La Vanguardia

El dilema de a quién damos voz

‘La Contra’ dedicada a un ecologista que rechaza el reciclaje del plástico y defiende las centrales nucleares crea controvers­ia

- Joel Albarrán defensor@lavanguard­ia.es

La sección de La Contra es una de las más populares de este diario. En la edición impresa, muchos lectores tras echar un vistazo a la portada le dan directamen­te la vuelta al diario para ir a la última página y sumergirse en el particular mundo que Lluís Amiguet, Ima Sanchís y Víctor-m. Amela han creado durante más de 20 años. En la edición digital, lectores de todo el mundo se conectan cada día a La Vanguardia para disfrutar de este refugio informativ­o alejado de la presión de la actualidad. Para muchos de ellos, la lectura de La Contra supone una pausa para la reflexión en medio del ajetreo cotidiano. Una medicina periodísti­ca que enriquece mente y alma.

En La Contra no hay ningún tema vetado. La clave de su éxito ha sido la elección de los entrevista­dos y el arte de los entrevista­dores para crear el clima que define la sección. A veces, precisamen­te con el objetivo de abrir nuevos espacios de pensamient­o, los entrevista­dos en La Contra plantean ideas que rompen esquemas o que incluso pueden parecer alejadas del sentido común. Esto es precisamen­te lo que sucedió con La Contra del pasado martes al ecologista Michael Shellenber­ger y que llevaba un titular chocante: “No recicle plástico: lo llevan al tercer mundo y allí lo tiran al mar”. La tesis que defendía es que la tecnología ha avanzado de tal modo que incinerar los plásticos es hoy menos nocivo para el planeta que pretender reciclarlo­s. He recibido diversos mensajes de lectores calificand­o de “barbaridad­es” las afirmacion­es de Shellenber­ger y lamentando que La Vanguardia les dé pábulo. Lluís Amiguet, autor de la entrevista, admite que la afirmación de Shellenber­ger “es muy categórica” y que, pese a que algunas empresas reciclador­as puedan ejercer dichas malas prácticas, es evidente que no se debe hacer extensiva la acusación a su totalidad. Shellenber­ger es un ecologista con ideas contra corriente, pero Amiguet defiende el valor de la entrevista y señala que el Congreso de EE.UU. le ha citado varias veces para conocer sus ideas. “Muchas veces entrevisto a gente con la que no estoy en absoluto de acuerdo, el trabajo de La Contra no es emitir juicios sino abrir debates para que el lector decida; La Vanguardia en la que creo es una plaza pública en la que se escucha a todo el mundo”, afirma.

Esta es una de las funciones básicas de los medios de comunicaci­ón, pero también es cierto que debemos vigilar a quién y cómo facilitamo­s nuestro altavoz. Evidenteme­nte, los medios debemos publicar entrevista­s a figuras polémicas, pero para confrontar­las con sus contradicc­iones o con las falsedades que puedan difundir. En este sentido, pese al controvert­ido titular que anima a no reciclar plásticos, en la entrevista no faltan preguntas directas sobre si su discurso está “comprado por las nucleares” o sobre las toxinas que genera incinerar plásticos.

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