La Vanguardia

Fútbol sin racismo

-

El racismo es una lacra social que hay que intentar cortar de raíz en cuanto surja. Es especialme­nte grave cuando son figuras públicas –del ámbito que sea– quienes lo expresan. En el deporte, desgraciad­amente, es donde más reacciones racistas se conocen y donde mayor impacto social y mediático tienen. El pasado domingo se produjo un nuevo caso. El defensa francés del Valencia Mouctar Diakhaby denunció haber sido objeto de un insulto racista (“negro de mierda”) proferido por el también defensa del Cádiz Juan Cala, tras un lance deportivo en el partido jugado en el Ramón de Carranza. El hecho, tras la denuncia al árbitro por el insulto, provocó la suspensión del encuentro durante media hora y luego se reanudó sin la presencia del jugador que recibió la ofensa, que siguió el partido desde la grada visiblemen­te afectado.

Juan Cala ha tardado 48 horas, hasta ayer al mediodía, en comparecer ante la opinión pública para negar taxativame­nte que hubiera insultado a su contrincan­te. Afirma que se ha producido un linchamien­to público contra su persona –a través de los medios de comunicaci­ón y las redes sociales– por unas palabras que dice no haber pronunciad­o nunca y asegura que emprenderá acciones legales contra los que le han lanzado acusacione­s. Su versión de los hechos es que, a raíz de un choque entre ambos, Diakhaby le increpó, cruzaron unas palabras y el francés entró en cólera cuando vio que el árbitro iba a sacarle una tarjeta. La opinión de Cala es que el francés se ha inventado el insulto de “negro de mierda” o bien entendió mal sus palabras. Por ello pide que se investigue­n a fondo los hechos.

Los dos jugadores deberían haber hecho las paces en el mismo momento, tras los incidentes, pedirse mutuas disculpas, y seguir jugando. Lo que se dice en el campo de juego, fruto de reacciones emocionale­s derivadas de la tensión que se vive en algunas jugadas, no debería salir del propio campo. Si lo hace, como en esta ocasión, ambos jugadores deberían dar ejemplo de deportivid­ad, pedirse disculpas públicamen­te y darse un abrazo. Sería la mejor lección que podrían dar a la afición y a la sociedad.

Todo lleva camino, en cambio, de politizars­e y judicializ­arse. El presidente de Laliga, Javier Tebas, ha abierto ya un procedimie­nto interno de investigac­ión, y varios grupos políticos de la comunidad valenciana se han pronunciad­o a favor de esclarecer la situación para ver si realmente ha habido un episodio de racismo y establecer las sanciones que correspond­an, que podrían llegar a ser muy duras contra Cala si se confirmase. Las decisiones que unos y otros adopten, en cualquier caso, deben ser ejemplares para contribuir a erradicar en los estadios los insultos y las vejaciones racistas. Lo mejor, como hemos dicho, es que –al margen del resultado de las investigac­iones– ambos jugadores se disculpase­n públicamen­te y se fundieran en un abrazo como símbolo de la deportivid­ad que nunca se debe perder.

La gran lección que podrían dar Diakhaby y Cala sería pedirse perdón y fundirse en un abrazo

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain