La mayoría insuficiente de Borísov aboca a Bulgaria al bloqueo político
Las protestas anticorrupción y la covid pasan factura al populista primer ministro
El país más pobre de la Unión Europea, herido también por las peores cifras de corrupción, se enfrenta además a la incertidumbre política después de las elecciones de este domingo. La victoria del partido del actual primer ministro, Boiko Borísov, con un 24,8% aún provisional, no será suficiente para formar un gobierno estable, pues la mayoría de las formaciones que han obtenido representación se niegan a pactar con él.
Para intentar superar esta incierta situación, Borísov grabó un vídeo el mismo día de la votación pidiendo unidad a las demás fuerzas del país balcánico. “Unámonos. ¿Tienen a alguien con más experiencia que yo?”, preguntó a sus rivales en el mensaje emitido por Facebook. Y propuso un gabinete de expertos “para acabar con la pandemia” después de unas elecciones que se han celebrado en lo peor de la tercera ola que sufre el país.
Precisamente parece haber sido la covid uno de los factores que podrían explicar que el partido del primer ministro, Ciudadanos por el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB), baje de los 95 diputados que tenía en un parlamento de 240 escaños a unos 70 como mucho que obtendría ahora, según las proyecciones de medios locales.
La crisis sanitaria hizo que el domingo se quedaran en casa muchas personas mayores, mayoritariamente partidarios del GERB. De hecho la abstención, de más del 50%, sería el verdadero ganador de estas elecciones.
Pero el principal tema de la campaña electoral ha sido la corrupción, que ha motivado las protestas que llevan meses activas contra el gobierno. Estas son el elemento principal para comprender la insuficiente victoria del GERB, en el poder desde el 2009. Los manifestantes han criticado a Borísov su incapacidad para vencer una corrupción endémica y para levantar el nivel de vida de los siete millones de búlgaros.
En el índice de Transparencia Internacional, Bulgaria ocupa el puesto 69, con los peores indicadores de todos los miembros de la Unión Europea.
Fruto de las protestas de los últimos meses, han surgido varios partidos políticos que se han enfrentado al GERB en las urnas. El más importante es Existe tal Pueblo, liderado por el cantante y presentador de televisión Stanislav Trífonov, que habría quedado segundo en las elecciones, con el 18,7% de los votos. Ni este ni el Partido Socialista (14,9%) parecen dispuestos a unir sus fuerzas con Borísov en una coalición de gobierno.
Detrás habrían quedado el liberal Bulgaria Democrática (10,5%), el partido étnico turco Movimiento de Derechos y Libertades (9%) y ¡Levántate, Bulgaria!¡mafiosos Fuera! (5%), también surgido de las protestas.
Boiko Borísov, de 61 años, fundó el GERB en el 2006, y tres años después llegó al poder con un posición política de centro derecha, europeísta, pero con un marcado tinte populista. Durante la época comunista, hizo carrera en el Ministerio del Interior. En 1991 fundó una empresa de seguridad, y fue guardaespaldas del último líder de la Bulgaria comunista, Tódor Zhívkov, después de que fuera expulsado del poder en 1989.
Entró en política en la primera década del siglo XXI, yendo en las listas del Movimiento Nacional de Simeón II. En el 2005 se convirtió en el alcalde de Sofía. Un año después fundó el GERB, que logró la mayoría en las elecciones del 2009. Desde entonces, esta formación ha dominado la política búlgara y Borísov ha sido primer ministro en tres ocasiones, del 2009 al 2013, del 2014 al 2017 y del 2017 hasta hoy.
Como contrapeso al gobierno del GERB, en el 2016 ganó las elecciones presidenciales Rumen Rádev, ex general de las fuerzas aéreas y candidato independiente al que apoyaron los socialistas. Rádev ha apoyado las protestas contra Borísov y es partidario de un mayor acercamiento a Rusia.
El presidente del país, Rumen Rádev, ha apoyado las protestas y es partidario de acercarse a Rusia