La Vanguardia

ERC rehúye un Govern en minoría y mantiene la apuesta por Jxcat

Los de Puigdemont se hacen valer para seguir marcando el ritmo de la negociació­n

- ÀLEX TORT JOSEP GISBERT

A ERC se le ha abierto el abanico de posibles pactos después de que el secretario general de Junts , Jordi Sànchez, se mostrara dispuesto en una entrevista en La Vanguardia a votar a favor de un Govern de los republican­os con la CUP y los comunes. “Pero es todo apariencia”, afirman los de Oriol Junqueras, porque atribuyen las palabras del dirigente de Jxcat a “un paso más en la estrategia negociador­a”. “No nos las creemos”, subrayan a la vez que afirman que “Junts es prioritari­o porque con el acuerdo con la CUP tenemos la oportunida­d por primera vez de un Govern independen­tista sólido”. Así que las conversaci­ones siguen entre las dos fuerzas mayoritari­as independen­tistas con la confianza de alcanzar un pacto antes de la fecha límite, el 26 de mayo.

De hecho, el miércoles pasado, un día después de fracasar Pere Aragonès en el segundo debate de investidur­a, ERC entregó toda una serie de documentac­ión a Junts. La voluntad de acuerdo de Esquerra es firme. Aún espera respuesta, pero confían en tenerla, al menos parcialmen­te, esta tarde, cuando deberían reanudarse los encuentros entre los equipos negociador­es. La CUP también espera desde hace semanas la respuesta de Junts a propuestas hechas por escrito.

La opción de un Govern en minoría Erc-cup-comunes gustaría en ciertos sectores republican­os. El diputado de Esquerra, Ernest Maragall, por ejemplo, expresó ayer a RTVE que su partido tendría que estar dispuesto a gobernar en solitario si hiciera falta. Pero ni siquiera estos sectores lo ven factible hoy. Como los cuperos, opinan qué Junts “va de farol” y califican de “muy poco posible” esta posibilida­d: significar­ía que los posconverg­entes debería abandonar centenares de cargos en la administra­ción, con “el perjuicio económico” que eso supondría para todos ellos.

Que esta posibilida­d de Govern con los comunes dejando fuera a Junts no la ve factible de momento ERC lo demuestra que la cabeza de lista en el Parlament de En Comú Podem, Jéssica Albiach, remarcara que nadie le ha hecho llegar aún ninguna propuesta. Quitó importanci­a a las declaracio­nes de Sànchez, pero también a las de Maragall, que se explican por la necesidad de mantener “el pulso” entre ERC y Junts y de “no bajar la cabede za” por parte de los republican­os.

El relevo en la Mesa del Parlament de Jaume Alonso-cuevillas, de las filas de Junts, tras cuestionar la estrategia de confrontac­ión independen­tista, dan sobre el papel un triunfo a Esquerra para la negociació­n. Aurora Madaula, que ha sido propuesta por los de Carles Puigdemont en lugar del abogado, necesita de los votos de ERC. Sin embargo, los republican­os dicen ser consciente­s de que la plaza correspond­e a Jxcat y no atienden por ahora a los cantos de los comunes para que su diputado Lucas Ferro esté en la Mesa. Todo el asunto Cuevillas no es más que “agua de borrajas”, opinan desde las filas de Esquerra.

Las dificultad­es para el acuerdo entre republican­os y posconverg­entes son muchas. Junts afirma que “el modelo de país” de la CUP que ERC pactó no es el suyo. Los cuperos no quieren tocar ni una coma. Avisan de que es un acuerdo de mínimos. Esquerra afianza este posicionam­iento y dice tener claro que está cerrado. La cuestión de confianza que los cuperos pactaron para el 2023 podría actuar de solución para acabar atrayendo los posconverg­entes a un pacto con Esquerra al margen de lo tratado con la CUP.

De momento, sin embargo, la consigna en Jxcat es que, si conviene, habrá que hacer oposición, aun reconocien­do que su voluntad es la llegar a un acuerdo con ERC y que con este objetivo se reanudan las negociacio­nes después del paréntesis de Semana Santa. Oficialmen­te, los de Puigdemont no se mueven de este esquema, si bien en privado algunas fuentes reconocen que la idea de dejar que los republican­os gobiernen en minoría forma parte, efectivame­nte, de la estrategia negociador­a, que, en todo caso, puntualiza­n que piensan hacer valer en beneficio de sus propuestas. Una de ellas, por ejemplo, la coordinaci­ón política en Madrid, que ERC rechaza y en la que Miríam Nogueras insistió una vez más.

Otra es el relevo de Cuevillas en la Mesa del Parlament, que Laura Borràs pidió a ERC que no lo bloquee y que sea una cuestión completame­nte desvincula­da de la negociació­n para la investidur­a de Aragonès. “Esperamos que el acuerdo para renovar los miembros de la Mesa cuando los partidos lo consideren oportuno se respetará”, dijo la presidenta del Parlament en Catalunya Ràdio, donde reconoció que, a pesar de haber sido ella quien había propuesto al abogado de Puigdemont formar parte de la Mesa, “segurament­e este no era su sitio”. La alarma, de hecho, saltó enseguida, a raíz de la concesión del voto delegado a Lluís Puig, sobre la que Cuevillas se abstuvo, y a partir de aquí la primera crisis interna de la nueva legislatur­a en Jxcat estalló. Crisis que muchos dentro de la formación consideran innecesari­a y perfectame­nte evitable y que esperan que, como mínimo, no les lastre en la voluntad de seguir marcando el ritmo de la negociació­n con ERC.

“VAN DE FAROL” Esquerra no se cree el órdago de Sànchez de dejarla gobernar sola con comunes y CUP

EL CASO CUEVILLAS

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JOB VERMEULEN / ACN Laura Borràs, Meritxell Serret y Pere Aragonès durante el segundo debate de investidur­a en el Parlament

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