Algoritmos de inteligencia artificial detectan conductas suicidas en redes
Un grupo de investigadores, psicólogos y psiquiatras han desarrollado unos algoritmos de inteligencia artificial que, analizando textos, imágenes y actividades en la red social Twitter, detectan patrones de comportamiento suicida con una alta precisión.
El proyecto STOP (Suicide Prevention in Social Platforms), liderado por la doctora en informática Ana Freire de la Universitat Pompeu Fabra (UPF), tiene como objetivo buscar en las plataformas sociales patrones de conducta que indiquen riesgo de sufrir problemas vinculados con la salud mental e intervenir para prevenirlos. “La intervención individual no es posible por cuestiones legales, pero con datos anonimizados también se puede trabajar”, matiza Freire.
Durante las pasadas Navidades el grupo de investigadores ya realizó un primer experimento: “Nuestros algoritmos detectaron hasta 600.000 usuarios en Twitter cuyas interacciones encajaban con posibles conductas de riesgo asociadas a trastornos de la conducta alimentaria, depresiones o pensamientos suicidas. Durante 20 días, coincidiendo con las fiestas navideñas, mostramos a estos mismos usuarios en sus stories y feeds de Instagram y Facebook una campaña de anuncios del Teléfono de la Esperanza y del teléfono de prevención del suicidio”, explica la líder de la investigación.
Aunque aún no hay resultados consolidados de la prueba, la Fundación Ayuda y Esperanza reportó un notable incremento de llamadas los días de Navidad y el 1 de enero. Según los psicólogos y psiquiatras del hospital Parc Taulí de Sabadell, que forman parte del proyecto, en estas fechas se revelan muchos trastornos, especialmente los relacionados con la alimentación (anorexia o bulimia).
Los investigadores han observado que los grupos identificados con un ‘alto riesgo’ de suicidio por sus algoritmos suelen tener menor cantidad de amigos (cuentas que siguen), escriben textos con menor cantidad de caracteres y tienen mayor actividad durante los fines de semana y por la noche. Igualmente, han podido demostrar “que puede existir cierta correlación entre el contenido de las imágenes compartidas en redes sociales con la salud mental del usuario que las comparte”, según afirma Jordi González, investigador del Centro de Visión por Computador (UAB).
En España hay cada año unas 3.000 víctimas de suicidios. La OMS calcula que cada suicidio supone un impacto emocional en al menos seis personas del entorno de la víctima.