Éxodo de París por la tolerancia policial previa al nuevo confinamiento
Centenares de miles de habitantes de París y de otras grandes urbes francesas están aprovechando el largo fin de semana de Pascua para abandonar sus domicilios y situarse en segundas residencias o en viviendas de familiares, lejos de los monstruos urbanos. Esa es la estrategia para pasar el nuevo confinamiento, que estará en vigor al menos durante un mes para frenar la pandemia. Aunque las medidas entraron en vigor ayer a las 19 horas en todo el territorio, el Gobierno dio instrucciones a la policía para que aplicara tolerancia, sobre todo ante las familias que se desplazan para ubicarse en un lugar más cómodo.
Como suele ocurrir cada vez que Macron anuncia nuevas normas para afrontar la crisis sanitaria, hubo algunas rectificaciones, confusión y un margen de ambigüedad calculada. En principio la tolerancia policial no debería aplicarse a quienes quieran evadirse solo durante los días de Pascua. Pero muchos han querido darse un respiro, interpretar generosamente las instrucciones dadas y han reservado hoteles. Han preferido airearse bien ahora, no sea que el confinamiento se alargue.
Las personas que viven en pequeños pisos en el área de París, especialmente las familias, no han dudado en marcharse se disponen de un alojamiento alternativo más espacioso en un lugar menos denso, a poder ser en la Francia rural. Los niños no tendrán escuela durante al menos tres semanas, los más pequeños, y cuatro los de enseñanza media y bachillerato. Habrá dos semanas de vacaciones para todos y el resto serán clases virtuales, a distancia. Con ello el Gobierno quiere forzar al máximo el teletrabajo, a pesar de que las empresas francesas continúan siendo reticentes a esta fórmula.
Durante un mes no será posible, salvo por motivos laborales justificados o razones de peso, desplazarse a más de diez kilómetros del domicilio. En ese radio los movimientos no están limitados, pero no podrá haber grupos de más de seis personas en la calle. Todos los comercios no esenciales permanecerán cerrados, al igual que los bares, cines, restaurantes, museos y monumentos, que llevan clausurados ya más de cinco meses. El toque de queda se mantendrá entre las 19 horas y las 6 de la mañana.
La mayoría de epidemiólogos piensa que las medidas siguen siendo demasiado suaves para hacer bajar drásticamente la ocupación de las ucis hospitalarias, ya muy saturadas, pero Macron no quiso elevar aún más la presión sobre la ciudadanía. El presidente confía en que el efecto combinado del confinamiento light y de la aceleración de la vacunación permita superar el periodo crítico y encarar mayo con mejores perspectivas de salir del túnel.