Catalunya acumula retos a la espera del nuevo Govern
Mientras los grupos políticos discuten la composición del nuevo ejecutivo, los problemas se amontonan sobre la mesa La pandemia, la crisis económica y la definición de los fondos europeos, entre otros, reclaman medidas urgentes
POLÍTICAS SOCIALES
Las necesidades de las familias por falta de recursos y de vivienda han aumentado
ESTRUCTURA ADMINISTRATIVA
El confinamiento muestra la urgencia de hacer más eficiente la administración pública
CONSERVACIÓN DEL EMPLEO
La pandemia ha dejado sectores profesionales muy afectados por la crisis
A finales de marzo hizo ya seis meses que el Govern de la Generalitat entró en un proceso de interinidad. Era septiembre del año pasado cuando el president Quim Torra quedó inhabilitado y los grupos que le daban apoyo –los mismos que ahora tratarán de formar gobierno– renunciaron a designar a un nuevo presidente. Desde entonces la capacidad del ejecutivo catalán para gobernar está limitada a la mera gestión sin potestad para emprender nuevas iniciativas, limitadas, entre otras razones, por la imposibilidad de promulgar nuevas leyes.
Durante todo este tiempo y en medio de una crisis sin precedentes, el Govern solo ha podido gobernar a través de decretos ley que han sido sancionados por un Parlament limitado por su propia naturaleza coyuntural y por las restricciones de la pandemia. En total se han aprobado más de 30 decretos ley que han servido para gestionar el estado de alarma, los programas de ayudas... Sin embargo, una somera revisión a los asuntos que más afectan a la ciudadanía, más allá de las cuitas estrictamente políticas, ponen en evidencia que hay un sinfín de tareas pendientes. No solo las que se derivan de los efectos de la pandemia como sea el impacto sobre los servicios públicos o sobre el mercado laboral, sino también sobre el camino de salida de esta crisis. Un ejemplo de ello es el poquísimo tiempo dedicado en Catalunya a discutir quién y qué va a beneficiarse de los fondos Next Generation que la Unión Europea va a poner a disposición de los países miembro. Desde las políticas de vivienda hasta la puesta al día de una administración que no ha sido tan eficiente como hubiese sido deseable, hay mucho por hacer.