FORCADELL Y BASSA VUELVEN A LA CÁRCEL
Las exmandatarias piden al Gobierno que deje de prometer indultos
El juez de vigilancia penitenciaria 1 de Barcelona estimó ayer el recurso de la Fiscalía y revocó el tercer grado de Carme Forcadell
y Dolors Bassa, que volvieron a ingresar en la cárcel (en la foto, la primera, antes de entrar en Wad-ras). “Que dejen de ser crueles”, había declarado antes la expresidenta del Parlament, que estaba en semilibertad desde el 30 de enero.
Dolors Bassa y Carme Forcadell volvieron ayer a prisión y ya no podrán salir, salvo por permisos ordinarios. El juez de vigilancia penitenciaria 1 de Catalunya revocó ayer el tercer grado de las exmandatarias al estimar el recurso de la Fiscalía que esgrimió que la semilibertad de los presos independentistas era “prematura e incompatible” con la finalidad de la pena de sedición que les fue impuesta. El juez basa su argumentación en lo que dictó el Tribunal Supremo en diciembre cuando tumbó la semilibertad de los presos.
Bassa y Forcadell llevaban un mes esperando a que el juez de vigilancia penitenciaria se pronunciara sobre su tercer grado. Aguardaban desde el 9 de marzo, cuando el juez de Lledoners suspendió la semilibertad de los presos varones y los obligó a regresar al centro en segundo grado penitenciario. Confiaban que en su caso la decisión pudiera ser distinta, como ya ocurrió en verano, cuando el juez que se encarga de la vigilancia de Puig de les Basses y Wad-ras, las mantuvo el tercer grado hasta que se pronunciase el Supremo. Pero en esta ocasión no ha sido así. La diferencia es que esta vez existe una decisión precedente del Tribunal Supremo, dictado el pasado mes de diciembre, que advertía que era prematuro el tercer grado. Y a esto se agarra el juez de vigilancia penitenciaria, quien considera que no existen argumentos nuevos que justifiquen la adopción de la semilibertad. “Visto el mantenimiento de los planteamientos ya revocados por el Tribunal Supremo, el recurso (de la Fiscalía) debe ser estimado”, argumenta.
Forcadell y Bassa recibieron el tercer grado, por segunda vez, a finales de enero por parte del Govern que argumentó ya habían cumplido una cuarta parte de la condena. Sin embargo, avanzándose a este argumento el Supremo ya indicó que había que exigir una “justificación reforzada” para esgrimir la superación del cuarto de la condena, teniendo en cuenta “la gravedad del delito” y el límite de la pena impuesta”. Así, el juez no aprecia “evolución y progresión” en el tratamiento ni que se haya “alterado el tratamiento fijado”. Tanto Forcadell como Bassa, tras conocer la revocación de su semilibertad, pidieron al Gobierno que deje de prometer indultos que nunca llegan: “Que dejen de ser crueles”, espetó la expresidenta de la Cámara catalana en RAC1, quien se declaró “triste, desesperada y decepcionada”
La expresidenta del Parlament mostró su sorpresa por el hecho de que si hace 6 meses el juez de vigilancia penitenciaria las dejó el tercer grado, ahora les diga que no. “Las condiciones no han cambiado. Esperábamos que el Supremo nos revocara el tercer grado. Pero no tiene sentido que lo haga el juez de vigilancia penitenciaria”, señaló. También mostró su preocupación por sus familias, que “se agarran a un clavo ardiendo” y, en este sentido, se dirigió al Ejecutivo de Pedro Sánchez: “Si tienen que hacer algo, que lo hagan, pero que no anuncien más”. Así manifestó que el Gobierno solo anuncia cosas, pero luego no las hace. Que dejen de ser crueles”.
En la misma línea se expresó Bassa: “Siempre son palabras. Nunca hemos visto ningún hecho. Nada de lo que nos digan es creíble. Pero están jugando con los sentimientos de las familias, los amigos y todo el entorno. Que no hablen de indultos, amnistías ni de nada. Hasta que no lo veamos, no nos creeremos nada”.
La exconsellera señaló que el Supremo les revocó el tercer grado por prematuro pero alegó que ahora ambas ya han cumplido una cuarta parte de la pena. “Si el juez nos aprobaba el tercer grado antes de cumplir una cuarta parte de la pena, no entendemos que no nos lo apruebe ahora. Pero ya sabemos que contra el movimiento independentista, todo es diferente”, concluyó.
La expresidenta del Parlament y la exconsellera estaban en semilibertad desde finales de enero