La Vanguardia

El paso de Rocío del miedo al terror

La hija de Rocío Jurado relata el impacto de Rodríguez Menéndez en su familia

- BEGOÑA CORZO SUÁREZ

Rocío Carrasco sigue desgranand­o su relación con Antonio David Flores en Rocío. Contar la verdad para seguir viva. Este domingo se centró en cómo se empezó a fraguar el divorcio, cómo se lo contó a sus padres, sus inicios con Fidel Albiac y la aparición de Emilio Rodríguez Menéndez en su vida. Según la hija de la artista, este abogado terminó siendo un auténtico “terror” para la familia. Rodríguez Menéndez, ahora pendiente de juicio por nueve delitos, destruyó lo poco que quedaba de relación entre ella y Antonio David Flores y llegó a demandar a Rocío Jurado por mil millones de pesetas.

En el momento en que los veinteañer­os anunciaban que se acababa la relación, comenzó una guerra que se jugaría en revistas y platós y que aún no ha cesado. En su primera aparición televisiva tras la ruptura, Flores acusó a la madre de sus hijos de infidelida­d. A partir de entonces, según Carrasco, azuzaba a los paparazzi para que le hicieran fotos si la veían con otros.

Cuando Rocío obtuvo la custodia de sus hijos y Antonio David sólo podía verlos fines de semana alternos y tenía que aportar para su manutenció­n 140.000 pesetas mensuales, este inició otro movimiento: “Pasar del miedo al terror porque entra un personaje con contactos desde las esferas más bajas de la sociedad hasta las más altas: Emilio Rodríguez Menéndez”. El abogado aprovechó un desliz de Rocío Jurado para demandarla por mil millones de pesetas cuando la artista dijo en la tele argentina a Mirtha Legrand que Antonio David le dio “mala vida” a su hija y que fue “nefasto”.

El ex de su hija perdió la demanda, pero la Chipionera ya estaba muerta cuando se dictó sentencia. “Mi madre se murió pensando que tenía que pagar mil millones por defender a su hija”, dijo Rociíto a las cámaras a modo de colofón del capítulo 5 del docudrama. Años más tarde, el abogado reconocía que solo fue una táctica para dar que hablar y visitar platós.

A partir de la entrada en escena de Rodríguez Menéndez, Rocío insinúa que ella y Albiac temieron por su vida: “Miraba el coche, la casa, lo miraba todo, no sabíamos lo que nos podía pasar”. Dice que todos los que tenía cerca de ella “desapareci­eron”. Todos salvo Fidel, a quien Antonio David acusó de narcotrafi­cante y trata de blancas en la revista Dígame, la revista sensaciona­lista creada por Rodríguez Menéndez de la que Antonio David fue redactor jefe.

Estas declaracio­nes de Rocío Carrasco llegan cerca de unas fechas decisivas para Rodríguez Menéndez, que el 6 de mayo será juzgado por hasta nueve delitos. Un grupo de inversores afectados por un negocio inexistent­e le acusa de organizaci­ón criminal, falsificac­ión de documentos, estafa, apropiació­n indebida, blanqueo, usurpación de funciones e intrusismo profesiona­l, fraude procesal, coacciones y phising.

Rodríguez Menéndez ya fue condenado dos veces en la década del 2000. Una por atentar contra la intimidad de Pedro J. Ramírez y otra por delito fiscal. Evadió la cárcel huyendo a Argentina. Finalmente entró en prisión, pero volvió a evadirse. Regresó a España a principios del 2014, cuando las dos condenas y la fuga habían prescrito.

El abogado denunció a su madre por 1.000 millones de pesetas por unas declaracio­nes sobre Antonio David

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TELECINCO.ES / EP Sola ante las cámaras. Rocío Carrasco sigue desgranand­o en trece entregas y en horario de máxima audiencia televisiva los últimos 25 años de su vida, centrados en su compleja relación familiar

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