La innovación es cultura
Sábado Santo los profesores Esteve Almirall, Antoni Garrell, Xavier Marcet y Xavier Ferràs firmaban un artículo publicado por este mismo diario que lleva por título “El mundo no nos espera”. La tesis del artículo es que la pandemia ha acelerado tendencias existentes en los ámbitos de la ciencia, la tecnología, la innovación y la economía, a las que diferentes actores –sociedades, estados, regiones, administraciones– reaccionan de distinta manera. Nos hallamos ante un mapamundi de la I+D con China y EE.UU. compitiendo por el podio, con Alemania, el Reino Unido y Escandinavia haciendo los deberes. Catalunya, con la competitividad por debajo de la media europea, es “un pequeño territorio periférico de una península en el extremo occidental de un mundo con epicentro en el Pacífico”.
La imagen es más real que metafórica; en un mapamundi con China y EE.UU. en el centro, después de la península Ibérica ya no hay nada. Los profesores plantean como última oportunidad la gestión eficiente de los fondos europeos Next Generation, que sumados al talento que aún tiene Catalunya y la proyección de la marca Barcelona, nos permitirían tomar el último tren hacia el futuro.
Si no lo ha leído aún, hágalo ahora mismo porque entra en el examen.
No es el primero de este tipo de artículos que les leo, ni a ellos ni a otros académicos / economistas / ingenieros / tecnólogos / futuristas. En La Vanguardia, en el diario Ara ,en el The New York Times oenel The Guardian. De hecho, se ha convertido en un subgénero periodístico que muchos practicamos de vez en cuando ( je m’accuse). El esquema podría ser este: algunos datos de cómo estamos (mal), unos cuantos de cómo están los otros (mejor), las plagas de Egipto que nos caerán si no hacemos nada (siete) y una conclusión en forma de recomendaciones para evitarlas. La mala noticia es que no es el último de este subgénero que leeremos porque: 1) tienen razón y 2) hemos dejado escapar demasiados trenes y 3) los pocos que literalmente hemos cogido o no van donde deberían (corredor mediterráneo) o paran en Tardienta (927 habitantes).
El artículo fue (es) muy recomendado y comentado en Twitter. Fue precisamente la magia de Twitter quien juntó un tuit del profesor Almirall enlazando el artículo, con uno del escritor Francesc Serés donde bautizaba el subgénero como “autoayuda económica y empresarial”. Serés reconocía las razones del subgénero pero criticaba el hecho de comparar Catalunya, que pertenece a un estado que aún no ha resuelto retos del siglo XIX, con estados que encaran con firmeza los del siglo XXI: Alemania y su industria 4.0, Finlandia y su modelo educativo, EE.UU. y su Silicon Valley o China y su inversión en IA. La tesis de su hilo es que tecnología, innovación y economía son también fenómenos culturales e institucionales. “Que nos flipamos con Boston y luego tenemos el AVE en Tardienta”, remacha Serés.
Tecnología, innovación y economía son también fenómenos culturales e institucionales