La Vanguardia

Una cuestión de respeto

- CRÍTICA DE TV Pere Solà Gimferrer

Anatomía de Grey vuelve a ser relevante. La vovid se ha instalado en los pasillos del hospital de Seattle en la decimosépt­ima temporada que está emitiendo Disney+ y lo hace con un dramatismo que intenta reflejar la dureza de la primera ola de contagios. Se habla del desgaste anímico de los profesiona­les sanitarios, la dureza de comunicar tantas muertes diarias, la tristeza de los familiares por no poder estar con los enfermos, la importanci­a de seguir con los protocolos de salud y las consecuenc­ias de tener parados los quirófanos porque la máxima prioridad es combatir una enfermedad que, cuando tienen que intubar pacientes, les parece arbitraria y cruel como el juego de la ruleta rusa. La creadora Shonda Rhimes entiende que la ficción tiene la capacidad de colocar a las personas en la piel del otro, de generar empatía, y utiliza la obra para conciencia­r a la población, de la misma manera que los últimos años está convirtien­do a Meredith Grey en una firme defensora de un sistema de salud público en un país como Estados Unidos donde enfermar es sinónimo de arruinarse económicam­ente.

Lo que molesta, sin embargo, es que se desconoce si habrá una decimoctav­a temporada. A la actriz Ellen Pompeo se le termina el contrato esta primavera, el que le permite cobrar unos veinte millones anuales, y no está llegando a ningún acuerdo con el canal americano ABC. Esto está obligando a la actual showrunner, Krista Vernoff, a escribir las tramas calculando dónde las llevará el próximo otoño y también asegurándo­se que las puede cerrar en un par de episodios si en el último momento Pompeo no firma. Quizá esta es la realidad de la inmensa mayoría de guionistas de televisión pero, cuando una serie lleva emitidas diecisiete temporadas, más de 370 episodios y ha dejado una huella tan profunda en la cultura popular, uno se espera algo más que un desenlace improvisad­o. Uno espera un poco de respeto.

Claro que quien se lleva la palma en este ámbito es el escritor George R.R. Martin, que ha firmado un contrato millonario con HBO. La plataforma se asegura tener el autor del universo de Juego de tronos vinculado a todas las precuelas que hay en desarrollo, pero lo que se preguntan los lectores es dónde están las dos últimas novelas de la saga de Canción de hielo y fuego. En teoría en el 2012 había escrito 400 páginas de Vientos de invierno ,la sexta, y se tenía que publicar en el 2015. Estamos en el 2021 y, no solo aún no tiene fecha de publicació­n, sino que además Martin no deja de sumarse a otros proyectos. Si finalmente no acaba las novelas que originaron Juego de tronos, ya sea por falta de motivación porque la serie lo atrapó o porque no sabe reconducir la infinidad de tramas que abrió, estaremos ante una estafa literaria sin precedente­s.

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