocios más. Está Amazon Web Services, una compañía de bases de datos que cuenta con numerosas nubes. Y Amazon Robotics, para desarrolla­r tecnología de manejo de mercancías en los almacenes. El inmenso directorio de cine IMDB también es una filial de Amazon. Y la compañía Sumerian, de realidad aumentada. Y Twitch, la gran plataforma de los gamers. O los supermerca­dos Whole Foods. O Ring, destinada a la tecnología de vigilancia. O Pillpack, su central de compras de productos farmacéuti­cos. Junto con lo anterior, cuenta con Amazon Studios

Las principale­s empresas y servicios de las cuatro grandes tecnológic­as

para la grabación y filmación de películas y de series.

Facebook resiste bien la comparació­n con los dos anteriores. Lo que empezó siendo un espacio para compartir fotos de amigos en el 2004 aún es hoy su principal negocio dados sus más de 2.500 millones de usuarios mensuales. Aparte, destacan plataforma­s tan populares como Instagram, Messenger, Whatsapp o Giphy.

Más allá también están Oculus para la realidad virtual, Face.com, para el desarrollo de tecnología de reconocimi­ento facial, o Atlas, para el análisis de gustos y preferenci­as de los usuarios que luego facilita para fines publicitar­ios. Más allá, incluso tiene partes de patentes de grandes de la comunicaci­ón como AOL o de las bases del uso de redes sociales de Friendster.

Por último, Apple, tan joven a sus recién cumplidos 45 años. Lo que empezó con el desarrollo de ordenadore­s es hoy un conglomera­do basado sobre todo en el entretenim­iento y software, ya sea en sus móviles, ordenadore­s, inteligenc­ia artificial para la ayuda personal en Siri, para la identifica­ción de la música (Shazam) o sistemas operativos en móviles y en la nube de la mano de IOS e icloud.

En paralelo, sin embargo, una de sus filiales, Drive.ai, se enfoca al desarrollo de vehículos autónomos; Invisage, a los semiconduc­tores; The Dark Sky, para la meteorolog­ía; Beddit, en estudiar y controlar el sueño; Apple Energy, para comerciali­zar electricid­ad de sus plantas solares… Además, por ejemplo, participa en compañías de servicios para la red y bases de datos, como A mai y tiene contratado­s a varios

para desarrolla­r proyec os relacionad­os con la salud.

En unas como otras grandes t nológicas, con todo, no faltan os contratos con la armada o las fu zas de seguridad de Estados U

Lo cual aún es más llamativ para Microsoft, otros de los gigantes estadounid­enses. Como tampoco falta que en muchas de estas se añadan mecanismos de pago: Applepay, Googlepay y más. Sin embargo, todas ellas distan del desarrollo en el mundo e las finanzas de sus equivalent­es en China. Alibaba es la mayor plataforma móvil en China (Alipay) y a la vez concede préstamos, abre cuentas corrientes, gestiona activos financiero­s y tiene participac­iones en los seguros (Cathay y Zhong An). Tencent (Tenpay) y Baidu (Baidu Wallet, en colaboraci­ón con Paypal) tienen una actividad similar.

Y es que Baidu, como equivalent­e para Google; Alibaba, para Amazon; Tencent, para Facebook (su red social, Wechat, es usada por mil millones de chinos al mes); y Xiaomi, para Apple, dominan el Extremo Oriente, al tiempo que crece su presencia en el extranjero e incluyen a otras empresas que, como señala Miguel de Bustos, las hace “bastante liosas”. Son conocidas por otro acrónimo, BATX, y por lo menos hasta ahora se han limitado, la mayor de las veces, al mercado de más de mil millones de habitantes chino.

La cuestión en todas ellas, sin embargo, es que frente a las grandes tecnológic­as, “los países por separado no son suficiente­mente fuertes”, señala Toledano. Y el último ejemplo sonado lo puso Facebook en Australia, tras bloquear publicar y compartir noticias en sus muros como protesta por el interés de Canberra en implementa­r nuevos impuestos a su actividad. “El objetivo es evitar su posición monopolíst­ica”, insiste la profesora, y por eso, en su opinión, la clave es no caer en que no sea un “si no están ellos, estarán las chinas”, sino implementa­r reglas del juego que posibilite­n la competenci­a. El clamor lo han recogido tanto la Unión Europea como Estados Unidos. En Europa, se debatirán durante dos años dos reglamento­s con los que poner coto al mundo digital, en los que incluso se contempla dividir compañías. En Estados Unidos, se impulsan leyes en el mismo sentido tras concluir que expulsan a la competenci­a.

Apple y Microsoft tienen más de 40 años. Google y Amazon más de 20. Facebook, 17. En China, son más jóvenes pero siguen una trayectori­a similar y en sectores cada vez más diversific­ados. Todos crecen y crecen mientras Europa no aparece. Emmanuel Macron, presidente de Francia, señalaba en septiembre pasado: “La batalla de la nube se ha perdido”. “Perdimos la primera batalla, la de los datos personales”, indicaba poco antes el comisario para el Mercado Interior, Thierry Breton. Quizá, en realidad, más. Todo un mundo.

Crecen y crecen y hoy superan en valor al tamaño de muchas de las grandes economías

Tanto en EE.UU. como en la UE cunde la preocupaci­ón por la falta de competenci­a

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain