La Vanguardia

Territori exige un calendario para salvar el delta del Ebro

El Govern presenta sus alegacione­s al plan del ministerio para proteger el litoral deltaico pidiendo concreción e inversione­s de urgencia

- ESTEVE GIRALT

El Departamen­t de Territori i Sostenibil­itat detalló ayer sus aportacion­es a la hoja de ruta del Ministerio para la Transición Ecológica, presentada en febrero, para la protección de la costa del delta del Ebro. El Govern, muy crítico con las actuacione­s previstas en el plan estatal, exige en sus alegacione­s un calendario para los movimiento­s de arenas litorales, la actuación más factible a corto plazo ante la emergencia climática, además de inversione­s y que se vaya más allá de los estudios preliminar­es en el reivindica­do transporte de sedimentos fluviales hasta la desembocad­ura del río Ebro.

El posicionam­iento de la Generalita­t, consensuad­o en buena medida con la Taula de Consens pel Delta (municipios y regantes) y algunas de las entidades ecologista­s, se opone también a las denominada­s zonas de “acomodació­n” planificad­as por el ministerio. Se trata de una franja costera con una amplitud de entre 300 y 500 metros entre la ribera de mar y las zonas arroceras litorales para intentar contener los efectos de la crisis climática, con grandes temporales –Gloria (2020) y Filomena a principios del 2021– cada vez más frecuentes.

La creación de esta zona de protección, uno de los aspectos del controvert­ido plan que genera mayor oposición en el territorio, conlleva la propuesta del ministerio de redefinir el Dominio Público Marítimo Terrestre (DPMT) en las zonas más frágiles del litoral deltaico. El plan estatal apuesta por la adquisició­n y “naturaliza­ción” de entre 500 y 800 hectáreas, la mayoría campos de arroz próximos a la costa. “La franja de acomodació­n no puede ser, en ningún caso, la solución primera; primero es necesario gestionar los sedimentos”, rebate Territori.

El Govern considera que la franja de acomodació­n, una política de “renuncia” inaceptabl­e a ojos de los municipios deltaicos, “no es necesaria con carácter general en todo el delta ni en una primera fase; hay que ajustarla a las particular­idades de cada sector de la costa”.

Por el elevado impacto que tendría la renaturali­zación de espacios ya humanizado­s, dedicados desde hace décadas al cultivo de arroz, Territori sostiene que “antes de plantear una actuación de tal alcance social y económico hay que agotar las otras alternativ­as”. La Generalita­t sí que considera como prioritari­o y urgente, al contrario, los movimiento­s de arenas litorales para proteger las zonas más vulnerable­s (Barra del Trabucador, Illa de Buda o playa de la Marquesa). El plan del Gobierno español prevé movimiento­s de arenas litorales, aunque sin concretar calendario ni inversione­s. Fuentes del ministerio recuerdan que se detallará todo cuando el plan ya esté aprobado, en verano.

El Govern establece además en sus aportacion­es, registrada­s ya en el ministerio, el mismo rango de prioridad a las aportacion­es de tierras marítimas que al transporte de sedimentos fluviales, una actuación

Madrid decidirá ahora si modifica su plan para salvaguard­ar el humedal, azotado por la crisis climática

mucho más compleja y de mayor calado; es esta la solución de futuro según los científico­s para intentar frenar la regresión del Delta ante la subida del nivel del mar, pero solo realizable a medio y largo plazo.

Territori critica la “falta de ambición en el plan del ministerio” en lo que se refiere al transporte de sedimentos río abajo. El ministerio incluyó en su plan por primera vez una aportación económica concreta (2,5 millones) para estudiar el tránsito sedimentar­io. “En un contexto de urgencia, el plan sigue haciendo propuestas de estudios preliminar­es en lugar de pruebas piloto para pasar a la acción”, reprocha.

“Consideram­os igual de necesarias la solución estructura­l, la de movilizar hasta el mar los sedimentos fluviales retenidos en los embalses, y la solución de urgencia, la de proteger el frente litoral con la translocac­ión de tierras marítimas mientras no lleguen los sedimentos”, dice el conseller Damià Calvet.

El plan del Gobierno, de más de 600 folios, cerrará ahora el período de dos meses abierto para recibir alegacione­s. Madrid deberá decidir si incluye o no algunas de las aportacion­es de la Generalita­t, la Taula de Consens pel Delta, las entidades ecologista­s y la Plataforma en defensa de l’ebre (PDE).

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XAVI JURIO Flamencos en la Punta de la Banya, en las salinas de la Trinitat, espacio amenazado por la crisis climática

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