A falta de bares, todos a la playa
Miles de personas invaden la arena para hacer botellón y reunirse con los amigos en un día radiante
El mar estaba ayer mucho menos agitado que la arena. La playa se convirtió para muchos en el gran refugio donde quedar al margen de las restricciones de la covid, en el espacio perfecto donde disfrutar del sol, relacionarse con los amigos y tomar algo sin necesidad de llevar mascarilla o mantener la distancia de seguridad. La playa se convirtió en la gran terraza de un bar abierto más allá de las cinco de la tarde.
Miles de personas se concentraron ayer de forma masiva en las playas de Barcelona, que lucieron un aspecto más propio de agosto que no de principios de abril. Familias y amigos, la mayoría de burbujas diferentes y sin mascarilla, desplegaban los pareos y se sentaban en corrillo mientras tomaban alguna cerveza o refresco que habían comprado previamente en el supermercado, en el chiringuito de la zona o a algún latero que estos días ha visto revivir su negocio. Sobre el terreno una única patrulla de la Guardia Urbana advertía a los bañistas con un cartel luminoso en el que se leía “distancia” y que no todo el mundo respetaba. La playa se ha convertido en el punto de encuentro, en la gran terraza, en el jardín de todo el mundo. Los restauradores se preguntan ante tal imagen si no sería mejor mantener los bares abiertos y asegurar el cumplimiento de las distancias.
La Guardia Urbana desalojó el viernes a 500 personas que incumplían las medidas de seguridad. En la Barceloneta, cerca de ochenta personas montaron una fiesta en la playa mientras sonaba la música y bailaron sin parar y sin mascarilla, como evidenciaron varios vídeos que corrieron por las redes. El paseo del Born, punto neurálgico del botellón vespertino durante las últimas semanas, anduvo ayer mucho más tranquilo después de que la Guardia Urbana desplegara un dispositivo para evitarlo. El día anterior se habían agrupado unas 150 personas que hacían botellón y que fueron desalojadas. Sin embargo, el punto de la ciudad que aglutinó más gente fue la plaza de los Àngels. Unas 300 personas se arremolinaron frente al Macba y la policía les obligó a marcharse. La Guardia Urbana despliega estos días de Semana Santa el mismo dispositivo que durante los fines de semana con el objetivo de evitar aglomeraciones. Por su parte, los Mossos denunciaron a un total de 650 personas entre el jueves y el viernes por incumplir el toque de queda.
La Guardia Urbana desalojó a 500 personas el viernes por no respetar las medidas anticovid