“Hoy la sociedad juzga al instante, en caliente”
Karine Tuil es traducida por primera vez al catalán con un libro sobre el consentimiento sexual y la violación, ‘Les coses humanes’
Avalada por la crítica y el público francés, y traducida a numerosas lenguas, finalmente Karine Tuil (París, 1972) se puede leer en catalán, aún no en castellano. Se trata de la última novela que ha publicado, Les coses humanes (Amsterdam), reconocida con el premio Goncourt des Lyceens. Tuil aborda todos los matices del consentimiento sexual y la violación, y descoloca al lector situándolo ante unos hechos y unos personajes en que no todo es ni blanco ni negro: el juicio paralelo de las redes sociales, el funcionamiento de la justicia y el abuso de poder, todo en plena ola del #Metoo.
Los Farel son una familia poderosa. Claire es una pensadora feminista; su marido, Jean, mayor que ella, es un referente periodístico aún en activo; y Alexandre, el hijo, un muchacho ejemplar, educado y atractivo, se prepara para ocupar su lugar en la élite. Los Wizman son una familia corriente, con Adam, que es profesor y nueva pareja de Claire, y su hija estudiante, Mila. Un buen día, Alexandre es denunciado por violación.
“Para mí es una novela sobre los sistemas de depredadores que engendran la violencia, en este caso la violencia sexual –explica la escritora–. Me interesa cómo, dentro de unas esferas sociales que creen que lo tienen todo controlado, la sexualidad se escapa de su control, tanto en el buen sentido como en el mal sentido. Por una parte hay una historia de amor apasionado, y por la otra, la historia de destrucción, de hacer daño”.
Jean, a pesar de ser septuagenario, es un seductor empedernido: “Es un personaje con muchas facetas. Por una parte, está con una mujer que lo quiere y le hace sentir bien, una amante que tiene su edad; y por otra, usa la sexualidad para ascender socialmente, con una mujer más joven que él, que hace que proyecte una imagen determinada y obtiene un rédito social”.
En la ficción de Les coses humanes, Claire ha sido becaria en la Casa Blanca, como Monica Lewinsky y Huma Abedin, dos personajes reales que, por distintas circunstancias, se vieron implicados en escándalos sexuales protagonizados por hombres: “Quería hablar de estos depredadores, que se aprovechan de ese poder, pero también de la fascinación que ejercen en las personas que los rodean. Y Claire se siente fascinada por todo lo que representa y le puede ofrecer Jean. En el fondo, es un intercambio: ella le ofrece su juventud a cambio de la estabilidad y el apoyo que él le da. Es un tema tan complejo, que hay que abordarlo en todas sus facetas. Creo que una parte de la sociedad está cansada de las interpretaciones maniqueas y quizá por ello mi libro ha tenido tan buena acogida entre los jóvenes. Estaba escribiendo el libro cuando estalló el #Metoo y es evidente que se inscribe en ese discurso sobre la violencia sexual, pero también se puede leer como un choque entre universos sociales”.
Pero Tuil no se queda aquí: “También quiero hacer una defensa del derecho a la justicia en nuestra sociedad, que cada vez reacciona más en caliente y juzga rápidamente todo lo que pasa. En un momento en que se están recortando derechos en sanidad y que las leyes antiterroristas nos quitan derechos, creo que es muy importante reivindicar el Estado de derecho y que cuando a alguien se le acusa de una violación se le garantice un proceso legal que no pase por esta sociedad que juzga constantemente”.
“El sexo y la tentación de removerlo todo, el sexo y su impulso salvaje, tiránico, incoercible”, escribe Tuil: “Me interesaba ver cómo alguien que ha construido una carrera sólida lo pierde todo en cuestión de segundos, y eso suele tener que ver con cuestiones sexuales. Lo hemos visto con políticos de renombre, y las reacciones y consecuencias cambian mucho según el país”.
Alexandre, el hijo, recibe una presión social constante para formar parte de la élite: “Siempre lo están valorando. Él es fruto de la competitividad, pero al mismo tiempo forma parte de una generación de jóvenes vulnerable, muy frágil, y quería mostrar cómo esa competitividad se está instalando en nuestra sociedad”. Y Mila, la víctima, es judía: Me interesaba mostrar el tema de la religión y la situación de la mujer a través del prisma de la religión. Habría podido hablar del islam, pero estoy más familiarizada con el judaísmo. Mila es frágil a raíz del ataque terrorista que vivió. En los últimos años, Francia ha vivido un resurgimiento muy importante del antisemitismo”, concluye.
“El sexo puede hacer que alguien que ha construido una carrera sólida lo pierda todo en cuestión de segundos”