“Solo las vemos mientras limpian”
Toni Hill publica ‘El oscuro adiós de Teresa Lanza’, la desaparición de una ‘kelly’ en una urbanización de clase alta
Lourdes Ros, una prestigiosa editora, invita a cenar a sus mejores amigas: cuatro mujeres triunfadoras que intentan conjugar su reconocida vida profesional con las preocupaciones derivadas de la edad, la pareja, los hijos y el viraje profesional. Empieza a planear el recuerdo de una joven a quien todas conocían: Teresa Lanza, una inmigrante que estuvo trabajando en sus casas y que se suicidó, inesperadamente, un año atrás.
El oscuro adiós de Teresa Lanza (Grijalbo), la última obra de Toni Hill (Barcelona, 1966) relata los acontecimientos que siguen a la muerte de una joven trabajadora de la limpieza de un exclusivo barrio residencial en un municipio cercano a Barcelona. También en catalán, L’obscur adéu de Teresa Lanza (Rosa dels Vents ).
Ambientada en el 2019 en el imaginario municipio catalán de Castellverd, indaga en las causas de la muerte de esa joven ecuatoriana cuyo único delito ha sido enamorarse –y ser correspondida– por un hombre perteneciente a una clase social superior.
¿Los ricos también lloran? “Todo el mundo llora alguna vez, pero no es una crítica a la clase alta “per se”, responde el autor, que considera que los privilegiados viven a espaldas de los problemas de la gente que trabaja en su propia casa. “No les apetece verlo porque, en el fondo, implica darte cuenta de lo bien que tu vives. Cuando sale de tu casa la persona que limpia, te olvidas.
Y añade: “Nadie quiere ir a ver dónde vive esa chica y descubrir que su habitación es como nuestro cuarto de baño. No queremos mirar si no es de soslayo”.
Lo que Toni Hill propone es reflexionar sobre la amistad femenina. “Creo que ellos casi siempre presumen o, si han fracasado, se callan. Ellas, en cambio, ponen sobre la mesa muchas más confidencias y sinceridad, se lamentan juntas sin prejuicios. Se enfadan, lo viven. En los grupos de hombres hay menos tensión y menos intensidad”.
Dos de los protagonistas, Teresa y Simón, se enamoran a pesar de sus diferencias sociales. “Son lo bastante jovenes como para sucumbir. La desconfianza de los padres hacia la pareja de sus hijos siempre ha existido. Pero me pregunto ¿sería la misma si en lugar de una emigrante latina el hijo saliera con una punk barcelonesa tatuada?”.
Cansado del estereotipo (“A ver si podemos dejar ya de meter personajes de 35 años, varones en crisis,
“Esas chicas aparecen en tu casa, limpian, cuidan; nadie se ocupa de lo que les pasa fuera, se merecen algo más”
blancos heterosexuales con un amigo gay y una amiga megafeminista?”) Toni Hill propone un ejercicio complejo, dar la voz a Teresa, que ya ha muerto.
“Somos así de morbosos y perversos. Esa chicas aparecen en casa, limpian, cuidan. Nadie se preocupa de lo que les pasa fuera. Solo las vemos mientras nos son útiles, los días que nos vienen a limpiar. Y encima esperamos que quieran a nuestros abuelos...”. Merecen que las conozcamos mejor, añade.
Max Esteve es otra cosa, hombre maduro de buen ver. “Es un señor clásico y una parte de mí me dice que lo clásico siempre tiene su público. Pero hay que hacer un esfuerzo para ser un clásico del siglo XXI, no del XVIII”.