El asesino del bikini
“Desde que cumplí los 15 años nada ni nadie me ha querido. Se me ha negado todo, ni siquiera soy ciudadano de un país, no tengo pasaporte ni papeles. Así que si me hubiera sentado a esperar ayuda del mundo aún seguiría sentado. Todo lo que he querido lo he tenido que coger”. Es la declaración de intenciones del protagonista de La serpiente, la nueva serie inspirada en hechos reales coproducida por Netflix y la BBC que la plataforma estrenó la pasada semana.
La producción narra en ocho episodios la historia del estafador, traficante de piedras preciosas y asesino en serie Charles Sobrahj, que se define a sí mismo como “un mestizo de Saigón’, y que a mediados de los años setenta se ensañó con jóvenes viajeros occidentales que seguían la ruta hippy del sudoeste de Asia.
La serpiente sigue la estela de los true crime de los últimos años, que han logrado cautivar el interés de una parte importante de la audiencia. La ficción está protagonizada por el actor francés de origen argelino Tahar Rahim (nominado a los últimos Globos de Oro por The Mauritanian) que interpreta a Sobhraj y la británica Jenna Coleman (protagonista de la serie Victoria) que encarna a su novia Marie-andrée Leclerc.
Esta pareja recorrió Tailandia, Nepal e India dejando a su paso el reguero de una ola de crímenes y convirtiéndose en la principal sospechosa de una serie de asesinatos de turistas, la mayoría mochileros, a los que Sobhraj no soportaba. El joven diplomático Herman Knippenberg de la embajada de los Países Bajos en Bangkok se vio involucrado en la investigación del caso y logró convertir a Sobhraj en el hombre más buscado por la Interpol.
Sobhraj era más conocido como el asesino de bikini debido al atuendo de algunas de sus víctimas, así como “la serpiente”, debido a su astuta forma de cautivar y engañar a sus víctimas (a las que drogaba) y de huir después. La serie le muestra como una persona que podía ser encantadora y seductora al tiempo que también podía ser vanidosa, tóxica, manipuladora y sin escrúpulos, capaz de detectar aquellas personas que sufrían de soledad y tristeza para llevarlas a su terreno y conseguir de ellas lo que deseaba.
La contenida e impecable interpretación del actor Tahar Rahim logra transmitir todo ese carácter al personaje en una serie que cuenta además con una excelente ambientación del sudeste asiático y de los años setenta. Y aunque quizás el excesivo uso de varias líneas temporales dificulta a veces el seguimiento de la trama, La serpiente tiene suficientes herramientas de calidad para atrapar al espectador.