El acuerdo IEC-AVL levanta recelos en polos opuestos
Sectores minoritarios rechazan el protocolo sobre la lengua
Desde un punto de vista filológico no hay dudas: en Catalunya, la Comunidad Valenciana, Andorra, Islas Baleares o Rosellón, se habla una misma lengua. Con nombres diferentes a veces, con variantes dialectales o palabras propias de cada región. Pero la política y la ideología periódicamente ponen en cuestión esa unidad. El acuerdo alcanzado el año pasado entre el Institut d’estudis Catalans (IEC) y la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) ha provocado las quejas de sectores minoritarios.
En el pleno del IEC del 12 de noviembre pasado, Joan Marti, exrector de la Rovira i Virgili y expresidente de su Secció Filològica, expresó su disconformidad con el protocolo firmado el 7 de julio de 2020 entre el presidente del Institut, el presidente de la AVL y el rector de la Universitat de les Illes Balears. Según Martí, la AVL responde “a una decisión estrictamente política” de la Generalitat valenciana y su decisión de publicar una ortografía, una gramática y un diccionario normativos del valenciano rompe toda posibilidad de acuerdo.
Teresa Cabré, presidenta de la Secció Filològica (SF) del IEC, le respondió por carta el 22 de enero que la petición de colaboración se había hecho con acuerdo de toda la SF y el único voto en contra de Martí. Precisaba que era un protocolo para cooperar en “el establecimiento de un modelo normativo común que sea unitario y, a la vez, respetuoso con la variante geográfica de la lengua”. Cabré remarca que “es indiscutible que la lengua catalana es una, con todas sus variantes.” Reconoce que la creación de la AVL en 1998 tenía el propósito de “determinar y elaborar la normativa lingüística del valenciano a partir de las denominadas Normas de Castellón” y
“separar la variante valenciana del conjunto de la lengua”, razón por la cual se había acordado en el 2001 “no establecer relaciones institucionales formales con la AVL”. Pero el 10 de marzo del 2017 el consejo de gobierno de la SF presidido por ella misma e integrado por Mariàngela Vilallonga, Màrius Serra y Ramon Sistac propuso cancelar aquel acuerdo.
El presidente del IEC Joandomènec Ros ha intervenido también en el debate. El 18 de febrero explicó que el cambio de la coyuntura política en la Comunidad Valenciana propició la creación de comisiones técnicas conjuntas IEC-AVL y este acuerdo. Y señaló que “ante los problemas de hibridación o sustitución que presenta hoy en día el catalán, impugnar la colaboración entre el IEC, la AVL y la UIB es la peor de las opciones que podemos tomar”.
En Valencia han surgido voces discordantes del polo opuesto. De los 21 miembros de la AVL, cuatro (Alfons Vila, Artur Ahuir, Àngel Calpe y Abelard Saragossà) se opusieron a la firma de su presidente Ramon Ferrer. Y desde el Observatori de la Llengua Valenciana se ha dicho que el acuerdo supone que “el ente normativo del idioma valenciano acepta que el catalán se sitúa en un estadio superior”.
Josep Martines Peres, filólogo de Alicante, miembro del IEC y la AVL cree que “son posturas muy minoritarias” y que la aceptación de los cambios ortográficos aprobados por el IEC muestra la voluntad de colaboración.
Cuatro miembros de la AVL y el filólogo Joan Martí, del IEC, se han opuesto al protocolo firmado el julio pasado