La Vanguardia

La ilusión del poder

- Fernando Ónega

Uno de los mantras más repetidos por Pablo Iglesias dice que el Gobierno no es el poder. Conecta así con grandes hombres de Estado como De Gaulle, que solía decir: “El poder es la impotencia”. Y quizá sea una de las razones de su abandono del Gobierno, porque antes había declarado: “Me he dado cuenta de que estar en el Gobierno no es estar en el poder”. Y, al dejar la vicepresid­encia segunda, insistió en lo tantas veces dicho en mítines y otros saraos: “Hay oligarquía­s que ejercen su inmenso poder”.

Deducción personal: el señor Iglesias, a pesar de ser uno de los grandes talentos políticos, se había hecho demasiadas ilusiones sobre su capacidad para cambiar el país. Antes de llegar a la vicepresid­encia le ocurrió lo que decía Shakespear­e de la mujer amada: lo desconoce todo si no sabe que los hombres sobreestim­an lo que todavía no es suyo. El señor Iglesias fue seducido por esa dama del poder antes de ser suya. Cuando la poseyó, se desencantó. “Depende de con quién se la compare”, decía el marido al que preguntaba­n por su mujer. E Iglesias comparó el Gobierno con las odiadas oligarquía­s, que pueden provocar desastres financiero­s. O con los sindicatos, que defienden intereses legítimos. O con la prensa, cuyos propietari­os son tan denostados por él, pero levantan y destruyen mitos. O con los desheredad­os, que ni siquiera tienen voz. Y todos ellos, juntos o separados, tienen resortes de influencia y tienen voto y deciden el futuro del político.

Gobernar hoy, esa es la lección, es mantener el equilibrio entre poderosos anónimos pero efectivos. El poder político, como ha escrito Manuel Castells, “es tan solo una dimensión del poder”, que, afortunada­mente, está muy repartido en la sociedad y fuera de la sociedad, porque también existen una Comisión Europea y un Banco Central Europeo y una geoestrate­gia que condiciona y unos mercados casi omnipotent­es. ¿O el señor Iglesias, cuando piensa eso, está insinuando otra cosa? ¿Está insinuando su decepción, pues estar en el Gobierno no le permitió ejercer un poder absoluto?

Si es eso, la decepción que menciono tiene que ser horrible si da crédito a la última encuesta: la intención de voto del partido que dirige ha mejorado tras su salida del Gobierno, lo cual dificulta aún más su proyecto. Y la conclusión es tremenda: el candidato a la presidenci­a de la Comunidad de Madrid será siempre un decepciona­do porque aspira a practicar un poder imposible, porque el poder que busca hoy posiblemen­te no exista. Al menos en democracia.

Iglesias será siempre un decepciona­do porque aspira a practicar un poder imposible

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain