“No hay nada romántico en ser de clase trabajadora”
El presidente de la comisión que ha elaborado el polémico informe ha sido calificado de Tío Tom, insultado en las redes sociales y comparado con Joseph Goebbels. Tony Sewell es un académico negro de 62 años, de padres jamaicanos (un mecánico y una trabajadora de fábrica), casado desde hace treinta años y padre de una hija ya mayor, que de joven intentó regresar al país de sus progenitores, no se adaptó, y al poco tiempo volvió a Inglaterra. Nació en Brixton, barrio del sur de Londres con una amplia comunidad afrocaribeña, escenario de disturbios en la época de Margaret Thatcher y que ahora se ha gentrificado considerablemente. Niño díscolo, tuvo todo tipo de problemas hasta que su madre lo metió en una escuela de la Iglesia Anglicana donde la inmensa mayoría de compañeros eran blancos de clase media. Se licenció en Literatura Inglesa por la Universidad de Essex, y comenzó una carrera como maestro en escuelas de barrios deprimidos del sur de Londres hasta que emprendió su frustrada aventura jamaicana. “Estaba tan poco preparado para vivir allí como seguramente mis padres cuando emigraron a este país en los años cincuenta. Me di cuenta de que no tenía ningún futuro y me volví”. Ya trató con Boris Johnson cuando era alcalde de Londres, y tiene una cordial relación con él. “No hay nada romántico en ser de clase trabajadora –dice–. La mayoría de quienes lo son quieren convertirse en clase media”.