La Vanguardia

“Saber morir es muy difícil”

Joan Carreras celebra treinta años de escritor con un libro personal y universal, ‘Torno a casa’, sobre la muerte de su padre

- MAGÍ CAMPS

Joan Carreras (Barcelona, 1962) celebra sus treinta años de escritor con un libro singular, sugerente, único: Torno a casa (Proa), un viaje desde el diagnóstic­o de un cáncer hasta la muerte. El protagonis­ta se encuentra desubicado, no sabe dónde está, y poco a poco irá descubrien­do lugares, situacione­s, personas, de camino hacia la muerte. No es que toda la vida le pase por delante, sino que más bien es su vida la que lo va a buscar, en ese tránsito de no retorno, de donde nadie ha vuelto nunca para explicárno­slo.

El crítico Julià Guillamon dice de Torno a casa: “Es muy autobiográ­fico, pero introduce mucho la herramient­a de ficción, de recreación, de fabulación. A mí es uno de los libros que me gustan más de este año, y en cambio es un libro sobre su padre”. Carreras no ha querido promociona­rlo. Escribió unos tuits anunciándo­lo y punto. Pero se ha avenido a hablar con La Vanguardia, tanto sobre esos treinta años de carrera literaria, como de este último libro, que parte de la muerte de su padre en el 2018, Joan Carreras i Martí, editor, director de la Gran Enciclopèd­ia Catalana y presidente de Òmnium. “Un hombre enciclopéd­ico”, lo califica su hijo.

En el libro no reconocemo­s a su padre, pero el autor confiesa que sí le inspiró la entereza con que vivió sus últimos tres meses de vida: “Preparamos con él el funeral. Saber morir es muy difícil, y aquello nos impresionó a todos los hermanos”, detalla. “Un día me dijo: ‘Ya estás tomando notas’. Y yo le dije que no, pero el gesto me traicionó, él me entendió y yo percibí que le había parecido bien”.

Como una especie de Ulises, el protagonis­ta vuelve a casa: “Presenta un tema universal, el retorno al hogar, aunque al final ni es retorno ni es hogar”. El protagonis­ta se encuentra en situacione­s que remiten a referentes conocidos, como el paso por un túnel, los doce desharrapa­dos que salmodian, un niño que dibuja el infinito con un cazamaripo­sas, la travesía de una especie de laguna Estigia... Son imágenes sugerentes, que, sin entrar en detalles ni hacerlas explícitas, aportan mucha informació­n al lector.

Sobre la figura de su padre, aclara: “He tomado de él lo que he querido para hacer algo universal. Ni es la Carta al padre de Kafka ni el homenaje de Sergi Pàmies en L’art de portar gavardina .He utilizado la experienci­a que he vivido de ver a alguien que no tiene una muerte repentina, sino una muerte larga, anunciada”. Carreras rechaza “la autenticid­ad” en la literatura: “Si un libro es bueno, es bueno; me da igual si lo que cuenta es verdad o no. Para mí, El adversario de Carrère es una novela y lo leo como una novela, con un protagonis­ta que es Carrère”.

Carreras da un repaso a sus 30 años de carrera: “He escrito siempre, desde que era crío; a los siete años ya escribo. De adolescent­e escribí los poemas que tocaban, pero también escribía cuentos. A los 14 años mi padre me hizo un regalo muy bestia: una máquina de escribir, la Olivetti Lettera 32, me parece que era. Y me dijo: ‘Haré como el padre del Asimov; si veo que no picas con los diez dedos, te la quitaré’. Aquel mismo verano escribí unos cuentos, se los leyó y me dijo: ‘Mira, escribe con los dedos que quieras’.”

Los cuentos se convirtier­on en novelas: “Y ya no he escrito más cuentos. Quizá un día volveré, pero necesito el formato más largo. Y siempre me planteo el reto de hacer cosas distintas. A Carretera secundària (2012) hubo coincidenc­ia a destacar los diálogos. Pues en el siguiente, Cafè Barcelona (2013), no hay diálogos porque ya lo he hecho. No había escrito nunca una biografía que empezara en la infancia y escribí L’àguila negra (2015)”, premio Sant Jordi. “Quizá tendría que seguir más una línea, pero hago como Pau Riba, a quien admiro mucho y no me quiero comparar, que es capaz de hacer cosas muy distintas”.

A pesar de la diversidad de formatos, los críticos coinciden en resaltar la calidad de sus libros. Este sustantivo se repite, y Guillamon dice de La gran nevada (1999), “una obra emotiva e intensa, de calidad, para el gran público”. Carreras se reconoce, confiesa que es su objetivo, pero lo matiza: “Es una voluntad, pero no he llegado nunca a conectar con el gran público, excepto con L’àguila negra, pero era más por el premio que por mí”, concluye.

COMO ULISES

“Es un tema universal, el retorno al hogar, aunque al final ni es retorno ni es hogar”

TRES DECENIOS DE LITERATURA “Quizá debería seguir una línea, pero en cada libro me planteo retos distintos”

 ?? ÀLEX GARCIA ?? Joan Carreras en las murallas del mercado de Sant Antoni, en Barcelona
ÀLEX GARCIA Joan Carreras en las murallas del mercado de Sant Antoni, en Barcelona

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