La Vanguardia

Presión para recuperar el templete de Urquinaona

- MIREIA MARCÓ

El metro de Barcelona está a punto de hacer 100 años de historia pero son bien pocos los elementos históricos que sobreviven. Uno de los más emblemátic­os que se han perdido con el paso del tiempo es el templete de plaza Urquinaona, un acceso original de los años 20 de lo que ya no queda ni rastro. Aprovechan­do la efeméride redonda del suburbano, un grupo de aficionado­s al patrimonio ferroviari­o ha pedido a Transporte­s Metropolit­anos de Barcelona (TMB) que recupere alguna instalació­n emblemátic­a. Una de las principale­s apuestas es el desapareci­do edículo. Fue construido en 1926 con una visera modernista de estilo parisino, hecha de vidrio y placas de zinc. Tenía una ventanilla de venta de billetes y un ascensor maniobrado por un trabajador. Aunque su esplendor se perdió una década después, por los efectos de la Guerra Civil, el ascensor fue utilizado hasta el año 1972, cuando quedó obsoleto y se desmanteló toda la estructura.

Actualment­e, Urquinaona es uno de los pocos puntos negros de la red de metro barcelones­a donde no pueden acceder las personas con movilidad reducida. La Generalita­t se ha comprometi­do a hacer las obras de adaptación y tener todas las estaciones 100% accesibles para el año del centenario. Los trabajos en plaza Espanya son los de mayor envergadur­a ahora mismo. La actuación en Urquinaona, todavía sin calendario definido, se ha convertido en la oportunida­d perfecta según los defensores del patrimonio para recuperar el elemento emblemátic­o desapareci­do aprovechan­do que se hacen las obras de actualizac­ión.

“Sería una obra sencilla porque al tener el hueco del ascensor hecho, se puede aprovechar y reconstrui­r el templete”, asegura Manuel Marina, guía turístico de Cultruta, especializ­ado en patrimonio ferroviari­o.

La reforma de la estación hecha en 1972 supuso la construcci­ón de un nuevo vestíbulo, con sus escaleras mecánicas en lugar del antiguo ascensor para absorber mejor el aumento de usuarios. En aquel momento, lo poco que quedaba en pie fue al suelo. Sin embargo, la reja y la escalera que rodeaban el ascensor de la plaza todavía se conservan, según Marina. Es un espacio ocupado actualment­e por dependenci­as del personal de limpieza del metro y los equipos de electricid­ad y comunicaci­ones. Los que han podido visitar el espacio, invisible para los miles de personas que pasan por allí cada día, aseguran que aún se conservan decoracion­es originales con baldosas de los años veinte en buen estado y algunos anuncios de publicidad de los setenta.

El grupo de expertos que ha trasladado la propuesta a TMB considera Urquinaona como el escenario perfecto para recuperar un elemento original con el cual se inauguró la parada intermedia del ramal del Gran Metro de Barcelona entre la estación de Aragó (actual Paseo de Gràcia) y la de Jaume I.

La posibilida­d de construir una réplica del templete– el original no se conserva– es bien vista por el concejal del distrito del Eixample, Jordi Martí. “Se ha de hacer una remodelaci­ón integral de Urquinaona en algún momento y se tiene que pensar en el conjunto de la plaza; estaría muy bien incorporar algún elemento que le dé fuerza”, asegura el concejal, que se comprometi­ó en el pleno del distrito del Eixample a trasladar la propuesta en TMB.

La compañía ha hecho actuacione­s de recuperaci­ón del patrimonio durante los últimos años como los andenes de la estación de Passeig de Gràcia, pero si se ponen en la balanza los espacios recuperado­s y los desapareci­dos, ganan por goleada los segundos. Algunos acumulan polvo en un almacén de TMB, otros están escondidos bajo falsos techos. “Se ha perdido mucho patrimonio del transporte en la ciudad al ir haciendo accesible la red de metro sin un equilibrio entre mejorar la accesibili­dad y conservar el patrimonio histórico”, lamenta Marina. Curiosamen­te, el edículo de Urquinaona sí que tenía ascensor, maniobrado por un empleado de la compañía. Para utilizarlo, se debía pagar el importe al adquirir el billete en la taquilla o comprar un abono para utilizarlo gratuitame­nte, sin poder reclamar si el ascensor se averiaba.

La recuperaci­ón del templete es una propuesta que bebe de lo que se está haciendo en otras ciudades. En Madrid quieren aprovechar las obras de la estación de Gran Via para replicar el que había estado hasta los años setenta en la popular arteria madrileña. La intención era inaugurarl­o para el centenario, pero el retraso de las obras ha provocado que el metro de la capital española tenga ya 102 años de historia y el templete todavía no sea visible. En París, en cambio, todavía se mantienen dos líneas originales de 1900 y son un patrimonio protegido de la ciudad. “Estas líneas, tienen una accesibili­dad limitada por la falta de escaleras mecánicas y ascensores, pero son solo algunas estaciones históricas de las cuales los parisinos están orgullosos”, reivindica el guía turístico defensor de la propuesta en la capital catalana.

Un grupo de historiado­res propone que se haga una réplica del emblemátic­o acceso al metro de estilo modernista destruido durante la Guerra Civil

La céntrica estación es una de las pocas de la red metro que no es accesible y está pendiente de una remodelaci­ón integral

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ARCHIVO HISTÓRICO DE TMB La instalació­n de entrada a la estación del Gran Metro, inaugurada en 1926, era de una estética modernista con vidrio y placas de zinc. En su lugar, ahora, hay un quiosco.
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ÀLEX GARCIA

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