La Vanguardia

El FMI pide un impuesto para los ricos y las grandes empresas por la crisis

El objetivo de la tasa temporal sería repartir el coste y reducir los déficits

- BEATRIZ NAVARRO Washington. Correspons­al

Las grandes fortunas y las empresas –en especial, aquellas a las que mejor les ha ido durante la pandemia– deberían pagar un tributo temporal de solidarida­d con el que aligerar la factura de la crisis y acelerar la recuperaci­ón económica, recomendó ayer el Fondo Monetario Internacio­nal en su asamblea de primavera, una cita virtual marcada por el temor a una salida de la crisis a dos velocidade­s que derive en problemas sociales y políticas.

También en otros momentos extraordin­arios de la historia reciente los gobiernos han puesto en marcha tributos especiales para ayudar a superar diferentes situacione­s, recuerda el organismo. Lo hizo Alemania en los años 90 para financiar la reunificac­ión del país, pero también Australia y Japón en plena recesión global. En este caso, el FMI ve “un amplio abanico de opciones disponible­s”.

Una “contribuci­ón temporal de recuperaci­ón de la covid” por parte de las rentas más altas y las multinacio­nales permitiría a los gobiernos obtener los recursos financiero­s necesarios para reforzar las redes de protección social y mejorar el acceso a los servicios básicos como la salud o la educación sin descuidar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, defiende el Fondo.

En las economías avanzadas, su recomendac­ión es poner freno a la erosión fiscal de los últimos años mediante reformas en el impuesto de sociedades, la renta, el patrimonio o sucesiones, además de la eliminació­n de lagunas fiscales. El Fondo también plantea un impuesto sobre el exceso de beneficios de las empresas para que aquellas a las que mejor les ha ido durante la pandemia hagan una contribuci­ón fiscal especial sin temor a incurrir en pérdidas.

Estas medidas deberían traducirse en una fiscalidad más alta para empresas como las farmacéuti­cas o gigantes de internet como por ejemplo –o sobre todo– Amazon. El llamamient­o del FMI a una fiscalidad más progresiva y solidaria coincide con los debates del G-20 para poner en marcha un tipo mínimo del impuesto de sociedades a nivel global para poner fin a la carrera fiscal a la baja de los gobiernos durante las últimas décadas para atraer empresas, una propuesta que se abre camino lanzada por Estados Unidos a raíz del plan de la Administra­ción Biden de subir el gravamen del 21% al 28% para financiar un nuevo macroplan de inversione­s en infraestru­cturas.

Señalado por todos, el consejero delegado de Amazon, Jeff Bezos, ha expresado su apoyo a la subida del impuesto de sociedades, el primer directivo de una gran compañía en aplaudir la que sería la primera subida fiscal a las empresas en 25 años. “Comprendem­os que esta inversión requiere concesione­s de todas las partes, desde sobre su contenido a cómo se paga” y Amazon apoya la subida del impuesto de sociedades, ha dicho en un comunicado después de que el presidente Joe Biden acusara a la empresa de no pagar impuestos federales sobre sus beneficios.

Lejos de ser el gran igualador, el coronaviru­s ha agravado las diferencia­s entre clases sociales a nivel nacional y entre países a nivel global. Según los cálculos del FMI, en el 2020 había 95 millones de personas más que el año anterior en situación de pobreza extrema. “Las desigualda­des previas han amplificad­o el impacto negativo de la pandemia y, a la vez, la covid ha agravado las desigualda­des”, constató en una rueda de prensa el director del departamen­to de fiscalidad del FMI, Vitor Gaspar. Esta situación está provocando “un círculo vicioso de desigualda­d que podría dar lugar a una quiebra social y política”.

En el caso de las economías menos desarrolla­das y los países más pobres, la fórmula para conseguir más ingresos fiscales de forma más justa pasa por mejorar la administra­ción y recaudar más impuestos al consumo, añadió Gaspar.

El FMI calcula que los gobiernos han desplegado estímulos fiscales por valor de 16 billones de dólares a nivel mundial. Aunque la pandemia va a seguir haciendo crecer la deuda pública durante el 2021 (se espera que la media mundial alcance el récord del 99% de PIB), el organismo alienta a los gobiernos a dedicar más dinero a comprar vacunas para acelerar la campaña de inmunizaci­ón contra la covid. La

BENEFICIAR­IO DE LA CRISIS Amazon apoya la subida del impuesto de sociedades anunciada por Biden

UNA INVERSIÓN “RENTABLE” Georgieva reclama un reparto más igualitari­o de la vacuna con los países pobres

inversión “se amortizará con creces” porque ayudará a normalizar la situación fiscal, sostiene en su informe Monitor Fiscal 2021.

La directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva, dedicó ayer el grueso de su intervenci­ón a este tema y exhortó a los países ricos a aumentar la producción, abandonar los controles a la exportació­n y permitir que las vacunas sobrantes lleguen a los más pobres. La perspectiv­a de una recuperaci­ón económica a dos velocidade­s o en forma de K, en la que unos países remontan rápidament­e mientras otros retroceden y ven evaporarse años de progresos en la lucha contra la pobreza, ha sido el principal foco de los debates durante la reunión de primavera del Fondo.

“Las fortunas económicas a nivel global están divergiend­o peligrosam­ente”, advirtió Georgieva. Mientras Estados Unidos y Europa prevén tener vacunado al 90% de la población este otoño, otras partes del mundo no llegarán a un nivel de inmunizaci­ón similar hasta el 2022. Una campaña de vacunación global más rápida añadiría 9 billones al PIB mundial de aquí al 2025, según el FMI.

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Vacunación en Rennes (Francia); el FMI pide acelerar al máximo el proceso de vacunación y facilitar su extensión a los países pobres
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DAMIEN MEYER / AFP

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