Joan Miquel Oliver
Músico
El que fue líder de la banda Antònia Font rememora, quince años después, el éxito de su primer disco en solitario Surfistes en càmera lenta en un concierto en la sala Barts dentro del festival Guitar Bcn.
El pasado mes de octubre el músico, productor y también escritor mallorquín Joan Miquel Oliver sorprendió a su amplia e incondicional afición publicando Aventures de la nota La, un álbum chocante de corte dodecafónico que fue acogido con unánime aplauso. El también cantante y guitarrista, que fuera líder de la banda Antònia Font, está ahora celebrando sobre los escenarios los 15 años de la aparición de Surfistes en càmera lenta, su álbum en solitario cuando aún comandaba el mencionado grupo, y que devino un pequeño hito en la escena del pop catalán. Mañana jueves habrá oportunidad de comprobar cómo se mantienen aquellas gloriosas canciones en el concierto que, a modo de estreno, ofrecerá en la sala Barts (20.30 h) dentro del festival Guitar Bcn.
¿Por qué se le ocurrió esta celebración?
Me acuerdo que cuando saqué ese disco iba con mucha inseguridad, con miedo a cantarlo, casi pidiendo perdón por haberlo hecho. Después mi música ha evolucionado, mi voz ha mejorado pero también te das cuenta de que es un disco que estaba bien. Ahora sacamos una edición en vinilo y veo que es una obra que aguanta, que es coherente, que se puede escuchar de arriba abajo, con un discurso naif, lo-fi, muy especial. Me gusta poder reivindicarlo ahora, y más acordándome de cómo me sentía cuando lo publiqué.
Pero llevándolo al directo con su sonoridad de ahora, ¿no? Claro. Es otra de las cosas que me hace ilusión de este proyecto, ya que supone dejar de tocar en directo en clave de power trio con Jimmy y Charlie [Jaume Manresa y Charlie Oliver, sus cómplices de directo desde hace años]. Quiero decir que nosotros tres hemos estado tocando mis últimos tres álbumes sonoramente como si fuese uno solo, sin parar en la misma clave sonora desde hace años. Ahora en cambio, cada canción de Surfistes tiene su propio tratamiento, ponemos una escenografía guapa, y en general hacemos unos conciertos con un poco de teatralidad.
¿De esta manera no se puede perder ese aire naif que tanto lo caracterizaba, y que era uno de sus atractivos?
Es imposible recuperar aquello, porque lo hice de una manera muy doméstica en casa. Pero sí quiero recuperar el espíritu de que no todo suene igual como ocurre ahora, y nos entretenemos en dar identidad a cada una de la canciones del álbum como Emerson Fittipaldi o Petit homenet, vamos a intentar hacer una cosa más preciosista.
Aunque se entretengan mucho, es un disco corto. ¿Que más ofrecerán?
Sí, Surfistes no llega a la media hora, y seguramente lo que haremos será tocar todos los temas del álbum como si fuera una pequeña obra de teatro musical. Y después ofreceremos los mejores momentos de mi trilogía anterior y de otros álbumes. Pero la motivación de esta gira es Surfistes, y en directo queremos darle un punto verbenero, veraniego.
Escuchando el álbum, ¿qué le viene a la cabeza sobre su carrera, sobre su vida?
No sé qué decirte. Yo tengo la sensación de haber sido siempre la misma persona, me he sentido siempre más espectador del mundo que participante, observar, pensar y crear un sistema conceptual y estética de mi visión del mundo a base de hacer discos, libros y conciertos.
Cuando publicó aquel álbum hace 15 años me aseguró que lo mejor de él era su actitud punk y que buscaba lanzar un mensaje de libertad absoluta. ¿Esa actitud sigue allí?
Y tanto. Ese es mi credo. Siempre ha estado allí. Mi último disco,
Aventures de la nota La, de música dodecafónica con una instrumentación de rock progresivo que es lo más pasado de moda, lo he hecho porque no soporto que me digan lo que tengo que hacer.
Escuchando ahora Surfistes…, no es difícil verlo como un precedente de ese ahora tan de moda pop metafísico, ¿no cree?
Bueno, no lo sé. Sé que es un disco que me salió de las entrañas. El pop metafísico es algo que está muy evolucionado, y las producciones que hace Joan [Pons, alter ego de El Petit de Cal Eril, referente de esa onda musical] están muy bien, tienen mucho de mérito.
¿Por encima de todo es una obra que brilla por su falta de pretensión?
Lo que tiene es inmediatez máxima. Si tú dices una cosa con una guitarra de plástico y se te entiende como hago en Surfistes…, eso ya tiene un mérito olímpico. Que se me escuche a mí tocando y cantando, es y ha sido siempre mi prioridad. Yo quiero escuchar las cosas vivas, no me interesa oír un ordenador.
15 AÑOS DE ‘SURFISTES’
“Es una obra coherente, que aguanta, con un discurso naif, lo-fi, muy especial”